"La voluntad de un pueblo que ama la libertad triunfa siempre" afirm¨® el Rey en la cena de gala que ofreci¨® a Ra¨²l Alfons¨ªn

La c¨¢lida acogida dispensada ayer a su llegada a Espa?a al presidente de la Rep¨²blica Argentina, Ra¨²l Alfons¨ªn, fue remarcada anoche a los brindis de la cena de gala que los Reyes ofrecieron en honor del presidente argentino. Don Juan Carlos celebr¨® el reencuenro entre los dos pa¨ªses "cuando por primera vez en muchos a?os pueden tenderse la mano y abrazarse en la esperanaza y en la libertad". El Rey, en referencia a la, fuerte deuda externa que tienen Argentina y otros pa¨ªses iberoamericanos, pidi¨® que se busquen "f¨®rmulas innovadoras y valientes que impidan la hipoteca del futuro" de esos pa¨ªses. Por su parte el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, prometi¨® a Ra¨²l Alfons¨ªn que Espa?a ayudar¨¢ "en la medida de sus posibilidades a Argentina a superar sus problemas". Durante su segundo d¨ªa de estancia en Espa?a, Alfons¨ªn se dirigir¨¢ a mediod¨ªa de hoy al Congreso y al Senado en una sesi¨®n conjunta y posteriormente mantendr¨¢ una entrevista con Felipe Gonz¨¢lez.La recuperaci¨®n de la democracia en Argentina ha demostrado que "la voluntad colectiva de un pueblo que ama la libertad triunfa siempre", afirm¨® ayer el Rey Juan Carlos en el brindis que ley¨® al final de la cena de gala ofrecida en el palacio Real al presidente argentino, Ra¨²l Alfons¨ªn, que ayer inici¨® en Madrid, la primera visita oficial que realiza al extranjero desde que el 30 de octubre pasado fuera elegido jefe de? Estado. En su discurso, el Monarca pidi¨® tambi¨¦n "f¨®rmulas innovadoras y valientes" para encarar el problema que la deuda externa plantea a Argentina y otros pa¨ªses latinoamericanos.En el brindis del Rey hubo tambi¨¦n una referencia a los cientos de miles de espa?oles que a lo largo de varios siglos -migraron a Argentina en busca de una vida mejor". Igualmente, record¨® el viaje que hizo a Argentina en 1978, en el tercer a?o le dictadura militar, y que fue la ¨²nica visita real que levant¨® reticencias en parte de las fuerzas pol¨ªticas espa?olas."Entonces", afirm¨® el Rey, "tuve ocasi¨®n de recordar qfue est¨¢bamos obligados a crear una sociedad abierta en la que la libertad y la justicia florecieran con el acento puesto en la libertad del hombre". "Hoy", a?adi¨®, "el mundo ha saludado la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa pol¨ªtica del pueblo argentino, el triunfo de la raz¨®n y la vida que hoy encarna vuestra presidencia".Necesidad sentida como propia

La recuperaci¨®n de la democracia argentina, prosigui¨® el Rey, se ha vivido en Espa?a "con una intensidad que tiene pocos antecedentes en las relaciones entre los pueblos", no s¨®lo "por los seculares lazos que nos unen", sino "tambi¨¦n porque desde nuestra democracia a¨²n reci¨¦n conquistada y desde nuestra convivencia paso a paso reconstruida el renacimiento argentino s¨®lo pod¨ªa verse como una necesidad apasionadamente sentida como propia".

La amistad hispano-argentina, dijo m¨¢s adelante el Rey, servir¨¢ para reforzar las instituciones de ambos pa¨ªses y "proyectarnos mejor y con m¨¢s fuerzas en la esfera internacional". Entre los sentimientos compartidos entre Espa?a y Argentina, el Rey cito¨® su "vocaci¨®n de paz" y la preocupaci¨®n por los conflictos existentes, especialmente los que "afectan a la comunidad de pueblos hisp¨¢nicos".

En una clara referencia a los ontenciosos que Argentina y Esafla tienen con el Reino Unido respecto a la soberan¨ªa de las islas Malvinas y Gibraltar, don Juan Carlos I afirm¨® que los dos pa¨ªses comparten tambi¨¦n, solidariamenente, "dolorosas secuelas coloniales que afectan a la integridad de la patria".

"Ambos", a?adi¨®, "sufrimos, en fin, una crisis econ¨®mica que ha frustrado muchas esperanzas y exige muchos sacrificios". "Espa?a", dijo despu¨¦s el Rey, "siente con especial angustia las consecuencias que la crisis econ¨®mica ha producido en el continente iberoamericano, y que se reflejan de forma dram¨¢tica en las escalofriantes cifras de la deudad financiera externa".

