Carrillo
En el transcurso de una entrevista me preguntan mi opini¨®n sobre Santiago Carrillo, y la lanzo, en un contexto festivo, l¨²dico se dice ahora. Pero cuando veo mi respuesta reproducida negro sobre blanco me quedo turulato, adjetivo lamentablemente hoy en desuso. Es cierto. Yo dije eso. Pero supongo que me sonre¨ªa la voz, y en cambio la letra impresa no capta la sonrisa de la voz. En un pa¨ªs como el nuestro, donde a uno se le puede mentar a la madre cari?osamente, hay que Regar a la conclusi¨®n de que el insulto radica en el tono.Fiel a lo que dije en la entrevista, por otra parte excelente, no tengo m¨¢s remedio que pensar en voz alta sobre el extra?o fen¨®meno del efecto a la vez multiplicador y reductor de lo impreso y sobre el personaje en cuesti¨®n, Don Santiago, que se cierne sobre la sociedad espa?ola con el anuncio de una revista. Conociendo al personaje, no ser¨¢ una revista en balde. Carrillo tiene ganas de hablar a sus anchas, sin los filtros del compromiso militante, y a trav¨¦s de la historia ha demostrado que puede ser un buen periodista. Titula bien. Buena parte de la pol¨ªtica democr¨¢tica espa?ola antifranquista se ha desarrollado gracias a los titulares que Carrillo enviaba desde Par¨ªs, mucho, mucho antes de que el art¨ªculo fuera escrito. Incluso algunas veces nunca fue escrito.
Yo le he visto en el extranjero recibiendo dignidades de estadista, y con toda justicia, porque lo es. Ha sido uno de los m¨¢s importantes pol¨ªticos espa?oles de este siglo, y, en cambio, en su opini¨®n, no ha sido un buen secretario general. Nadie es perfecto. Es de destacar que un hombre respetado por algunos pr¨ªncipes de la tierra se haya sabido adaptar a la ruina relativa de su negocio y a ese modesto puesto de portavoz de una modesta minor¨ªa parlamentaria comunista. Cumple con su obligaci¨®n pero no con su devoci¨®n, y por eso necesita el amplificador de una revista para ganar la batalla de la mayor¨ªa en un cuerpo a cuerpo con el lector. "No podemos esperar 10 a?os para tener un 30%", les dec¨ªa a sus huestes antes del noveno congreso, y lo que no se ha conseguido al frente de un partido lo puede conseguir ahora a partir de una publicaci¨®n. Es un p¨¢jaro de cuidado. Es lo que quise decir al decir lo que dije. Palabra.
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