Un grito por la paz

LAS DISCREPANCIAS en tomo a las cifras de asistentes -500.000 seg¨²n los organizadores, 100.000 seg¨²n la polic¨ªa municipal- a la manifestaci¨®n convocada ayer en Madrid por la Coordinadora Estatal de Organizaciones Pacifistas no empa?an el hecho de que el llamamiento a favor de un refer¨¦ndum claro e inmediato para que Espa?a salga de la OTAN y en pro del desmantelamiento de las bases norteamericanas en nuestro territorio con sigui¨® una notable respuesta. La presencia de al menos tres diputados del PSOE, Pablo Castellano, Donato Fuejo y Carlos L¨®pez Ria?o; del alcalde Madrid, Enrique Tierno Galv¨¢n, y de destacados dirigentes de UGT y Juventudes Socialistas entre los manifestantes evit¨® que la demostraci¨®n se convirtiera en una prueba de fuerza- contra el Gobierno.Los que condenan los movimientos pacifistas tienden a atribuir a la totalidad de esa corriente de opini¨®n la calificaci¨®n que ocasionalmente puedan merecer algunos de sus componentes. Resulta probable que los mismos Gobiernos que proh¨ªben dentro de las fronteras del bloque sovi¨¦tico las cr¨ªticas a la carrera armamentista fomenten, directa o indirectamente, las movilizaciones por la paz que tienen lugar en los pa¨ªses democr¨¢ticos. Y quiz¨¢ eso explique que determinados promotores de las manifestaciones en favor del desarme satanicen a la OTAN y no al Pacto de Varsovia.

Pero esos hechos, aun comprobados, son una mera an¨¦cdota con referencia a las decenas de miles de hombres y mujeres, de adultos y j¨®venes, que se manifestaron ayer en Madrid -como lo hicieran antes centenares de miles de europeos- para expresar su voluntad de paz, su rechazo de la pol¨ªtica de bloques y su condena de la carrera armamentista. Ellos no eran ni agentes sovi¨¦ticos ni ingenuos enga?ados, sino ciudadanos que tienen un concepto de la paz solidaria digno de elogio y admiraci¨®n. En el contexto de un planeta dominado por el enfrentamiento entre los bloques militares y escenario de conflictos b¨¦licos abiertos o larvados, la lucha en favor de la paz puede adoptar m¨²ltiples formas, y el Gobierno y el Parlamento est¨¢n legitimados para seleccionar las pol¨ªticas en este terreno.

Ahora bien, si a los ciudadanos de un sistema democr¨¢tico se les considera mayores de edad para elegir a sus representantes en las urnas, se les debe respetar tambi¨¦n esa misma condici¨®n a la hora de exponerles las razones de una determinada pol¨ªtica exterior y de defensa. Explicaci¨®n que en el caso espa?ol brilla por su ausencia.

En la manifestaci¨®n de ayer se combinaron tres peticiones: celebraci¨®n del refer¨¦ndum prometido por el PSOE en su programa electoral, salida de la OTAN y desmantelamiento de las bases norteamericanas. Las tres son de naturaleza pol¨ªtica distinta. Durante una larga etapa, los comunistas espa?oles, adversarios siempre de la integraci¨®n de Espa?a en la OTAN, se mostraron partidarios, sin embargo, de mantener en vigor los pactos bilaterales con Estados Unidos, que implican la presencia de bases en nuestro territorio. Dentro del PSOE, parecen registrarse actualmente posiciones contrapuestas, desde quienes -como el presidente de la Telef¨®nica, Luis Solana- desean la plena integraci¨®n en la OTAN y la renuncia al refer¨¦ndum hasta quienes desean que Espa?a adopte una estrategia neutralista, pasando por los que se limitan a apostar por la permanencia dentro de la Alianza Atl¨¢ntica -con o sin integraci¨®n militar- previa celebraci¨®n de la consulta popular. Entre tanto, el presidente del Gobierno y la mayor¨ªa de sus ministros optan por las medias palabras, los gui?os al p¨²blico y los gestos equ¨ªvocos, en espera quiz¨¢ del 30? Congreso del PSOE para aclarar n¨ªtidamente su posici¨®n. Los pol¨ªticos, por supuesto, tienen derecho a calcular sus jugadas, a marcar el ritmo de sus movimientos y a correr el riesgo de que el tiempo opere en su favor o en contra al mejorar o al pudrir las situaciones. Pero no es seguro que la considerable demora del Gobierno en exponer sus planteamientos respecto al refer¨¦ndum en tomo a las relaciones entre Espa?a y la Alianza Atl¨¢ntica pueda ayudar a que la opini¨®n p¨²blica de nuestro pa¨ªs disponga de los elementos de juicio imprescindibles "para que", como promet¨ªa el programa electoral del PSOE, "sea el pueblo espa?ol el que decida acerca de nuestra pertenencia a la OTAN".

La manifestaci¨®n de ayer estaba nutrida por muchos de los que en su d¨ªa acudieron a otra similar convocada por el propio Felipe Gonz¨¢lez, entonces l¨ªder de la oposici¨®n. Es el reflejo sincero de una preocupaci¨®n mucho m¨¢s extendida que la que porten cien mil o quinientos mil ciudadanos, pues el problema de la paz afecta a todos, y son millones los que rechazan la carrera de armamentos. La manifestaci¨®n fue, en cualquier caso, un ¨¦xito, imposible de adjudicar sin m¨¢s ni a la estrategia pol¨ªtica ni a la agitaci¨®n. El pacifismo activo tiene un futuro, y un presente, en nuestro pa¨ªs.