'Topaz', la CIA y los comunistas
Los incondicionales del cine de Hitchcock consideraron Topaz (1969), una de sus ¨²ltimas pel¨ªculas, como un nuevo juego sobre la realidad y su apariencia. En el confuso mundo de esp¨ªas en que se sit¨²a la an¨¦cdota del filme, nada es exactamente lo que parece ni los culpables son siempre los m¨¢s sospechosos, y de nuevo un hombre debe huir desesperadamente amenazado por un mundo desequilibrado y hostil. Entendida en esa clave, Topaz no ser¨ªa, pues, m¨¢s que un nuevo virtuosismo de este cineasta, capaz de concitar la atenci¨®n y el aplauso por su sabia manera de disponer los fuegos de artificio. Por ello es admirable.No se limitar¨ªa, sin embargo, Topaz a esa lectura. Pese a su claro prop¨®sito de no incidir nunca en el cine pol¨ªtico, Hitchcock repiti¨® aqu¨ª, tras Cortina rasgada, el esquema rampl¨®n del cine anticomunista norteamericano, generalmente burdo y elemental. Dentro de la confusi¨®n dram¨¢tica con la que juega hay elementos sencillos y directos: los agentes de la CIA, pulcros y pacifistas, contrastan con los revolucionarios cubanos, sucios y crueles, y con los franceses colaboradores de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cobardes y ligeramente memos: los torturados presos cubanos recuerdan La Piedad, de Miguel ?ngel; la belleza de la Casa Blanca emociona a la hija de un pol¨ªtico ruso, y la muerte de la contrarrevolucionaria cubana se representa como una iconograf¨ªa propia de postalita beata.
?Iron¨ªa? Se habl¨® de iron¨ªa en el tratamiento que Hitchcock hizo de esta novela de Le¨®n Uris, y sin duda iron¨ªa hay en ciertos aspectos del filme. Pero o ese distanciamiento humor¨ªstico es intermitente o se establece en un lenguaje que este cr¨ªtico no llega a entender, aunque, al parecer, las virtudes del filme son obvias para la mayor¨ªa.
Se ha escrito sobre Topaz: "Es el m¨¢s severo y el m¨¢s atroz filme de Hitchcock. Cualquier intervenci¨®n nuestra en favor de los personajes comporta una necesidad de destruir el sistema del que el filme es un retrato fiel: un enrollarse de p¨¦talos de color de porcelana, fruto de una habilidad secular. Y, sin embargo, basta atreverse, espoleado por el peligro, y se est¨¢ a salvo", (Maurizio Ponzi, en Cinema e film). "La maestr¨ªa de Hitchcock se manifiesta en la apretada coherencia que otorga a sus apariencias. Conservando las dimensiones de una pantalla tradicional y aplicando una planificaci¨®n anal¨ªtica, logra comunicarnos ese misterio que rodea a los seres en sus manifestaciones m¨¢s cotidianas... (la lucha por la revelaci¨®n de la realidad se encarna en esas im¨¢genes en las que la c¨¢mara act¨²a como un testigo acusador). La realidad se manifiesta cuando la apariencia -falsa apariencia- da la espalda a la verdad, cuando reh¨²sa enfrentarse consigo misma: el ojo de la c¨¢mara es la conciencia del mundo de Hitchcock". (Desiderio Blanco, en Hablemos de cine).
Topaz se emite por la segunda cadena, en del programa La clave.
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