El frente alternativo de la derecha
Acerca de las elecciones catalanas se han hecho toda clase de an¨¢lisis y la mayor parte de ellos, como es natural, han tratado de llevar el ascua a su sardina. Para ciertos pesoe¨ªstas, por ejemplo, el se?or Leguina, uno de los pocos autonomistas de la Comunidad Aut¨®noma de Madrid, si no es el ¨²nico, lo que el PSC ten¨ªa que haber hecho en Catalu?a es no utilizar el argumento nacionalista ajeno a los intereses de la clase obrera. En cambio, la federaci¨®n (creo que se les llama as¨ª a las secciones provinciales del PSOE) de Gerona reclamaba un PSC soberano y federado con los otros que existen en el resto del Estado, que en la hip¨®tesis habr¨ªan de ser igualmente soberanos.Pero eso ya estaba inventado y fue el PSC, entonces Converg¨¨ncia Socialista, inventada precisamente para que el MSC (Moviment Socialista de Catalunya) convergiera con el PSOE, la que m¨¢s empe?o puso en liquidarlo. Porque existi¨® primero la Confederaci¨®n Socialista Ib¨¦rica y, sin soluci¨®n de continuidad, la Federaci¨®n de Partidos Socialistas. Eran tiempos en los que lo que no hab¨ªa era PSOE, que empez¨® a dar se?ales de vida despu¨¦s del congreso de Suresnes, al borde ya del colapso franquista.
Por su parte, el centro considera que ya es hora de que los votos prestados al PSOE por la impresentabilidad de la Coalici¨®n Popular a causa del liderazgo de Fraga y sus muchachos -Verstrynge, Robles Piquer y otros dem¨®cratas de toda su vida... privada, corno les define mi amigo Jos¨¦ Vicente Mateo- vuelvan a su lugar de origen o adquieran su estado natural. La proposici¨®n consiste en crear un centro que no atemorice a quienes de ninguna manera quieren regresar a la debilidad frente al involucionismo o incluso a su proclividad. Ni siquiera desean una democracia tan fuerte como la que cabr¨ªa esperar del pasado inmediato -inmediatamente anterior a la muerte de Franco- de los l¨ªderes aliancistas.
Esa es la llamada operaci¨®n Roca que los democristianos del PDP, siguiendo una cierta tradici¨®n de familia, quisieran llevar al molino en el que se encuentran m¨¢s o menos c¨®modamente instalados. Para ellos lo constructivo ser¨ªa que los centristas no procedentes del franquismo -algunos incluso proceden del antifranquismo militante- blanquearan la colada fraguista -digo ahorafraguista, aunque no ser¨ªa impropio confundirse con franquista- y fueran as¨ª, todos juntos en uni¨®n, a las elecciones como alternativa del llamado socialismo.
No puedo decir que la cosa rne traiga sin cuidado como quisiera, porque temo el involucionismo, que sigo considerando posible, y porque a pesar de todo, una democracia con mayor¨ªa socialista siempre ser¨¢ m¨¢s democracia, aunque sea menos de la que necesitamos, que la emanada de una mayor¨ªa derechista. Baste recordar lo que sucedi¨® en la Segunda Rep¨²blica, durante el bienio negro. En Asturias pueden contar y no acabar. Y no s¨®lo en Asturias. En Catalu?a, por ejemplo, la autonom¨ªa qued¨® reducida a bien poca cosa, lo que conviene tener presente ahora que desde las m¨¢s altas instancias hasta las m¨¢s f¨¢cticas se relaciona peligrosa y acusadoramente a las aut¨®nomas con la solidez o la debilidad de "la unidad de Espa?a". Y las invocaciones sagradas son siempre temibles.
Un verdadero cambio
As¨ª pues, como no hay m¨¢s cera que la que arde -hasta que la impaciencia de una izquierda digna de tal nombre logre suscitar nuevamente la esperanza de un verdadero cambio- hay que especular con lo que se puede o no se puede esperar de las fuerzas electorales en juego, que son las que cuentan precisamente porque son las que se cuentan. Y lo que se cuenta es la cantidad de electorado que vot¨® PSOE porque no exist¨ªa su opci¨®n, que se mover¨ªa en la franja comprendida entre el centro derecha y el centro izquierda. Creo que s¨ª, que de haber existido una derechacentro-izquierda no franquista, el PSOE tendr¨ªa mayor¨ªa, pero no ser¨ªa absoluta.
Parece que Su¨¢rez aspira a cubrir ese espacio hasta el punto de no querer asociarse a la operaci¨®n Roca. Cree que entre su UCD y la AP de Fraga hab¨ªa m¨¢s diferencias de las que parecen. Yo creo que no. Hab¨ªa diferencias, pero no tantas. Al fin y al cabo, UCI) fue un puente, el de la transici¨®n contra la ruptura, entre el franquismo y lo otro, es decir, aquella esperanza de futuro en libertad que representaba la minoritaria oposici¨®n clandestina. Su d¨¦bil provisionalidad era patente y acab¨®, m¨¢s o menos, como ten¨ªa que acabar.
Pero dejando a un lado el papel m¨¢s o menos hist¨®rico que haya jugado el suarismo y su l¨ªder desde la muerte de Franco hasta la formulaci¨®n de la Constituci¨®n -y en haberlo protagonizado tienen ya su recompensa-, lo cierto es, o a m¨ª me lo parece, que la tan aireada transici¨®n empieza realmente cuando UCI) es desplazada del poder. Y si gana el PSOE con los millones que sean de votos prestados es porque gana el deseo mayoritario de alejarse del franquismo, incluido el que UCI) lleva inevitablemente impl¨ªcito, es decir, de poner democracia por medio.
