Tecnolog¨ªa y superstici¨®n

En su editorial del 20 de junio, Tecnol¨®gia frente a superstici¨®n, vuelven a reaparecer algunos de los t¨®picos manejados por EL PA?S con relaci¨®n a la ciencia (El rescate a la ciencia, 7 de junio, e Historia de Zoe, 15 de abril). Y lo reprensible del caso no es que emprenda una defensa apasionada del progreso cient¨ªfico, sino que reduzca las cr¨ªticas de este mismo progreso a notas puramente marginales, a mero artificio literario con el que disimular el duelo maniqueo entr¨® conocimiento y enemigos del saber. Ser¨ªa conveniente que EL PA?S moderase los tonos ¨¦picos, y que, con m¨¢s modestia -prudencia cient¨ªfica-, repare en las agud¨ªsimas limitaciones del desarrollo t¨¦cnico, tal como lo han se?alado Adorno, Heidegger, Guenon o Jacques Ellul, entre otros muchos. En particular les recomendar¨ªa que meditaran sobre la caracterizaci¨®n de la t¨¦cnica, resumida por el ¨²ltimo autor citado en cuatro puntos: autonom¨ªa, unidad, universalidad y totalizaci¨®n (en Le Syst¨¨me Technicien, Ed. Calman-L¨¦vy, pp. 137-229).Por otra parte, es sintom¨¢tico que el t¨ªtulo del editorial oponga tecnolog¨ªa frente a superstici¨®n, cuando en propiedad el contraste s¨®lo se da con la magia, que, a diferencia de la superstici¨®n, s¨ª se propone la manipulaci¨®n efectiva de la realidad. Tan cierto como que ciencia es ant¨®nimo de ignorancia. Es una pena que, incluso cuando se desdice de ello, la sem¨¢ntica impl¨ªcita reincida en plantear la cuesti¨®n en t¨¦rminos de alternativa entre ciencia y religi¨®n. -