La propuesta sovi¨¦tica contra la militarizaci¨®n del cosmos
La Administraci¨®n norteamericana ha iniciado el proceso para la militarizaci¨®n del cosmos, seg¨²n se?ala el autor de este trabajo, miembro de la Academia de Ciencias de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Este proceso se centra en la creaci¨®n de sistemas de defensa antimisiles -cuya primera prueba ya ha dado resultados en la estratosfera- y de armas antisat¨¦lite, cuyo despliegue contribuir¨¢ a crear un potencial capaz de asestar el primer golpe nuclear. La URSS propuso en las Naciones Unidas la desmilitarizaci¨®n del espacio c¨®smico, iniciativa que fue bien recibida por todos, excepto por Estados Unidos.
El jefe del Estado sovi¨¦tico, Konstant¨ªn Chernenko, al responder a la carta de los cient¨ªficos estadounidenses R. Garvin y C. Sagan y refiri¨¦ndose al peligro que entra?a la militarizaci¨®n del espacio c¨®smico, manifest¨® claramente que la URSS es una firme enemiga de rivalizar en la carrera armamentista, particularmente la c¨®smica. Al propio tiempo, dijo, es indudable que ante una amenaza desde el cosmos, la Uni¨®n Sovi¨¦tica se ver¨¢ obligada a adoptar medidas para garantizar firmemente su seguridad.Los planes de militarizar el cosmos que gesta la actual Administraci¨®n norteamericana se desarrollan en dos v¨ªas: creaci¨®n de sistemas de defensa antimisil (DAM) y armas antisat¨¦lites (AAS).
A comienzos de 1984, el presidente de EE UU firm¨® la directriz n¨²mero 119, que prescribe acometer la materializaci¨®n de un amplio programa de investigaciones cient¨ªficas orientado a crear el DAM, comprendido su escal¨®n c¨®smico. Con ello, y pese a las protestas de eminentes cient¨ªficos, expertos militares, personalidades p¨²blicas y religiosas de EE UU, la Administraci¨®n reafirm¨® su anterior decisi¨®n de comenzar a elaborar complejos antimisiles de nueva generaci¨®n. En los pr¨®ximos cinco a?os se piensa asignar para estos objetivos unos 26.000 millones de d¨®lares.
Lo peligroso de estos planes consiste, en primer lugar, en que el despliegue del armamento antimisil est¨¢ llamado a contribuir a la creaci¨®n de un potencial necesario para asestar el primer golpe nuclear.
Se espera que el DAM debilitar¨¢ el contragolpe sovi¨¦tico. Adem¨¢s se valora la posibilidad de utilizar estaciones c¨®smicas dotadas del arma de energ¨ªa direccional para cubrir directamente los blancos terrestres en el territorio de la URSS.
Que el nuevo sistema estadounidense de DAM constituye uno de los medios de asegurar el primer golpe nuclear lo confirma la negativa de EE UU de asumir el compromiso de no ser el primer pa¨ªs en utilizar el arma nuclear. Las afirmaciones de que el mismo tiene un car¨¢cter defensivo est¨¢n orientadas en primer lugar a inclulcar en la opini¨®n p¨²blica norteamericana la ilusi¨®n de tener un seguro escudo en caso de producirse un conflicto nuclear con la URSS y a debilitar con ello el movimiento antinuclear en Estados Unidos y fuera del pa¨ªs.
El car¨¢cter desestabilizador, de peligrosas consecuencias, que tienen los planes norteamericanos de crear el DAM se expresa asimismo en el hecho de que su materializaci¨®n pondr¨ªa en tela de juicio el tratado EE UU-URSS de limitaci¨®n de sistemas de defensa antimisil firmado en 1972.
Otra no menos peligrosa orientaci¨®n de la carrera armamentista c¨®smica estadounidense es el programa de crear sistemas antisat¨¦lite, programa que est¨¢ elabor¨¢ndose a ritmo acelerado. En enero de 1984 se efectuaron las primeras pruebas. Paralelamente se elaboraron los sistemas antisat¨¦lite m¨¢s perfectos, comprendidos los sat¨¦lites dotados del arma l¨¢ser destinados a destruir blancos c¨®smicos de la otra parte.
Los sistemas antisat¨¦lite est¨¢n llamados a desempe?ar el papel de elemento clave en el potencial del primer golpe nuclear. Su misi¨®n consiste en ofuscar al adversario, sorprenderle y, con ello, debilitar su posibilidad de asestar un contragolpe.
El despliegue del arma antisat¨¦lite ser¨ªa fatal para las perspectivas de lograr un acuerdo sobre el congelamiento, la limitaci¨®n y la reducci¨®n de armamentos nucleares, pues ello crear¨ªa una amenaza para la eficacia de la utilizaci¨®n de los medios nacionales de control, el cual se efect¨²a fundamentalmente con ayuda de sat¨¦lites.
Moratoria unilateral
Como se sabe, la URSS asumi¨® el compromiso de no ser el primer pa¨ªs en lanzar al espacio c¨®smico armas antisat¨¦lites algunas. Es decir, impuso una moratoria unilateral sobre tales lanzamientos, mientras otros Estados, incluido EE UU, se abstengan de lanzar al cosmos armas antisat¨¦lite de cualquier tipo.
Mientras que la militarizaci¨®n del cosmos no ha adquirido un car¨¢cter irreversible hace falta adoptar urgentemente medidas radicales. No se puede admitir que debido a un accidente o una aver¨ªa premeditada surja un grave conflicto.
Una v¨ªa real de resolver este complicado problema la propuso la URSS en su proyecto de tratado que proh¨ªba utilizar la fuerza en el espacio c¨®smico o desde ¨¦ste respecto a la Tierra. La iniciativa sovi¨¦tica encontr¨® apoyo y aprobaci¨®n en todos los Estados de las Naciones Unidas, salvo EE UU.
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