Natta asegur¨® a los l¨ªderes del PCI que no desea convertirse en secretario general vitalicio

Quienes en los d¨ªas pasados no han ahorrado palabras cr¨ªticas y mordaces contra el nuevo secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), Alessandro Natta, empiezan ya a arrepentirse. Su primer gesto ha sido espectacular: ha hecho publicar en el diario L'Unit¨¢ ¨®rgano oficial del partido, todo lo que ocurri¨® en el c¨®nclave que lo eligi¨® como sucesor de Enrico Berlinguer, con pelos y se?ales, con nombres y cifras, hasta con los comentarios secretos. Gracias a esta publicaci¨®n se ha sabido que Natta asegur¨® en un discurso, minutos despu¨¦s de su elecci¨®n, que no desea ser "un secretario vitalicio".
Se ha descubierto tambi¨¦n que el nuevo secretario general del PCI dijo tras su nombramiento que uno de los papeles m¨¢s importantes de un secretario es "la preparaci¨®n de los sucesores"; que en el partido hace falta "una unidad con voces distintas"; que es necesario implantar "una concepci¨®n menos solemne, m¨¢s laica, del papel del secretario", y que hay que dar mayor importancia "al conjunto de las voces, de las inteligencias, de las personalidades del grupo dirigente".
Un art¨ªculo 'no oficial'
Se trata de un art¨ªculo no oficial, s¨®lo firmado por un redactor del diario. "Ley¨¦ndolo, no pod¨ªa creerlo", dijo ayer a EL PA?S Valentino Parlato, director de Il Manifesto, y a?adi¨®: "Es algo completamente nuevo e in¨¦dito en el Partido Comunista Italiano. Mucho me temo que tendremos que comemos m¨¢s de uno de los juicios precipitados que hemos dado de Natta". Otros han comentado que el nuevo secretario podr¨ªa ya pasar a la historia por este solo gesto, como afirm¨® ayer Repubblica.En su pueblo natal, que es Oneglia, en Liguria, formado por un pu?ado de f¨¢bricas pobladas por comunistas a la antigua, aseguran que Natta ya hab¨ªa decidido jubilarse de la pol¨ªtica y retirarse a vivir all¨ª con su familia. Y ahora que de repente le han visto renacer como sucesor del gran Berlinguer, no pueden creerlo y han llegado a decir a quienes hablan de secretario de transici¨®n que podr¨ªa resultar una sorpresa. Lo comparan con el papa Juan, a quien se le atribu¨ªa tambi¨¦n un papado pasajero y acab¨® siendo el Papa m¨¢s revolucionario de los ¨²ltimos tiempos, con la proclamaci¨®n del Concilio Vaticano II. Los mismos comunistas dicen que en realidad de Natta se sabe muy poco. En esto se parec¨ªa a Berlinguer. Era reservado, celoso de su vida privada, nada propenso a protagonismos, un comunista a la sombra, la espalda de Togliatti, Longo y Berlinguer.
En estos d¨ªas, sus adversarios no han sido blandos con ¨¦l. Le han apellidado el asaltador porque dicen que sabe s¨®lo acabar los caminos que otros empiezan Giampaolo Pansa le ha definido en Repubblica como "un comunista de plomo que vuela a ras de tierra". El diario anticomunista Il Giornale le apellidaba ayer "un hombre sin carisma, cero en fantas¨ªa, un plebeyo, hijo de un carnicero".
No 'naci¨®' comunista
Lo cierto es que Alessandro Natta no naci¨® comunista, como tampoco Berlinguer, ambos hijos de socialistas. Su esposa, Adele, es hija de un m¨¦dico muy cat¨®lico, y que ambos se casaron por la Iglesia. Y Natta, como Berlinguer, ha respetado siempre la fe de su mujer y de su ¨²nica hija, que es doctora en Astronom¨ªa.Alessandro, o Sandro, como le llaman, es el hermano menor de seis hijos. Sus padres le hicieron estudiar en la prestigiosa Universidad de la Normal de Pisa, donde se licenci¨® con el n¨²mero uno. Result¨® un latinista enamorado de Cicer¨¢n y de Horacio. Su amor por las citas en lat¨ªn le hic¨ªeron famoso, y por eso le llaman el profesor. Entr¨® en el partido comunista tras haber estado en dos campos de concentraci¨®n alemanes por haberse negado a combatir a favor del nazismo.
En el partido lo descubri¨® Togliatti, junto con Berlinguer, que ten¨ªa cuatro a?os menos que ¨¦l. Y desde entonces Natta fue un fiel seguidor de la doctrina togliattiana. El ¨²nico libro que ha publicado fue precisamente sobre Togliatti.
Lo que nadie niega a Natta, incluso sus mayores adversarios, es su limpieza de vida, su austeridad de costumbres, su car¨¢cter alegre y malhumorado a la vez. Dicen que en esto es m¨¢s parecido a Pertini que a Berlinguer. Y sobre todo, no se parece a Berlinguer en una cosa: en sus gestos y en su locuacidad. Habla mucho y hace grandes movimientos con las manos, como si fueran aspas de un molino.
A Natta le gusta la sencillez, aunque su porte es m¨¢s bien elegante. Prefiere el autob¨²s al coche. Tampoco le gustan las famosas comidas de trabajo de los pol¨ªticos.
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