Todos los poderes
En el desarrollo del espect¨¢culo taurino, el presidente tiene todos los poderes. Autoriza o no los toros en reconocimiento, dirige el desarrollo de la lidia, premia y sanciona, env¨ªa a examen las astas si las considera con sospecha de fraude, y hasta puede suspender el festejo.Otra cuesti¨®n es que los presidentes asuman plenamente estas funciones. Porque la mayor parte de los actuales presidentes de la plaza de Las Ventas, en cada corrida permite que se incumpla buen n¨²mero de normas reglamentarias, bien por permisividad, bien por inadvertencia.
La parte del espect¨¢culo en la que se infringen m¨¢s asiduamente dichas normas es la que se refiere al tercio de varas. Los caballos que se utilizan en Madrid no son aptos para realizar esta suerte. Los petos son excesivos en relaci¨®n con el peso y las dimensiones que marca el reglamento. Las corruptelas de la carioca, tapar la salida, demorar los quites, son habituales. Tambi¨¦n los mismos puyazos, que los picadores administran traseros, rectificando la colocaci¨®n, barrenando o a toro parado.
A¨²n hay muchas otras normas que se incumplen, entre las cuales es de importancia capital la aceptaci¨®n desde el palco de toros que est¨¢n fisicamente incapacitados para la lidia.
El p¨²blico tiene sensaci¨®n de desamparo por culpa de ciertas actitudes de los presidentes. Por ejemplo, nadie entiende que las corruptelas antes apuntadas se produzcan con la m¨¢s absoluta impunidad, como nadie iba podido comprender por qu¨¦ la corrida del pasado domingo se dio ¨ªntegra, a pesar de que estuvo diluviando durante toda la tarde y la suspensi¨®n se daba por supuesta.
Babelia
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