Diane Kurys, directora de 'Entre nosotras', presenta su filme sobre una relaci¨®n "mucho m¨¢s que homosexual"

Entre nosotras es la historia de dos mujeres que no pueden vivir la una sin la otra y de sus separaciones matrimoniales. Y la del testimonio de una ni?a que presencia vaga, pero dolorosamente, el drama. Esa ni?a ha crecido, tiene hoy 34 a?os, se llama Diane Kurys y ha dirigido la pel¨ªcula. "El amor entre estas dos mujeres es una relaci¨®n mucho m¨¢s que homosexual", dice la directora francesa, cuya pel¨ªcula fue estrenada anoche en Madrid.Esta tercera pel¨ªcula de Kurys le ha valido el Premio Georges Sadoul, el Premio de la Cr¨ªtica del ¨²ltimo festival de San Sebasti¨¢n y la designaci¨®n para el Oscar al mejor filme extranjero. A su madre, la mujer con la que vivi¨®, y a su padre, a quien no volvi¨® a ver jam¨¢s, dedica Diane Kurys su pel¨ªcula. Diane posee una de esas raras bellezas serenas que parecen tener su ra¨ªz en alg¨²n escondrijo secreto del coraz¨®n. Durante nueve a?os fue actriz, y lo dej¨®.

"Ocurri¨® que s¨®lo me daban papeles de criadita, de jovencita sin importancia. No hab¨ªa forma de prosperar, y me di cuenta de que hab¨ªa otras cosas que hacer. Supongo que escribir guiones me fue f¨¢cil, porque yo ya estaba metida en el mundo de la comedia, y como estaba acostumbrada a decir di¨¢logos, me fue sencillo escribirlos. Lo dem¨¢s, el sentido del ritmo, todo eso, debe ser como la m¨²sica, cuesti¨®n de estar dotada o no".

El peso de la culpa

Antes de Coup de foudre -t¨ªtulo original, Flechazo, que resume muy bien lo que ocurre entre Lena y Madelaine, las protagonistas- pensaba hacer una pel¨ªcula sobre ni?os. Pero un d¨ªa, el de su 32? aniversario, empez¨® a hablar con su madre -Lena- de s¨ª misma, de su infancia, de lo que ocurri¨®. Y decidi¨® hacer el filme."Al principio no sab¨ªa por qu¨¦ la estaba haciendo. Ahora que est¨¢ terminada, puedo analizarla. Alguien me dijo que, a menudo, los hijos de padres divorciados llevan el peso de la culpabilidad. Probablemente hice la pel¨ªcula para desembarazarme de ese peso, para decir: as¨ª erais los adultos, esto es lo que hicisteis, c¨®mo actuasteis, y no fue culpa m¨ªa. La segunda explicaci¨®n, propia, es que durante a?os, despu¨¦s del divorcio, so?¨¦ con que volver¨ªamos a ser una familia normal; pero eso nunca ocurrio, y de alguna manera he vuelto a poner a mis padres juntos, en im¨¢genes, realizando el sue?o de mi infancia".

Isabelle Huppert da vida a Lena, la burguesita de Lyon a quien resulta m¨¢s dif¨ªcil romper las convenciones. La gran Miou-Miou es quien da vida a Madelaine, una mujer que se adelanta a su tiempo.

Dos miradas

Entre las dos surge algo que s¨®lo los simples calificar¨¢n de lesbianismo; surge amor, o amistad m¨¢s fuerte que el amor: "Tengo que creer en sentimientos como el que narro en mi pel¨ªcula, porque es completamente cierto que existi¨®. Yo lo viv¨ª. Madelaine comparti¨® nuestra vida hasta su muerte, hace tres a?os. Mire, suele decirse que la amistad es el amor que dura, y puede que sea cierto. Pienso que el amor entre Madelaine y Lena no era una pasi¨®n homosexual... Era mucho m¨¢s que eso. Durante el rodaje lo he entendido, y debo decir que con Isabelle Huppert jug¨¢bamos un poco a ello, jug¨¢bamos a Lena y Madelaine mientras film¨¢bamos y despu¨¦s de acabar la pel¨ªcula. Pero no es lo mismo"."Encontrar un reparto tan id¨®neo ha sido mi trabajo, es el trabajo del director. ?Sabe?, si una misma se convence de algo, acaba por convencer al mundo entero. En cuanto a mi labor con ellos, cuanto mejores son menos tengo que dirigirles. Se trata de conducirles a un estado de disponibilidad y de peligro, y luego estar con los ojos y los o¨ªdos bien atentos. Hay entre un director y sus actores relaciones de seducci¨®n, sean hombres o mujeres. Entonces, esa mirada de Miou-Miou, que dice usted que marca al personaje, es el resultado de mi mirada hacia ella, el resultado de mi deseo, y eso vale igual para los otros int¨¦rpretes".

Le pregunto si se da cuenta que le ser¨¢ dif¨ªcil hurtar su pel¨ªcula a la etiqueta de feminista. "No he querido hacer un filme feminista en el sentido de combate, de las mujeres hemos hecho esto y lo otro. No, y me defiendo mucho de esa calificaci¨®n. S¨ª; es posible que los hombres de mi pel¨ªcula sean m¨¢s d¨¦biles, sean como ni?os; pero que quede claro que he descrito a los hombres de una ¨¦poca determinada".

"Yo soy un producto de los a?os cincuenta. En tanto que tal mi personaje preferido es Madelaine. Ella es Ia activa, la mujer que se libera, la mujer artista, la mujer bohemia, que rechaza las convenciones; una mujer que rechaza las convenciones incluso cuando viste. Y es, al mismo tiempo, un ser fr¨¢gil que se rompe, que se resquebraja. Soporta desde su juventud el drama de que le mataran al marido, y eso la hace vulnerable, pero al mismo tiempo vive aires de libertad. A Madelaine yo le debo el placer de la m¨²sica, de la pintura, del arte... El placer, en definitiva".

Se aliment¨® de cine desde peque?a. Es una espectadora entregada, incondicional, que no entiende a la gente que no ve pel¨ªculas. Y no se queja del trabajo que tiene. "Dirigir cine... Cuando uno hace algo que le gusta, es muy dif¨ªcil y muy f¨¢cil al mismo tiempo. En cuanto a la misoginia de la profesi¨®n, s¨¦ que existe, s¨¦ que la tradici¨®n antifeminista tiene un peso enorme; es cierto, pero debo decir que no la he sentido especialmente sobre m¨ª. Yo act¨²o como si ese peso no existiese: es mi forma de luchar".