Toda una vida con el acelerador pisado a fondo
Con el acelerador pisado a fondo, como un coche de F¨®rmula 1 que enfila la recta final de meta, llega Rafael Alberti a este d¨ªa 23 de abril, seg¨²n sus propias palabras. "Si antes era el cometa Halley, despu¨¦s del Cervantes soy todos los cometas habidos y por haber", dice Alberti. "La gente siempre tuvo una delicadeza y atenci¨®n conmigo, esa es la verdad; pero despu¨¦s del premio mi vida ha adquirido tal velocidad que realmente a veces siento como si fuera en un coche que se va a estrellar porque no puede frenar".Estos cuatro d¨ªas atr¨¢s Alberti se march¨® fuera de Madrid. Escondido, como otras veces, el poeta ha estado reflexionando, dice, "como antes de unas elecciones", y cogiendo un poco de aire y de sol para descansar y tener hoy un buen aspecto.
Por primera vez desde que se cre¨® el Premio Cervantes, el premiado no vestir¨¢ el protocolario frac. Nada ni nadie logr¨® convencer a Rafael Alberti de que, total, ponerse un frac no es algo demasiado importante. "S¨ª, ya lo s¨¦; yo no critico el frac, pero es que yo con esa ropa me encontrar¨ªa... No s¨¦ c¨®mo decirte, es que no me veo. De todos modos, yo lo plante¨¦ en el Ministerio de Cultura, pero de una manera divertida, porque tampoco es algo tan terrible; si me lo hubieran pedido por sobre todas las cosas, pues entonces, claro, aunque me hubiera dado mucha tristeza alquilar un traje de ¨¦sos, porque me han dicho que todo el mundo que lo lleva va con el traje alquilado porque nadie tiene dinero para hacerse un traje para una sola ma?ana; y la verdad, alquilar un frac yo, a mis 81 a?os, que no lo he hecho nunca, me hubiera parecido una traici¨®n a mi indumentaria. Pero entonces consultaron, y del protocolo que fuera, creo que de la Casa Real, contestaron que Rafael Alberti fuera como le diera absolutamente la gana, que no se falsificara lo m¨¢s m¨ªnimo, cosa que realmente les agradezco". Dice que vestir¨¢ esa ma?ana, esta ma?ana, con corbata, y o bien enteramente de blanco.
La ceremonia del d¨ªa de hoy ha tra¨ªdo de cabeza al poeta. "S¨ª, ten¨ªa ganas de que llegara este d¨ªa, entre otras razones para que as¨ª pase de una vez. Es que llevo viviendo de este d¨ªa por anticipado, como atado a un cable de alta tensi¨®n, y no se puede sostener eso porque, indudablemente, te cansa, no f¨ªsicamente, pero te fatiga la imaginaci¨®n".
El discurso de Alberti, preparado minuciosamente por el poeta, medido y controlado con exquisito cuidado, se puede definir, seg¨²n su autor, como l¨ªrico-pol¨ªtico y durar¨¢ exactamente media hora. "Hablar¨¦ sobre el cautiverio de Cervantes. ?l estuvo cautivo cerca de seis a?os en los ba?os o c¨¢rceles de Argel. Yo lo he querido relacionar con los campos de concentraci¨®n espa?oles, con los cautiverios de la gente de Espa?a al acabar la guerra, y sobre todo me refiero a los poetas. El exilio largo de tanta gente que muri¨® fuera de Espa?a, sobre todo poetas que murieron casi a la misma edad que ¨¦l, y que fueron grandes poetas que hubieran merecido tambi¨¦n el Premio Cervantes, como Cernuda, Emilio Prados, Salinas, el mismo Juan Ram¨®n... Yo hago cierto paralelismo porque, aunque Cervantes vuelve a Espa?a despu¨¦s de cinco a?os, vuelve destrozado, pide marcharse a Am¨¦rica, pide ser un exiliado voluntario porque se mor¨ªa de hambre en Espa?a; pidi¨® ir a Guatemala, y si hubiera ido pues seguramente no hubiera escrito El Quijote, hubiera escrito otra cosa. Tal vez un anticipo de Tirano Banderas, que Valle-Incl¨¢n hubiera completado, esperp¨¦nticamente, cuatro siglos despu¨¦s".
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