Fortificaciones y blindados sirios se suceden en la carretera entre Damasco y el Gol¨¢n
ENVIADO ESPECIAL, A lo largo de la treintena de kil¨®metros de carretera que separan Damasco de la zona desmilitarizada del Gol¨¢n, donde la fuerza de las Naciones Unidas (UNTSO) separa desde hace una d¨¦cada a los ej¨¦rcitos sirio e israel¨ª, aparece una serie de cuarteles, intercalada con modernos carros de combate T-62 y T-72, de fabricaci¨®n sovi¨¦tica, que alternan a su vez con los camiones cargados con ¨®rganos de Stalin. Cada accidente del terreno disimula alg¨²n nuevo armamento.Desde los Altos del Gol¨¢n, ocupado por Israel desde hace 17 a?os, hasta el frente del sur de L¨ªbano, sin olvidarse de la enorme estaci¨®n de escucha en lo alto del monte liban¨¦s Baruk, el Ej¨¦rcito de Tel Aviv ha paseado a la Prensa internacional para intentar ganarla a su causa. Pero las Fuerzas Armadas sirias, menos preocupadas por su imagen externa, nunca han querido organizar visitas a sus posiciones, y el viaje a Kuneitra, la capital destruida de la regi¨®n, es para los periodistas una excepcional oportunidad de observar el despliegue en Siria de las tropas que manda el ministro de Defensa, Mustaf¨¢ Tlass.
A medida que el autob¨²s se aleja de Damasco en direcci¨®n al Sureste, el tr¨¢fico se hace menos intenso y s¨®lo veh¨ªculos militares o de las Naciones Unidas circulan, por la carretera, a cuyos lados trabajan numerosos soldados en la construcci¨®n de mont¨ªculos que deber¨¢n impedir un eventual avance de los blindados enemigos o de refugios antia¨¦reos en los que se esconder¨¢n helic¨®pteros o cartos y cuyas h¨¦lices o torretas sobresalen a veces de las fortificaciones.
Bruscamente, a apenas 30 kil¨®metros de la capital, un peque?o edificio de un piso, en cuya pared han sido pintadas las banderas entrecruzadas de Siria y Palestina, anuncia un cambio,de paisaje: la agricultura sustituye a la exhibici¨®n de material militar, al tiempo ,que un oficial pide a los periodistas la autorizaci¨®n del Ministerio de Defensa para penetrar en la zona desmilitarizada que se extiende a ambos lados de la l¨ªnea de demarcaci¨®n y donde tanto sirios como israel¨ªes s¨®lo pueden llevar armas ligeras.
Las ruinas de Kuneitra
Otros 30 kil¨®metros de ancho son necesarios para que las primeras casas destruidas -voladas por el Ej¨¦rcito israel¨ª antes de retirarse de la ciudad en diciembre de 1974, explica nuestro gu¨ªa, Samir- indiquen la entrada a Kuneitra, la capital del Gol¨¢n hasta 1967, que entonces ten¨ªa 60.000. habitantes, en cuyas ruinas, sobre las que crece la hierba, s¨®lo vive ahora una familia que se ha resistido a emigrar a esa otra ciudad nueva construida por el Gobierno sirio a siete kil¨®metros.Todo estar¨ªa silencioso en las calles de esta ciudad-fantasma si no fuese porque centenares de mujeres iran¨ªes vestidas de negro corean desde el tejado del hospital en ruinas de Kuneitra esl¨®ganes como "larga vida a Siria" o "muerte para el sionismo, EE UU y Rusia". Nuestro gu¨ªa explica que son viudas de guerra que han cruzado el este de Turqu¨ªa para visitar Siria, el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe aliado de Ir¨¢n en su guerra contra Irak.
Entre dos fotograf¨ªas y dos pancartas, una turista iran¨ª aprovecha la oportunidad para denunciar ante el peque?o grupo de periodistas, algo sorprendidos, "los bombardeos israel¨ªes sobre Abad¨¢n", la segunda ciudad de Ir¨¢n, donde asegura residir, y que hasta ahora s¨®lo ha sido atacada por la artiller¨ªa y la aviaci¨®n iraqu¨ªes. Desde el otro edificio alto de Kuneitra, el cine El Andalus, donde un soldado sirio O'bserva el territorio controlado por el enemigo con unos simples gemelos, se ven a¨²n mejor los asentamientos agr¨ªcolas israel¨ªes -que son visitados tambi¨¦n por turistas norteamericanos llegados en autob¨²s- y el bosque de pantallas de radar y antenas instaladas en los montes del Gol¨¢n, con los que el Tsahal (Fuerzas Armada de Israel) escucha y vigila los movimientos de sus enemigos.
Una estrecha carretera, a cuyos bordes ondea la bandera siria, la de la ONU y la israel¨ª, permite a los soldados de la UNTSO cruzar de una a otra zona desmilitarizada y servir de intermediarios entre los dos beligerantes -que no mantienen ning¨²n di¨¢logo directo- en caso de que surjan problemas a lo largo de la l¨ªnea de demarcaci¨®n.
Del otro lado de una cordillera nevada, perfectamente visible a la derecha del Gol¨¢n, y a tan s¨®lo 25 kil¨®metros de Damasco, est¨¢ otro frente mucho m¨¢s activo y peligroso para la seguridad de Siria: el de la llanura libanesa de la Bekaa, donde desde hace ya casi dos a?os los dos ej¨¦rcitos regulares m¨¢s poderosos del Pr¨®ximo Oriente, el sirio y el israel¨ª, est¨¢n frente a frente.
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