Prisiones
El estado actual de nuestra vida social: incremento de la delincuencia, los nuevos delitos que nos amenazan exigen que consideremos a fondo las caracter¨ªsticas de este estado de cosas, tratando de encontrar soluciones v¨¢lidas a los nuevos problemas.Sucesos como los acaecidos en la c¨¢rcel de Herrera de la Mancha avivan en nuestra conciencia la necesidad de buscar soluciones a algunos de los problemas que hoy acosan a la sociedad.
La delincuencia juvenil aumenta, las c¨¢rceles, la vida de reclusos y sus autoridades se complica, presenciamos disturbios entre los reclusos y las autoridades de esos centros, sin que, por el momento, veamos surgir medidas eficaces que ayuden, al menos, si no es que los resuelven, esos problemas.
Los sucesos ocurridos en la c¨¢rcel de Herrera de la Mancha muestran con elocuencia viva la falta de comprensi¨®n, de disciplina y autoridad que reina en la prisi¨®n. Los reclusos fueron maltratados, torturados, sin motivos de indisciplina, y entre el personal de la prisi¨®n hubo sus querellas.
En el juicio celebrado sobre estos acontecimientos se declar¨®, por un funcionario de la prisi¨®n, que hab¨ªan torturado y sometido a vejaciones sexuales a reclusos.
Las autoridades judiciales est¨¢n obligadas a poner remedio a estos abusos del personal de estos establecimientos. Estamos seguros de la buena disposici¨®n de esas autoridades.
Esperamos alguna eficaz medida que ponga coto a esas pr¨¢cticas inhumanas. Nuestros deseos de cooperar, en la medida de nuestras posibilidades, nos llevan a indicar una soluci¨®n que ronda nuestro esp¨ªritu hace mucho tiempo, y es ¨¦sta: formar un cuerpo de inspectores de prisiones, preparados convenientemente en la Instituci¨®n de Estudios Penitenciarios, que tengan por misi¨®n observar en las principales c¨¢rceles del pa¨ªs la situaci¨®n general del ambiente de dichos establecimientos, convivencia de los reclusos entre ellos, relaci¨®n del personal con el director, actuaci¨®n del director en casos de disturbios, medidas adoptadas en esas circunstancias y otros desordenes de la vida cotidiana que suelen producirse.
Llevan estas l¨ªneas nuestros deseos de cooperar a la buena actuaci¨®n de los establecimientos penitenciarios. /
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