Las masas gastron¨®micas
No te puedes fiar ni de tu padre Paul Bocuse, profeta de la nouvelle cuisine, ha renegado de su invento y reivindica la cocina tradicional. Tardar¨¢n las cosas en recuperar el sitio de las cosas, porque, por ejemplo, la nueva cocina a¨²n est¨¢ en plena fase de adoctrinamiento mundial.No se habla de otra cosa. Los en otro tiempo honrados padres de familia que ejerc¨ªan de patriarcas desde su sill¨®n privilegiado andan entre cazuelas y caldos cortos o tu¨¦tanos en busca de la piedra filosofal de Ia costilla de buey con tu¨¦tano y con salsa de vino", y no hay ex secretario general de partido marxista-leninista que no haya intentado guisar un fais¨¢n relleno de foie-gras, eso s¨ª, a la Souvarov Hasta los patados, que guisan lo que pueden entre ocios y amarguras, han descubierto que el chino afin a los sofritos y convierte las patatas viudas de posguerra en un comistrajo de buen ver. La categor¨ªa de gourmet se inscribe en las tarjetas de visita y en las biograf¨ªas para diccionarios enciclop¨¦dicos y hasta las masas se intercalan recetas como si fuera esta noche la ¨²ltima vez. Esta hermosa vulgarizaci¨®n del saber culinario se origina en el herm¨¦tico saber de los eruditos, luego apropiado por los snobs, divulgado por los publicistas e industriales y asumido por miles y miles de s eres humanos desencantados de la vida y de la historia. Brillat Savarin fin de milenio, Xavier Domingo le puso eslogan al asunto ... : "... cuando s¨®lo nos queda la comida", y se lo han tomado al pie de la letra hasta los inspectores de Hacienda, s¨®lo corrompibles a cambio de la f¨®rmula de las berenjenas con langostinos. Tan masivo es el orgasmo, que los esnobs se han mosqueado y andan por ah¨ª reivindicando el huevo duro con granos de s¨¦samo, las acelgas y otros flagelos del paladar, hasta que descubran la hamburguesa y la pongan de moda como el no va m¨¢s de la posmodernidad. Mientras tanto, las masas buscan vinagres al ajo, al hinojo, al lim¨®n limonero, en una rebeli¨®n gastron¨®mica que es un escandaloso destape del paladar. Los esnobs se purgan, los industriales de la comida se frotan las manos y alguien prepara, a estas horas, un suculento golpe de Estado.
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