El dirigente de la oposici¨®n Wilson Ferreira, arrestado cuando regresaba a Uruguay
El l¨ªder del Partido Nacional uruguayo, Wilson Ferreira Aldunate, fue detenido en el barco de bandera argentina Ciudad de Mar del Plata, que le tra¨ªa de regreso a su pa¨ªs despu¨¦s de 11 a?os de exilio, y abandon¨® por su propio pie el barco a las cuatro de la tarde, hora local (las nueve de la noche), hora peninsular, para ser trasladado m¨¢s tarde en un helic¨®ptero al Comando General de la Armada Uruguaya. En Montevideo se registraron durante todo el d¨ªa numerosas manifestaciones.
El barco de l¨ªnea que habitualmente cruza el r¨ªo de La Plata entre Buenos Aires y Montevideo fue custodiado hasta el l¨ªmite internacional por un buque de la Prefectura Naval Argentina. Ya en aguas jurisdiccionales uruguayas se le acerc¨® una nave de la Armada y una lancha patrulla que le obligaron a fondear cuando se encontraba a siete millas del puerto de Montevideo.Dos oficiales y un suboficial de la prefectura uruguaya ascendieron al barco y se presentaron ante el capit¨¢n argentino V¨ªctor Rojas, con la orden para detener al dirigente pol¨ªtico uruguayo y a su hijo Juan Ra¨²l. El Ciudad de Mar del Plata permaneci¨® anclado m¨¢s de media hora a unos 11 kil¨®metros del puerto sin que fuera posible divisarlo desde la costa, debido al banco de niebla que se extend¨ªa sobre el r¨ªo. El capit¨¢n prohibi¨® el acceso a los periodistas al sector del puente de mando, donde mantuvo una reuni¨®n con Wilson Ferreira y los oficiales uruguayos encargados de detenerle.
El l¨ªder del Partido Nacional se resisti¨® a entregarse voluntariamente y dijo que s¨®lo lo sacar¨ªan de all¨ª por la fuerza. Ante la imposibilidad de ejecutar el arresto, los oficiales levantaron un acta que fue firmada por ellos y el capit¨¢n del barco. Tras comunicarse con el comando de la Armada, le dieron al capit¨¢n la orden de desviar el curso del barco y dirigirse hacia la ciudad balnearia de Punta del Este, situada en el Atl¨¢ntico, a unos 150 kil¨®metros hacia el noreste de Montevideo.
A las casi dos horas de marcha y tras una tensa negociaci¨®n por radio, Wilson Ferreira recibi¨® garant¨ªas sobre su vida y la de su familia y logr¨® la asistencia de un abogado. El barco argentino rectific¨® entonces nuevamente su rumbo y regres¨® al puerto de Montevideo, donde atrac¨® a las cuatro de la tarde.
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El Gobierno militar garantiz¨® al dirigente de la oposici¨®n la seguridad sobre su vida y la asistencia de un abogado
Viene de la primera p¨¢ginaEl l¨ªder del Partido Nacional descendi¨® por su propio pie del barco y primeramente fue conducido en helic¨®ptero hasta el Comando General de la Armada, donde se neg¨® a ser examinado por un m¨¦dico militar. M¨¢s tarde fue trasladado nuevamente en helic¨®ptero hasta una unidad militar ubicada fuera de la ciudad.
El acuerdo entre el Gobierno militar y el dirigente pol¨ªtico fue posible despu¨¦s de que se disolviera sin incidentes la manifestaci¨®n convocada desde la ma?ana por sus partidarios en el centro de la ciudad. Los organizadores, enterados de la negociaci¨®n, convencieron a los asistentes para que no se trasladaran hasta la zona portuaria, tal como se hab¨ªa anunciado previamente.
El puerto fue tomado desde la noche anterior por efectivos del Ej¨¦rcito y la Marina. Los contenedores de carga depositados en el muelle comercial fueron distribuidos detr¨¢s de las rejas unos sobre otros, hasta una altura que imped¨ªa la visi¨®n desde fuera hacia adentro.
