A?o y medio intentando impedir la guerra en Am¨¦rica Central
El grupo de Contadora ha entrado en su hora de la verdad. Despu¨¦s de un a?o y medio de gestiones laboriosas para impedir la guerra en Am¨¦rica Central ha pasado ya a la fase positiva de construir la paz. El acta elaborada en su ¨²ltima reuni¨®n est¨¢ en poder de los cinco Gobiernos centroamericanos, que deben presentar sus correcciones particulares antes del 15 de julio. Como suele suceder en este tipo de compromisos, nadie est¨¢ enteramente satisfecho del texto, pero tampoco nadie lo rechaza como base de un entendimiento posible.
Esto es mucho m¨¢s de lo que esperaban incluso los propios protagonistas cuando se reunieron discretamente en la isla de Contadora, a comienzos de enero de 1983, para elaborar un documento sobre Centroam¨¦rica que pas¨® un tanto inadvertido. En esa ¨¦poca eran tantos los pronunciamientos sobre esta conflictiva regi¨®n que uno m¨¢s no iba a alterar las cosas.
En la iniciativa emprendida por los cancilleres de Colombia, M¨¦xico, Panam¨¢ y Venezuela hab¨ªa, sin embargo, un elemento original: cuatro pa¨ªses de Am¨¦rica Latina reivindicaban la capacidad de resolver los problemas regionales sin mediaciones extracontinentales ni la intervenci¨®n de las grandes potencias.
Cuatro meses a la sombra
Con este discreto certificado de nacimiento el grupo regres¨® a la sombra por espacio de cuatro meses. El mundo se olvid¨® de la declaraci¨®n de Contadora hasta que a finales de abril, en medio de una situaci¨®n explosiva del istmo centroamericano, que esprintaba hacia la guerra, el presidente colombiano, Belisario Betancur, relanz¨® el plan en una gira sorpresiva por Venezuela, Panam¨¢ y M¨¦xico. Felipe Gonz¨¢lez no fue ajeno a esta peregrinaci¨®n.Los cuatro cancilleres reanudaron sus consultas en Panam¨¢ y vendieron luego con ¨¦xito su proyecto a los cinco pa¨ªses centroamericanos, que en ¨²ltima instancia ten¨ªan que ser los gestores de su propia paz. Desde entonces, el proceso entr¨® en una aceleraci¨®n que hizo nacer el espejismo de que el asunto podr¨ªa resolverse en pocas semanas.
Con una diplomacia de paso a paso, afrontando la impaciencia y aun la desesperanza de muchos, el grupo de Contadora empez¨® primero por sentar en torno a la misma mesa a los cinco cancilleres centroamericanos que hab¨ªa ininterrumpido el di¨¢logo regional desde el triunfo sandinista en 1979.
La filosof¨ªa de Contadora era tan simple como dificil de aplicar. Se trataba de sustraer a la regi¨®n de Am¨¦rica Central del conflicto Este-Oeste, bajo la convicci¨®n de que sin presiones externas ser¨ªa m¨¢s factible lograr un acuerdo entre los cinco Gobiernos directamente involucrados en el conflicto.
La base de los tratados de paz consiste en aplicar el principio de no agresi¨®n y la apertura de procesos de reconciliaci¨®n interna que garanticen una vida pol¨ªtica activa a todas las ideolog¨ªas. Cada Gobierno tiene que comprometerse a no desestabilizar a sus vecinos y a restablecer la democracia en su territorio como ¨²nica f¨®rmula para acabar con las guerrillas de derecha e izquierda.
A lo largo del proceso instrumentado por el grupo de Contadora pareci¨® muchas veces que la guerra caminaba m¨¢s deprisa que la diplomacia. Los propios agentes de la paz as¨ª lo comentaron en varias ocasiones. La Administraci¨®n Reagan, que de puertas para fuera apoyaba el plan de Contadora, no fue ajena a ciertas cargas de profundidad contra sus gestiones. En ocasiones se desautoriz¨® por su presunta parcialidad a favor de Nicaragua.
Rigurosa neutralidad
Nadie discute hoy d¨ªa la rigurosa neutralidad del grupo de Contadora. Sin su trabajo, hace tiempo que la guerra hubiera es tallado en Centroam¨¦rica, seg¨²n lo reconocen los propios actores del conflicto.Pero lo m¨¢s importante a estas alturas no es s¨®lo haber evitado el enfrentamiento b¨¦lico, sino haber abierto el camino para una convivencia estable. La paz es ya posible en Am¨¦rica Central, aunque queden todav¨ªa muchos obst¨¢culos por remover. Lo que queda ahora es que Estados Unidos y Cuba apoyen tambi¨¦n los tratados que est¨¢n en v¨ªas de elaboraci¨®n.
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