Swet Ian Dury

Una vez m¨¢s, Ian Dury estuvo en nuestro pa¨ªs. Con una promoci¨®n deficiente, con unas entradas realmente caras -la ¨²ltima vez que, vino fue a la fiesta del PCE-, cay¨® del cielo en medio de unas fiestas de San Isidro en las que se ha prescindido del rock internacional por no se sabe qu¨¦ extra?as razones. No vino en compa?¨ªa de los Blockheads, los geniales Zoquetes, que crearon su sonido. Tan s¨®lo uno de ellos, el pianista Mick Gallagher, y los dem¨¢s, dos guitarras, bajo, bater¨ªa, percusionista, un saxo, un trompeta y un cantante, grandes m¨²sicos que hac¨ªan derivar hacia el jazz rock todo el repertorio de Dury. ?ste sali¨® a escena media hora despues de lo previsto, con el consiguiente estado de impaciencia por parte del p¨²blico que abarrotaba la sala.M¨¢s elegante que de costumbre, Dury se hizo con el tema a base del incre¨ªble ritmo impreso por un grupo en el que sus miembros tocan todos los instrumentos de forma percutiva. Wake up! y todo el mundo pasa a experimentar el funky en su organismo. Despu¨¦s, el resto del repertorio, concebido para bailar: Hit me with your rythm stick, Spasticus Autisticus, Friends y, c¨®mo no, Sex, drugs and Rock'n Roll, que sirvi¨® para cerrar el concierto, una hora y media con los bises.

Hay que decir que la cosa son¨® fr¨ªa con respecto a lo que los Blockheads sol¨ªan ofrecer, pero gan¨® en t¨¦cnica musical, y tal vez sea esto lo que Dury est¨¦ buscando en esta etapa de madurez musical que est¨¢ atravesando en la actualidad. Pero queda ya lejos el sentimiento rockero que acompa?¨® a sus principios, y del que s¨®lo hubo un ligero destello en esta actuaci¨®n. Pero que fue, eso s¨ª, el mejor momento del show: Sweet Gene Vincent.