"Esas cifras", agreg¨®, "no son otras cosa que la representaci¨®n figurada de millones de vidas truncadas; aspiraciones sociales cuyo incumplimiento amenaza la convivencia ciudadana; hambre y miseria all¨ª donde la naturaleza y el trabajo del hombre pod¨ªan haber creado prosperidad y bienestar".

El Rey reclam¨® tambi¨¦n que las naciones del mundo, y especialmente las m¨¢s desarrolladas, busquen f¨®rmulas para afrontar este problema, "que ha desbordado ya el campo de las finanzas para convertirse en un desaf¨ªo pol¨ªtico para el conjunto de los estados". "F¨®rmulas innovadoras y valientes", a?adi¨®, "que impidan la hipoteca del futuro y responda no ya a las exigencias de la justicia sino a la necesidad de supervivencia", porque "ning¨²n pa¨ªs o grupo de pa¨ªses puede vivir y prosperar indefinidamente mientras el resto de la humanidad acent¨²a su marginaci¨®n".

El brindis del Rey concluy¨® con na cita de Azor¨ªn, que el Monara, dedic¨® al pueblo argentino, que en todos estos a?os de angusa no ha dejado un solo d¨ªa de esir presente en el coraz¨®n de los espa?oles": "Por la belleza, por la az, por el progreso, por el ideal lejano, por lo que cada uno en uestra esfera podamos hacer en favor de todo esto, comportemos nuestras fatigas y nuestros dolores".

Conquistas del mundo moderno

Ra¨²l Alfons¨ªn coincidi¨® con el Rey en describir la doble relaci¨®n hispano-argentina: la hist¨®rica y la provocada por el reencuentro de ambos pa¨ªses en la democracia. Alfons¨ªn afirm¨® que la reverencia argentina hacia Espa?a se debe a que "las dosgrandes conquistas del mundo moderno: la libertad pol¨ªtica y la libertad de conciencia" nacieron en Espa?a.La primera expresi¨®n de lo que iba a ser el constitucionalismo democr¨¢tico, afirm¨® Alfons¨ªn, se dio en la sofocada rebeli¨®n de los comuneros de Castilla de 1521. En un discurso lleno de citas, el presidente argentino mencion¨® a Francisco de Vitoria como creador del derecho internacional, y a Francisco Su¨¢rez, que se?al¨® al pueblo como ¨²nico due?o de la autoridad pol¨ªtica, adelantandose a Bodino, Montesquieu y Rousseau"

"Padeci¨® Espa?a una gran guerra", dijo m¨¢s adelante Alfons¨ªn anticip¨¢ndose al conflicto espa?ol de 1936-1939, "y Argentina fue el hogar de tantos exiliados". "Cuarenta a?os m¨¢s tarde", prosigui¨® aludiendo a la dictadura militar y al terrorismo vividos por su pa¨ªs, "cuando aqu¨ª se echaban las bases de la restauraci¨®n democr¨¢tica, padecio Argentina el delirio de dos violencias de sino contrario y estaragos similares, y fue Espa?a, entonces, el hogar de tantos desterrados. Pero tambi¨¦n nosotors triunfamos del horror y de la muerte y recuperamos la democracia"

Dos modelos aut¨¦nticos le forma de vida

"Los argentinos" a?adi¨® Alfons¨ªn, "miramos siempre a la Espa?a que existe dentro de nosotros y a Espa?a que ha desplegado su nueva democracia como dos molelos aut¨¦nticos y vivenciales de la forma de vida que estamos buscando".

"La Espa?a que hoy visitaiios", prosigui¨®, "no es solamene la Espa?a que surge de nuestra angre y de nuestra historia, -sino ambi¨¦n la Espa?a que bajo el einado de su Majestad se ha ,bierto nuevamente al mundo y a us hijos iberoamericanos, comiletando el apostolado iniciado hace 500 a?os por los reyes Fernando e Isabel".

"La democracia que estamos mpezando a vivir en nuestra paria", concluy¨® el presidente de la lep¨²blica argentina, "mira con ojos atentos y esperanzados el fianzamiento de vuestra demoracia"."La joven experiencia de.iocr¨¢tica espa?ola no s¨®lo nos aluda, sino que nos gu¨ªa y fortalee en el convencimiento de que el istema democr¨¢tico es el que m¨¢s cerca a los pueblos al dif¨ªcil logro de su felicidad, porque su acci¨®n escansa, fundamentalmente, en el respeto por el hombre".