La comedia en el franquismo
El significado de la obra de Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Heredia dentro de la cinematograf¨ªa de la posguerra civil espa?ola es, en cierta manera, decisivo. Despu¨¦s de una experiencia ef¨ªmera como autor de libretos de algunas revistas musicales madrile?as que alcanzaron fama, como Yola y Si Fausto fuera Faustina, S¨¢enz de Heredia comenz¨® su trabajo cinematogr¨¢fico durante la Segunda Rep¨²blica. En 1934 dirigi¨® su primer filme, Patricio mir¨® a una estrella, en 1935 realiz¨® La hija de Juan Sim¨®n, y, finalmente, en 1936, ?Quien me quiere a m¨ª?.Volvi¨® a la actividad cinematogr¨¢fica, en 1940, con Via crucis del Se?or por las tierras de Espa?a, t¨ªtulo que es ya una involuntaria definici¨®n del que fue nuevo rumbo de su cine bajo el r¨¦gimen de Franco, quien le consider¨® como su cineasta favorito y, en consonancia, le permiti¨®, d¨¦cadas despu¨¦s, rodarle personalmente en Franco, ese hombre, una famosa entrevista, que hoy es un importante y curioso documento hist¨®rico.
El destino se disculpa se emite hoy a las 22
20 por la segunda cadena.
Una buena parte de la obra de S¨¢enz de Heredia est¨¢ en consonancia con esta su situaci¨®n personal de cineasta ¨¢ulico dentro de la c¨²pula del franquismo. Es el director de Raza, con gui¨®n del propio Franco, de La mies es mucha, de Las aguas bajan negras, de Mariona Rebull, de Don Juan, de Los ojos dejan huella y de algunos de los filmes de alta alcurnia y solemnidad de aquel tiempo. Considerado como un experto en films de calidad, se le destinaron a S¨¢enz de Heredia algunos los trabajos de mayor riesgo, de mayor empaque, e ideol¨®gicamente m¨¢s combativos.
Probablemente es esta la vista a estas alturas, parte menos convincente de su obra. Porque hay otro lado de S¨¢enz de Heredia, menos comprometido aparentemente con la ideolog¨ªa imperialcat¨®lico-franquista, pero que en la actualidad tiene mucho m¨¢s peso cinematogr¨¢fico que los grandes dramas y dramones oficialistas, que, a su manera, intent¨® ennoblecer con su innegable oficio.
Esta otra parte de su obra es la comedia, en la que puede y debe ser considerado como uno de sus m¨¢s finos cultivadores de entonces. De hecho hay un t¨ªtulo suyo, Historias de la radio, de 1955, ya en plena transformaci¨®n del cine espa?ol, tras la irrupci¨®n en ¨¦ste de Bardem y Berlanga, que es un filme de excelente factura y realizado con una ligereza y finura formal poco frecuentes en los cineastas de su generaci¨®n.
En la comedia, S¨¢enz de Heredia dejaba en casa todo rastro de campanudismo e hizo, por ello, buenos ejercicios de di¨¢logo formal entre c¨¢mara y actores. El juego de actores de Historias de la radio es de los mejores del cine espa?ol de los a?os 50, pero ya en el filme que TVE emite esta noche, El destino se disculpa, realizado en 1944, dio muestras de que este dominio no era casual. El filme, hoy, puede resultar anacr¨®nico, pero posee virtudes innegables.
Este curioso y estimable filme tiene a¨²n viveza, sentido del muy peculiar tiempo f¨ªlmico que requiere la comedia y, sobre todo, un excelente uso de los actores. Esto pone de manifiesto que S¨¢enz de Heredia sab¨ªa cuando y como bajar el tono de las huecas y campanudas alturas del cine imperial hasta el suelo, situando su c¨¢mara a la altura de la mirada del espectador. Hay quien dice que este aparente ejercicio de humildad es justamente lo m¨¢s dificil de alcanzar en cine. S¨¢enz de Heredia lo alcanz¨®, si se quiere por excepci¨®n, pero esta excepci¨®n no puede ser casual. Los int¨¦rpretes son Rafael Dur¨¢n, siempre un poco afectado, Fernando Fern¨¢n G¨®mez, que ya ofrec¨ªa latigazos de su talento, Nicol¨¢s Perchicot y Manolo Mor¨¢n, siempre buenos actores de reparto, y Milagros Leal y Mar¨ªa Esperanza Navarro.
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