Por eso me parece bastante normal que sea ahora cuando vayan apareciendo l¨ªneas generales de formaciones pol¨ªticas que tienden a situar las fuerzas electorales en su sitio. De lo que no estoy tan seguro, sin embargo, es de que los partidos que van naciendo respondan a esas tendencias. Y pongo por ejemplo al electorado del PSOE.
Si una parte de ¨¦l se va hacia el centro siguiendo la viabilidad que ha demostrado CiU en Catalu?a y que Roca quiera extrapolar a otras latitudes, ?se va por eso del centro? Se va nada m¨¢s de una tradici¨®n nominalista que los hechos desmienten cada d¨ªa. Se va nada m¨¢s de una tradici¨®n nominalista que los hechos desmienten cada d¨ªa.
Se va de un partido cuyo l¨ªder considera que el sistema de econom¨ªa libre de mercado es el menos malo de todos los que existen, sin a?adir, por ejemplo, que se podr¨ªa concurrir a esa libertad desde un sistema cooperativizado. Un l¨ªder resueltamente partidario no s¨®lo de la permanencia en la OTAN, sino del occidentalismo que amalgama a EE UU con el resto de pa¨ªses de la Alianza y basa la estrategia militar con la que se trata de defender un sistema pol¨ªtico com¨²n -donde cabe Turqu¨ªa y cupo el Portugal de Salazar- en mantener la superioridad armament¨ªstica sea cualquiera el coste que se reste de ese modo al desarrollo econ¨®mico.
Reducir dependencias
Un l¨ªder que niega la posibilidad del neutralismo, siendo as¨ª que es la ¨²nica opci¨®n que existe para construir la Europa de los pueblos y tratar as¨ª de reducir sus dependencias. La relaci¨®n de semejanzas puede ser m¨¢s larga, pero basta para preguntarse d¨®nde est¨¢ la diferencia entre el centrismo de, por ejemplo, la operaci¨®n Roca, incontaminada de las tentaciones nost¨¢lgicas constitutivas en donde se encuentren Fraga y sus muchachos, y un socialismo que no reconocer¨ªa, por supuesto, Pablo Iglesias redivivo y puesto al d¨ªa. Porque Minor¨ªa Catalana vot¨® la LODE y se mostr¨® con ello moderadamente laica. El PSOE lo es m¨¢s, ciertamente, pero no llega a lo que cabr¨ªa esperar de un socialismo cuya denominaci¨®n pudiera escribirse sin tener que entrecomillarlo.
As¨ª pues, ?ser¨¢n votos que regresan a su estado natural los que deriven del PSOE al centrismo, s¨ª es que ese fen¨®meno se produce? ?No ser¨¢n m¨¢s bien votos que se mueven en un mismo espacio con la sola diferencia de los acentos que unas veces se cargan sobre la izquierda y otras sobre la derecha del mismo centro?
Con todo, es precisamente el frente unido y sagrado que quiere hacer la derecha actualmente en funciones para constituirse en alternativa del socialismo que existe lo que da miedo. Porque si este socialismo les parece poco menos que demon¨ªaco, ?qu¨¦ porvenir nos aguardar¨ªa en el caso de que llegaran a la mayor¨ªa suficiente para gobernar? Y encima el PSOE quer¨ªa institucionalizar el bipartidismo hasta el punto de haber institucionalizado la oposici¨®n para favorecerlo. Es verdad que respecto de la Coalici¨®n Popular las diferencias del PSOE son m¨¢s notorias, pero esa no es bastante raz¨®n para jug¨¢rselo todo a una carta cada vez que hay que ir a votar. La realidad social tiene matices que deben reflejarse electoralmente, aunque luego sea m¨¢s dificil gobernar sin mayor¨ªa absoluta, con necesidad de alianzas que ponen de relieve los parecidos, las semejanzas.
Lo que el PSOE habr¨¢ de hacer para diferenciarse de una posible fuerza centrista flederada como la que propone Roca ser¨¢ correrse a la izquierda y correrse tambi¨¦n hacia el autonomismo, del que tan lejos est¨¢, cada vez m¨¢s, caminando hacia el federalismo. As¨ª puede que se revitalizaran las fuerzas a la izquierda del PSOE, con cuyo electorado -hoy depauperadamente minoritario- ser¨ªa lo l¨®gico que compitiera un socialismo digno de ese nombre. Y no con el electorado que hay en la direcci¨®n de su derecha, camino de un centro donde el socialismo nominativo no es m¨¢s que un elemento de confusi¨®n.
Porque, me pregunto, y termino, si la reaparici¨®n de la izquierda no depender¨¢ de que el PSOE pueda perder las elecciones sin que haya que temer por eso ni la involuci¨®n f¨¢ctica ni elfortalecimiento de la democracia a cargo de sus libertades, es decir, la involuci¨®n constitucional que tantos a¨²n desean. Y eso pasa porque haya derechacentro-izquierda sin que para eso tenga que dejar de haber socialdemocracia-socialismo-izquierda radical. Y sin que la rectificaci¨®n hist¨®rica de devolver su derecho a serlo a los pueblos diferentes de la pen¨ªnsula tenga que soportar la amenaza de la "sagrada unidad de la patria".
es periodista.
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