La frustraci¨®n de Europa
Los europeos han vuelto a salir frustrados de una cumbre econ¨®mica: nadie es capaz de hacer que Ronald Reagan admita p¨²blicamente que hay una relaci¨®n estrecha entre el d¨¦ficit presupuestario norteamericano y los altos tipos de inter¨¦s. El ministro de Hacienda canadiense, Marc Lalonde, lo expres¨® muy gr¨¢ficamente: "Cada vez que se lo decimos, responde: 'Yo estoy bien, Jack. ?A ti te pasa algo?. Su colega brit¨¢nico, Nigel Lawson, no ocult¨® tampoco su malhumor y, en contra de la pac¨ªfica tradici¨®n brit¨¢nica, no tuvo empacho en calificar de "poco serios y simplistas" a quienes mantienen lo contrario. Exactamente cinco minutos antes, el secretario del Tesoro norteamericano, Donald Regan, hab¨ªa asegurado p¨²blicamente que "no hay ninguna relaci¨®n entre ambas cosas".Jacques Delors, ministro de Finanzas franc¨¦s, reconoci¨® paladinamente que la "felicidad es siempre relativa": no es posible que Washington acepte un texto molesto cuando est¨¢ en plena campa?a preelectoral. Delors afirm¨® que los debates "hab¨ªan sido dif¨ªciles", pero algunos de sus ayudantes fueron diplom¨¢ticos: "Los norteamericanos est¨¢n sordos". Incluso los sherpas (apodo que han dado los periodistas a los expertos que ayudan a los jefes de Estado y de Gobierno a llegar a las cumbres m¨¢s o menos preparados), que suelen hablar con una cierta libertad, se encontraron con un pico insuperable.
Sentados detr¨¢s de sus jefes, enviaban notas a sus colaboradores, reunidos en otra sala, para encontrar m¨¢s argumentos. Como ¨¦sta es una era tecnol¨®gica, las notas no las llevaban conserjes de librea, sino que se escrib¨ªan, con bol¨ªgrafos electr¨®nicos, en una peque?a pantalla que cada sherpa portaba como si fuera una botella de ox¨ªgeno.
A falta de un compromiso norteamericano sobre tipos de inter¨¦s, los europeos se han negado a fijar fecha sobre una nueva ronda de negociaciones comerciales. Todos se llevan a casa una declaraci¨®n pol¨ªtica que parece casi el pre¨¢mbulo de la Constituci¨®n espa?ola de 1812: todo el mundo tiene derecho a ser feliz. S¨®lo faltaba al pie la frase que figura en el d¨®lar norteamericano: In God we trust (En Dios confiamos).
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