Mari Cruz, la testigo que nada vio

"Nunca vi a la Virgen en los pinos ni a ning¨²n personaje celestial. Creo que si aquella tarde del 18 de junio Conchita no hubiera estado con nosotras en la finca del maestro, la historia no se habr¨ªa montado y San Sebasti¨¢n de Garabandal hubiera seguido por los siglos de los siglos su vida rutinaria y tranquila".Mari Cruz Gonz¨¢lez, 34 a?os, casada desde hace 14 y con cuatro hijos, es la ¨²nica de las ni?as videntes que reside actualmente en Espa?a y la primera, hasta el momento, que ha confesado p¨²blicamente lo que ya dijera ante la comisi¨®n creada por el obispo de Santander al principio de las supuestas apariciones de la Virgen y del arc¨¢ngel san Miguel: "Yo nunca vi a la Virgen ni tampoco al ¨¢ngel".

Mari Cruz Gonz¨¢lez ten¨ªa 11 a?os cuando en el verano de 1961 se produjeron los hechos que transformar¨ªan radicalmente la vida de la localidad c¨¢ntabra de Garabandal. En sus manifestaciones, 23 a?os m¨¢s tarde, Mari Cruz se?ala a Conchita, que actualmente reside en Nueva York y est¨¢ casada con un ciudadano americano, al igual que Mari Loli y Jacinta, como la inductora de las visiones.

De repente se puso en ¨¦xtasis", recuerda Mari Cruz, "y hasta nos dio miedo aquella especie de comedia, y pensamos que podr¨ªa haberse puesto mala. Nos meti¨® a las tres en la cabeza que hab¨ªa visto al ¨¢ngel". Insiste Mari Cruz Gonz¨¢lez en que sus declaraciones de ahora coinciden con las realizadas en su d¨ªa ante la comisi¨®n episcopal creada al efecto, pese a lo cual, y con la ¨²nica excepci¨®n de Vicente Puchol, obispo de Santander, muerto prematuramente en accidente automovil¨ªstico, las reacciones de la Iglesia fueron siempre contemporizadoras ante las supuestas apariciones.

La presi¨®n ambiental a la que se vieron sometidas las ni?as videntes fue un factor determinante para que se prolongaran durante casi tres a?os las concentraciones para asistir a las supuestas apariciones. "Se nos acosaba para que vi¨¦ramos al ¨¢ngel y luego a la Virgen, y aquellos fan¨¢ticos no se detuvieron hasta tener redactado incluso un mensaje, como hab¨ªa acontecido siempre en otras apariciones, como en Lourdes o en F¨¢tima". Mari Cruz confiesa su oposici¨®n frontal hacia quienes han hecho de Garabandal centro de peregrinaci¨®n: "Siempre que tengo ocasi¨®n, aunque nunca la busco, as¨ª lo hago saber, pero no desean escuchar esa verdad".