El centro sigue dominando el nuevo Parlamento Europeo, donde la extrema derecha y los 'verdes' contar¨¢n con grupo propio
Los grandes partidos de centro y derecha conservan una c¨®moda mayor¨ªa relativa de 219 esca?os sobre los 434 que integran el Parlamento Europeo, al t¨¦rmino de las segundas elecciones por sufragio directo, que han tendido a castigar a los partidos en el poder -y de una manera especialmente constante a los liberales, as¨ª como a desviar apoyos hacia los peque?os grupos, con la consecuencia de que tanto los ecologistas como los neofaseistas tendr¨¢n, probablemente, voz propia en la nueva C¨¢mara de Estrasburgo. El avance global de los socialdem¨®cratas que, de acuerdo con los ¨²ltimos resultados -todav¨ªa provisionales, pero razonablemente pr¨®ximos a los dermitivos-, han ganado seis esca?os en conjunto, no cambia, por tanto, los datos de base: el grupo socialista seguir¨¢ siendo el mayor de la C¨¢mara, con 130 diputados.
ENVIADO ESPECIAL,Si se le suman los 32 diputados comunistas, salvando las dificultades especiales que este tipo de adici¨®n plantea en un Parlamento donde las familias ideol¨®gicas estatales no tienen planteamientos homog¨¦neos, se obtienen para la izquierda convencional un total de 162 diputados. Frente a esa cifra, la suma de los esca?os ocupados por democristianos, conservadores, liberales y los republicanos franceses, junto al Fianna Fail irland¨¦s y al FRP dan¨¦s en el grupo de Dem¨®cratas Europeos del Progreso, se obtienen los 219 diputados ya indicados.Esta continuidad de las representaciones globales no puede ocultar la conmoci¨®n que las elecciones europeas han provocado en varios Gobiernos alcanzados por el voto de castigo. As¨ª, desde que celebraron sus ¨²ltimas elecciones generales, los partidos democristianos gobernantes habr¨ªan perdido votos en Dinamarca, Rep¨²blica Federal de Alemania, Irlanda e Italia, del mismo modo que han ca¨ªdo los conservadores en Gran Breta?a y los socialistas en Grecia y en Italia, pero sobre todo en Francia, donde tambi¨¦n se han hundido los comunistas, integrados en el Gobierno.
Por tratarse de elecciones europeas, resulta obligado referirse en condicional al cambio de la orientaci¨®n del voto, ya que es preciso tener en cuenta que la participaci¨®n es generalmente muy inferior a la que se registra en las elecciones generales, y que el voto de castigo se expresa aqu¨ª con una libertad total, pues no se trata de elegir a un Gobierno que sustituya al existente.
Las elecciones reflejan, con todo, de una manera fiel la decadencia reciente de los partidos liberales -integrados casi todos ellos en Gobiernos de coalici¨®n-, que han perdido apoyo en todos los Estados desde las ¨²ltimas elecciones generales. El FDP alem¨¢n ha sido incluso barrido del ¨¢mbito europeo.
El fracaso de la izquierda en Francia, donde los socialistas han registrado una p¨¦rdida de votos pr¨®xima al 17%, en tanto que los comunistas han visto reducirse los suyos en cerca de un 5%, ha sido destacado como el resultado m¨¢s espectacular de estos comicios. Pero este descalabro gubernamental no ha beneficiado significativamente a la oposici¨®n tradicional de los neogaullistas y giscardianos: la UDF y el RPR, que obtuvieron un 40% de los votos emitidos en la primera vuelta de las elecciones generales de 1981, han conseguido ahora, mediante la lista conjunta que ha encabezado Simone Veil, un 43% de los sufragios.
El fen¨®meno es general, pues en varios otros pa¨ªses los grandes partidos de la oposici¨®n no han conseguido hacerse con los votos que han perdido los partidos en el Gobierno. En relaci¨®n con las elecciones europeas de 1979, el conjunto de los seis grandes grupos parlamentarios organizados en Estrasburgo han perdido diputados.
Este dato refleja una tendencia ya conocida del voto europeo a concentrarse en los peque?os partidos, que ha favorecido significativamente a la extrema derecha y a los ecologistas. Los neofascistas han hecho una entrada espectacular en Francia, donde el Frente Nacional (FN) de Jean Marie le Pen ha obtenido 10 diputados; en Grecia, donde no hab¨ªan participado en la pol¨ªtica desde la ¨¦poca de los coroneles y han conseguido ahora un diputado, y en Italia, donde han sumado un nuevo esca?o europeo a los cuatro que ya ten¨ªa el MSI. En consecuencia, podr¨¢n formar su propio grupo parlamentario europeo con 16 diputados. Lo mismo ocurre con los verdes, que muy probablemente formar¨¢n tambi¨¦n un grupo independiente, integrado por siete representantes alemanes, dos belgas y dos holandeses.
El socialista holand¨¦s Pieter Dankert, presidente del Parlamento Europeo, no quiso comentar ayer el ¨¦xito de los nuevos grupos, pero s¨ª se mostr¨® preocupado ante la perspectiva de que "la polarizaci¨®n entre izquierda, y derecha incremente las tensiones" en la C¨¢mara de Estrasburgo. Dankert destac¨® que los socialdem¨®cratas han ganado suficientes esca?os como para intentar negociar una nueva mayor¨ªa con el centro.
La principal preocupaci¨®n del. presidente es, con todo, la abstencion, que, seg¨²n los ¨²ltimos datos, alcanz¨® una media pr¨®xima al 40%.
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