1.150 nacidos en Espa?a, ni?os evacuados en la guerra civil, viven en la Union Sovi¨¦tica
Un total de 1.150 personas nacidas en Espa?a, en su mayor¨ªa ni?os evacuados durante la guerra civil y hoy jubilados o al borde de la jubilaci¨®n, viven en la URSS en la actualidad. Est¨¢n muy integrados en la sociedad sovi¨¦tica, pero la mayor¨ªa desear¨ªa volver y recuperar la ciudadan¨ªa espa?ola. Esta colonia, resto del grupo de 5.000 exiliados que lleg¨® a haber en la Uni¨®n Sovi¨¦tica a principios de la d¨¦cada de los cuarenta, se distribuye entre Mosc¨² -donde reside aproximadamente la mitad-, Leningrado, Kiev y Dnepropetrovsk, seg¨²n datos de la embajada espa?ola en la URSS.
Estos espa?oles de origen, que tienen pasaporte sovi¨¦tico, se encuentran en gran medida integrados en la URSS, donde han pasado, poco m¨¢s o menos, las tres cuartas partes de sus vidas, donde han estudiado, trabajado y fundado familias. Se calcula que unas 2.000 personas, entre c¨®nyuges sovi¨¦ticos e hijos e incluso nietos comunes, est¨¢n vinculadas familiarmente al grupo de espa?oles.?stos, sin embargo, conservan en muchos casos sus acentos regionales de origen (castizo madrile?o, asturiano, vasco) y est¨¢n orgullosos de ello, aunque a veces mezclen el l¨¦xico ruso con el castellano, en frases peculiares del tipo "Mar¨ªa, davai (venga), coge la sumka (bolsa) y v¨¢monos".
Pese a su grado de integraci¨®n en el mundo sovi¨¦tico, aproximadamente la mitad desea volver a Espa?a y recuperar la ciudadan¨ªa espa?ola, seg¨²n estimaciones fundadas. Para ello, la mayor¨ªa espera a consolidar su pensi¨®n, ya que s¨®lo si llegan a la edad de la jubilaci¨®n (que en la URSS es de 55 a?os para la mujer y 60 para el hombre) podr¨¢n seguir cobrando su paga de jubilados en Espa?a, adonde las autoridades sovi¨¦ticas la transfieren en divisas de acuerdo con el cambio oficial del rublo.
El 'Sem¨ªramis'
Sucede, sin embargo, que una pensi¨®n media-alta sovi¨¦tica, situada ente los 80 y los 120 rublos (16.000 a 24.000 pesetas) no es suficiente para vivir en Espa?a, menos a¨²n si antes no se ha creado la infraestructura necesaria o no se dispone de familia que pueda ayudar en los gastos de traslado e instalaci¨®n. La legislaci¨®n sovi¨¦tica no permite a los emigrantes llevarse sus ahorros o los objetos de valor acumulados a lo largo de su vida.
El regreso m¨¢s masivo a Espa?a afect¨® aproximadamente a 1.500 personas, que volvieron en 1956 en el barco griego Sem¨ªramis. En la actualidad, contin¨²an produci¨¦ndose regresos a un ritmo de varias decenas anuales. En 1983, sin embargo, la cifra se redujo considerablemente: volvieron s¨®lo nueve personas en total.
Tanto los espa?oles de origen como sus consortes sovi¨¦ticos tienen procedimientos relativamente f¨¢ciles para recuperar, o adquirir, la nacionalidad espa?ola. En el caso de los hijos de matrimonios mixtos no existe un fundamento de derecho para la adquisici¨®n de la ciudadan¨ªa espa?ola, aunque se puede solicitar a t¨ªtulo de gracia individual. Para ello, el ciudadano debe declararse identificado con los or¨ªgenes espa?oles de uno de los progenitores y pedir una carta de naturaleza. El tr¨¢mite es lento y en la actualidad hay una treintena de casos pendientes de resoluci¨®n.
Desde 1977 se han concedido algo m¨¢s de medio centenar de naturalizaciones de este tipo.
A la hora de regresar a Espa?a, el trabajo y la vivienda son los problemas m¨¢s graves que se presentan a los emigrantes, a veces t¨¦cnicos altamente cualificados, que han de aceptar empleos muy por debajo de su capacidad o desvinculados de ella. Esto, y una sensaci¨®n muy marcada de desarraigo, ha hecho que haya habido incluso quien ha regresado de nuevo a la URSS y quien incluso, despu¨¦s de este titubeo, vuelve a pensar en regresar a Espa?a por segunda vez.
Aunque cierta lentitud burocr¨¢tica es habitual en los tr¨¢mites para la emigraci¨®n, existen varios casos de ni?os de la guerra a quienes las autoridades sovi¨¦ticas han puesto adem¨¢s pegas para regresar a Espa?a. La embajada espa?ola en Mosc¨² se niega a dar nombres y cifras, pero el n¨²mero de personas a quienes se pon¨ªa trabas para emigrar era, al parecer, de nueve en 1983, cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, visit¨® la URSS.
Desde entonces la cifra se ha reducido paulatinamente y en la actualidad una persona acaba de resolver su caso y queda s¨®lo otra a la que se niega la posibilidad de partir, seg¨²n informan fuentes solventes. Se trata de Adolfo Gonz¨¢lez Mart¨ªnez, un asturiano de 56 a?os, que fue titular de la Direcci¨®n T¨¦cnica de Petr¨®leo de la URSS (cargo equivalente al de viceministro) hasta 1969 y posteriormente (1969-1979) primer vicedirector del Instituto de Investigaci¨®n en la Rama de Petr¨®leo de la URSS, cargo que ocup¨® hasta que pidi¨® abandonar el pa¨ªs. Con un escudo de Asturias en la solapa y un libro en castellano en la mano, Adolfo Gonz¨¢lez, que lleg¨® a Leningrado en 1937 y acab¨® con medalla de oro su bachillerato sovi¨¦tico, explic¨® a esta corresponsal que desde 1978 viene solicitando reiteradamente el emigrar a Espa?a y su petici¨®n ha sido rechazada 10 veces.
Negativa de vacaciones
A Gonz¨¢lez y a su esposa, sovi¨¦tica de origen, les ha sido negada incluso la posibilidad de ir de vacaciones a Espa?a, donde residen sus dos hijos, ambos ingenieros, y una nieta. Las autoridades sovi¨¦ticas no han explicado la raz¨®n de su negativa, pero su origen est¨¢ probablemente en el acceso a informaci¨®n confidencial que tuvo en el pasado Gonz¨¢lez, hoy titular de un puesto como vicedirector en un centro de organizaci¨®n del trabajo cient¨ªfico y la producci¨®n.
El asturiano cree que las reiteradas negativas son m¨¢s bien una cuesti¨®n de inercia administrativa, ya que la informaci¨®n a la que hubiera podido tener acceso "se ha quedado anticuada con los a?os".
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