Roy Haynes, contra los elementos

El grupo Cl¨®nicos es el de ideas m¨¢s avanzadas de los que han llegado a la final de la Muestra de Jazz Madrile?o. En una ciudad con millones de habitantes tiene que haber gente que haga m¨²sica as¨ª: el esfuerzo constante de Pelayo Fern¨¢ndez Arrizabalaga por mantener viva en Madrid la llama de la vanguardia debe merecer nuestro apoyo y nuestras simpat¨ªas.Luego actu¨® el bater¨ªa Roy Haynes. Le hemos visto otras veces con m¨²sicos de su misma categor¨ªa, como Hank Jones, Joe Henderson o Ray Brown. En esta ocasi¨®n vino como jefe de unos chicos prometedores, pero que est¨¢n todav¨ªa muy por debajo de ¨¦l. El saxo, Ralph Moore, resulta tanto mejor cuanto m¨¢s nos recuerda a Coltrane. El pianista japon¨¦s Hideki Tekao, incorporado al grupo a ¨²ltima hora, es acompa?ante a veces inoportuno; como solista, aunque tiene muy buenas facultades, le da por ponerse percusivo, acaso con la intenci¨®n de superar al l¨ªder: pero en esa batalla tiene muy poco que hacer. A Santi de Briano, contrabajo, le hemos de agradecer que nos haya aliviado de sufrimientos en varios conciertos de Archie Shepp, y ahora hay que felicitarle tambi¨¦n porque conserve tanto inter¨¦s por la afinaci¨®n.

Que Roy Haynes est¨¦ por encima de los dem¨¢s m¨²sicos tiene su lado bueno, porque Roy se olvida de su acostumbrada discreci¨®n, exhibe m¨¢s sus habilidades y hace solos m¨¢s largos de lo que en ¨¦l es normal. Se le puede reprochar alg¨²n detalle accesorio, como el poco caso que hace de los otros en algunos momentos. Pero musicalmente hay que elogiarle todo. S¨®lo por verle cambiar compases con el grupo, o seguir el tema en las enrevesadas composiciones de Monk, merec¨ªa la pena mandar las naves contra los elementos y acudir a la Carpa.