Una decisi¨®n sonrojante
LAS SANCIONES de tres meses -en realidad uno, septiembre- impuestas a tres jugadores del Barcelona y a otros tres del Athl¨¦tic de Bilbao han vuelto a poner de manifiesto la necesidad de un cambio radical en las estructuras y personas que gobiernan el f¨²tbol espa?ol. El llamado Comit¨¦ de Competici¨®n de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol no ha asombrado pr¨¢cticamente a nadie con estas decisiones, tras los graves incidentes acaecidos en la final de la Copa del Rey de f¨²tbol. Otros fallos anteriores procedentes de esa misma fuente contribuyeron tan sobradamente a su descr¨¦dito que lo m¨¢s sorprendente ahora hubiese sido una actuaci¨®n jur¨ªdico-deportiva ejemplar.Lo que 100.000 testigos en el campo, millones de personas en directo ante el televisor y un n¨²mero todav¨ªa mayor con posterioridad a trav¨¦s de las repetidas im¨¢genes del v¨ªdeo y la Prensa han conocido, entre avergonzados y at¨®nitos, no ha sido capaz de descifrarlo el comit¨¦ federativo, que ha optado no s¨®lo por una parodia de sanci¨®n, sino, a la vez, una grotesca componenda en el n¨²mero, burlescamente igual por cada bando, de los culpables.
Independientemente de qui¨¦nes estuvieron implicados en la refriega final, todo el mundo -menos, curiosamente, los tres jueces del c¨¦sped y luego los cinco del comit¨¦- conoce qui¨¦n y c¨®mo inici¨® los enfrentamientos y qui¨¦nes se vieron involucrados en ellos. Todos los protagonistas de esa reyerta se hicieron acreedores de castigo, pero un m¨ªnimo sentido de la justicia sugiere que no ha de corresponder a todos la misma pena, tanto por raz¨®n de qui¨¦n provocara los enfrentamientos como por el grado de participaci¨®n en ellos. Sin embargo, parece vano reclamar del. comit¨¦ un supuesto inter¨¦s en aplicar con independencia e imparcialidad las leyes. Antes que justicia, el comit¨¦ hace pol¨ªtica, y como en tantas otras ocasiones, su actuaci¨®n se encuentra menos dirigida por los principios de equidad que por las sugerencias que el poder de los clubes dicta.
La revisi¨®n de los c¨®digos por los que se rigen tanto los ¨¢rbitros, como los ¨®rganos enmarcados en la federaci¨®n debe ser objeto de un tratamiento tan urgente como radical. No hacerlo antes ha supuesto propiciar que el f¨²tbol espa?ol se convierta en un hervidero de arbitrariedades y agravios comparativos tan numerosos que han sumido ya a jugadores, t¨¦cnicos y aficionados en la desmoralizaci¨®n o el desconcierto. Que los jugadores culpables de los bochornosos incidentes de la final de la Copa reciban, por ejemplo, la misma sanci¨®n que el madridista Pineda por una agresi¨®n incomparablemente menor da muestra del err¨¢tico criterio de los juzgadores.
La declaraci¨®n de que las sanciones a los jugadores del Athl¨¦tic de Bilbao y al Barcelona se adoptaron "tras un profundo y meditado an¨¢lisis del asunto", en palabras del presidente del Comit¨¦ de Competici¨®n, mueven a la irrisi¨®n. Las cintas de v¨ªdeo fueron visionadas por los jueces junto a dos personas ajenas al comit¨¦, de cuya presencia no se ha dado explicaci¨®n suficiente. Efectivamente, las irregularidades, la duplicidad en los cargos y las trastiendas, tan frecuentes y amplias, hacen hoy de las instituciones que rigen el mundo del f¨²tbol un indigno foco de favoritismos personales y atropellos que cualquier autoridad responsable y digna no deber¨ªa seguir tolerando m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.