La entrada principal al Comando General de la Armada, por una de cuyas puertas laterales salen los pasajeros que desembarcan, fue bloqueada con alambre de p¨²as enrollado y convertido pr¨¢cticamente en una trinchera.
Tres dotaciones de bomberos estaban listas para entrar en acci¨®n, y los soldados, vestidos con uniforme de combate y pertrechados con fusiles ametralladores, ocuparon posiciones detr¨¢s de las tanquetas y en los edificios altos frente al puerto. Los reducidos grupos de personas que se formaron en las aceras y esquinas vecinas fueron obligados a alejarse y a circular hacia el centro de la ciudad.
Tr¨¢mites aduaneros
Los casi 130 periodistas de todo el mundo que viajaron en el barco de Ferreira Aldunate, junto con dirigentes pol¨ªticos, militantes y residentes uruguayos en Argentina especialmente invitados, fueron obligados a cumplir con rigurosos tr¨¢mites aduaneros, y s¨®lo pudieron salir del puerto en las primeras horas de la noche.
Entre el lunes y el martes se es pera que llegue a Montevideo un grupo de parlamentarios argentinos, que pedir¨¢n, de forma no oficial, ante el Gobierno militar uruguayo, por la libertad de Wilson Ferreira. Los dirigentes del Partido Nacional gestionan adem¨¢s una intervenci¨®n telef¨®nica directa tanto del presidente argentino, Ra¨²l Alfons¨ªn, como del presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez.
Los peri¨®dicos uruguayos hab¨ªan acatado la medida impuesta por el Gobierno desde el mi¨¦rcoles, y se limitaron a transcribir nuevamente los comunicados oficiales que alertaban a la poblaci¨®n sobre los "agitadores y grupos clandestinos que habr¨ªan ingresado al pa¨ªs".
El Consejo Nacional de Seguridad, integrado por la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y el presidente de la Rep¨²blica, Gregorio ?lvarez, permanec¨ªa reunido en sesi¨®n continua.
El coronel Pomoli, de la Direcci¨®n Nacional de Relaciones P¨²blicas del Estado, como se denomina el servicio de inteligencia, admiti¨® a esa hora que dos oficiales y un suboficial de la Prefectura Naval Uruguaya subieron al barco argentino, fondeado a siete millas del puerto, para detener a Ferreira Aldunate, pero ¨¦ste se resist¨ªa a entregarse.
Ferreira, nacido el 28 de enero de 1919 en Nico P¨¦rez, localidad situada al noroeste de Montevideo, vivi¨® en el campo durante toda su juventud, lo que le permitir¨ªa presentar, durante su ¨¦poca de diputado, varias reformas de las estructuras agr¨ªcolas. En 1966, el Partido Blanco perdi¨® las elecciones, y Ferreira pas¨® al Senado.
'Procurador de la naci¨®n'
Ferreira Aldunate era denominado el procurador de la naci¨®n por sus partidarios, a causa de los virulentos ataques contra lo que denominaba los desbordes autoritarios del Gobierno colorado, que provocaron la dimisi¨®n sucesiva de los ministros de Econom¨ªa, del Interior y de Industria entre 1967 y 1971.
Tras su exilio, el 7 de junio de 1976, se dirigi¨® a EE UU para presentar ante el Congreso norteamericano la propuesta de suspender la ayuda militar a Uruguay. Al d¨ªa siguiente, el Gobierno militar de Montevideo lanz¨® una orden de detenci¨®n contra ¨¦l por presuntos contactos con la subversi¨®n.
Posteriormente, en 1983, Aldunate se traslad¨® a Espa?a, y posteriormente, a Buenos Aires. Su designaci¨®n oficial como candidato del Partido Blanco a la presidencia de la Rep¨²blica en los comicios del 25 de noviembre de 1984 se produjo en diciembre de 1983.
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