Colas de m¨¢s de siete horas en Los ?ngeles para comprar un mill¨®n de localidades en siete puntos de venta
La acusaci¨®n de que los ciudadanos de Los ?ngeles no estaban interesados en los Juegos Ol¨ªmpicos de verano ha quedado claramente desmentida a la vista de las enormes colas que se han formado en los siete diferentes puestos de venta que el comit¨¦ organizador ha instalado en la ciudad para liquidar el m¨¢s de un mill¨®n de entradas restante despu¨¦s de que se empezaran ya a mandar por correo los 3,5 millones que se compraron por este medio.
Las localidades que quedan disponibles no son, por lo general, para ninguna de las finales de los deportes m¨¢s populares, a excepci¨®n de las 10.000 que hab¨ªan reservado los 14 pa¨ªses que se han sumado al boicoteo iniciado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que ahora tambi¨¦n han sido puestas a la venta, puesto que los organizadores han entendido que si los deportistas no vienen por cuestiones de seguridad, los turistas de esos pa¨ªses, tampoco lo har¨¢n.Los organizadores han justificado esta decisi¨®n un tanto sarc¨¢sticamente. Harry Usher, director ejecutivo del comit¨¦, indic¨® que se les devolver¨ªa el dinero que estos pa¨ªses hab¨ªan pagado por adelantado, a excepci¨®n de un d¨®lar por entrada en concepto de gastos. "Tras analizar las circunstancias", dijo, y las razones que estos pa¨ªses han esgrimido para no participar en los Juegos Ol¨ªmpicos, hemos pensado que ser¨ªa igualmente peligroso someter a los turistas de estas naciones a peligros innecesarios. No queremos aumentar su ansiedad". Del total de ocho millones de entradas que estaba disponible al principio s¨®lo un mill¨®n .queda por vender. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional y los comit¨¦s ol¨ªmpicos y federaciones nacionales se quedan con un 30%. S¨®lo 400.000 han sido compradas por visitantes extranjeros.
Sin escepticismos
La decisi¨®n sovi¨¦tica de no pariticipar en los Juegos de la XXIII Olimpiada no cogi¨® a nadie por sorpresa en Los Angeles. La discreta paranoia que pod¨ªa apreciarse en las muy cautas y diplom¨¢ticas declaraciones de Peter Ueberroth cuando se le mentaba el tema, y el *contagioso nerviosismo que precedi¨® a la llegada de la delegaci¨®n sovi¨¦tica en diciembre pasado, no hac¨ªan presagiar nada bueno. Quiz¨¢ por. esto los angelinos no parecieron sorprendidos por la noticia y la opini¨®n de la calle es que los sovi¨¦ticos han querido, simplemente, vengarse del boicoteo ordenado por la Administraci¨®n Carter contra los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨², hace cuatro a?os, secundada por 57 pa¨ªses.
Tal vez para lo que ha servido la decisi¨®n sovi¨¦tica es para despojar a los habitantes de esta ciudad de la actitud esc¨¦ptica con la que hasta ahora se miraban los juegos. Hubo que convencerlos de que no les costar¨ªa ni un c¨¦ntimo. Les aterrorizaba la posibilidad de encontrarse inmersos en monstruosos atascos y rodeados de polic¨ªa y fuerzas de seguridad; tem¨ªan, con raz¨®n, los aumentos de los precios de los alquileres, la comida y todos los dem¨¢s bienes b¨¢sicos. En realidad, mucha gente hab¨ªa planeado marcharse de la ciudad durante las fechas de los juegos y alquilar sus casas a los visitantes. Todo esto parece haber cambiado. Varias encuestas de urgencia realizadas por canales de televisi¨®n locales revelaron, en un solo d¨ªa, un grado de inter¨¦s por los juegos insospechado hasta ahora, como si de pronto se hubieran dado cuenta de que faltan poco m¨¢s de mes y medio para la ceremonia de apertura.
Perjuicio econ¨®mico
Donde m¨¢s se ha sentido el golpe es entre los trabajadores y voluntarios de la organizaci¨®n ol¨ªmpica en Culver City, sobre todo por el perjuicio econ¨®mico que puede representar la ausencia de los sovi¨¦ticos y sus aliados. Se calcula que la organizaci¨®n podr¨ªa perder alrededor de 90 millones de d¨®lares, unos 13.500 nifflones de pesetas. Concretamente, el con" trato por las retransmisiones de televisi¨®n con la cadena ABC va a verse reducido en una cantidad apreciable, sujeta a un tribunal que determine el perjuicio exacto que el boicoteo puede representar. Esto por s¨ª solo pondr¨ªa a la organizaci¨®n en n¨²meros rojos- y, evidentemente, cercenar¨ªa los salarios y beneficios con los que contaban muchos de quienes han trabajado durante los ¨²ltimos a?os en poner en pie los primeros juegos organizados por la iniciativa privada.
Precisamente este tema, que hasta ahora era el orgullo de la ciudad, el haber podido organizar unos juegos sin acudir a los fondos p¨²blicos, ha empezado a ser criticado a ra¨ªz de la decisi¨®n sovi¨¦tica. Un alto funcionario del ayuntamiento de la ciudad, John Ferraro, concejal y posible candidato a alcalde en las pr¨®ximas elecciones, ha manifestado que una de las principales causas del boicoteo sovi¨¦tico estriba en que la iniciativa privada, en lugar de las autoridades locales, ten¨ªa absoluto control de los juegos, lo que ha provocado los temores sovi¨¦ticos sobre la seguridad de sus atletas.
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