Betancur, considerado gran art¨ªfice del acuerdo de paz con la guerrilla colombiana
El cese el fuego establecido por la principal organizaci¨®n guerrillera colombiana, las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC), y las expectativas moderadamente optimistas de hacerlo extensivo pr¨®ximamente a otros grupos alzados en armas han elevado notablemente la popularidad del presidente Belisario Betancur, quien es reconocido por la mayor¨ªa de su pa¨ªs como el gran art¨ªfice de la paz.
El 7 de agosto de 1982, cuando Belisario Betancur lleg¨® al poder, se dirigi¨® a una multitud concentrada en la plaza de Bol¨ªvar de Bogot¨¢ y anunci¨®: "Levanto mi blanca bandera de paz ante los oprimidos, ante los alzados en armas de todas las regiones; de todas las procedencias. No quiero que se derrame ni una sola gota m¨¢s de sangre colombiana".El esfuerzo -muchas veces en solitario- de Betancur se vio coronado con el ¨¦xito el pasado lunes. Miles de personas se reunieron en el mismo escenario agitando pa?uelos y banderas blancas para celebrar el cese el fuego con las FARC. Lo mismo ocurri¨® en Medell¨ªn, en Cartagena, Manisales, Bucaramanga, Barranquilla...
El n¨²mero dos de las FARC y su principal ide¨®logo, Jacobo Arena, declar¨® ayer que este acuerdo ha sido posible "porque en el Gobierno de Betancur hemos sido o¨ªdos". La hist¨®rica noche del pasado domingo, en alg¨²n lugar de las monta?as de Colombia, los guerrilleros que o¨ªan en la radio el discurso de Betancur a la naci¨®n asent¨ªan con un movimiento de cabeza cuando el presidente afirmaba que "paz es el nombre de la justicia ( ... ), la justicia en todos sus aspectos, por ejemplo el econ¨®mico y social".
Una importante personalidad jur¨ªdica que ha desarrollado un papel esencial en la firma del acuerdo de paz explicaba recientemente que "se ha producido el fen¨®meno curioso de la belisarizaci¨®n de los alzados en armas".
La interpretaci¨®n de un experto comentarista colombiano es que Betancur ha calado de tal manera en las clases populares colombianas que "ahora la izquierda tradicional tiene que plegarse al ritmo que marca Belisario o arriesgarse a desaparecer, porque Belisario es la izquierda". El proceso no deja de ser curioso si se recuerda que Betancur lleg¨® a la presidencia como candidato del Partido Conservador".
Con el cese el fuego, Betancur ha recuperado gran parte de su carisma perdido en los ¨²ltimos meses por el grave deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica. El Gobierno se ha visto obligado a reducir dr¨¢sticamente las importaciones, incluso de productos esenciales, por la ca¨ªda estrepitosa de la reserva de divisas. El salario m¨ªnimo, de unos 15.000 pesos (algo m¨¢s de 17.000 pesetas), no alcanza para satisfacer las necesidades fundamentales. Varias empresas se han visto obligadas a cerrar y ha aumentado considerablemente la inestabilidad laboral.
Adem¨¢s, el presidente ha sido en el ¨²ltimo a?o objeto de la presi¨®n de las fuerzas armadas, demostrada con la dimisi¨®n en enero de 1984 del ministro de Defensa, general Landaz¨¢bal, por desacuerdos con la pol¨ªtica de Betancur respecto a la guerrilla.
Hasta el momento, Betancur se mueve con ¨¦xito en ese trapecio de las negociaciones con la guerrilla. El compromiso de las FARC parece sincero, y ayer Jacobo Arenas asegur¨® que "nos vamos a transformar en un partido pol¨ªtico y saldremos a la plaza p¨²blica a disputarle las masas al Partido Liberal y al Partido Conservador".
Betancur insiste, por otra parte, en el di¨¢logo con el M-19 y los dem¨¢s grupos guerrilleros. Demostrando conocer la particular sensibilidad de estas organizaciones, el mismo d¨ªa del acuerdo con las, FARC, hizo lo posible para que apareciesen en televisi¨®n los principales dirigentes del M-19. Uno de los jefes del M-19, ?lvaro Fayad, explic¨® que "aspiramos a que la paz sea un proceso nacional, a que la paz suponga mejora de salarios, educaci¨®n, trabajo, salud, apertura pol¨ªtica".
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