El Gobierno pretende forzar a ETA a negociar el fin desu actividad terrorista

El Gobierno socialista tiene planteado como estrategia a medio y largo plazo forzar a ETA a buscar una salida negociada, una vez que el plan global puesto en marcha tras el cambio en la Direcci¨®n de la Seguridad del Estado y en el Mando ¨²nico para la Lucha Contraterrorista (MULC) se considera plenamente aplicado, seg¨²n fuentes del Ejecutivo. La colaboraci¨®n francesa para limpiar el santuario etarra al otro lado de los Pirineos, que parecer poner fin a uno de los principales contenciosos hispano-franceses, y el hostigamiento de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL), cuya paternidad afirman desconocer las polic¨ªas de ambos pa¨ªses, son los principales factores que se conjugan en el acoso a la organizaci¨®n terrorista.

Tras 17 deportaciones a ultramar y m¨¢s de una treintena de confinamientos fuera de los departamentos fronterizos con Espa?a, entre otras medidas contra los etarras en el sur de Francia, la reciente detenci¨®n del dirigente hist¨®rico Isidro Mar¨ªa Garalde Bediauneta -condenado a cuatro meses por tenencia il¨ªcita de armas- era considerada por fuentes oficiosas de la polic¨ªa de Bayona como una prueba m¨¢s de la firme decisi¨®n gala de colaborar en la lucha contraterrorista, especialmente cuando el comunicado conjunto de los ministros del Interior de ambos pa¨ªses, Gaston Defferre y Jos¨¦ Barrionuevo, suscrito en Madrid el 14 de junio, est¨¢ a¨²n reciente.Defferre hab¨ªa se?alado rotundamente que Francia no tolerar¨¢ que nadie, empezando por quienes en el pasado se hab¨ªan beneficiado de la hospitalidad francesa, cometa actos contrarios a las reglas del derecho franc¨¦s y a la amistad y solidaridad que unen a las dos democracias, y hab¨ªa se?alado que "un terrorista no es un refugiado pol¨ªtico y los que escogen la violencia deben responder de ella ante la ley".

Actualmente, ocho destacados miembros de ETA disponen de carta de refugiado pol¨ªtico, y se calcula en cerca de 800 los vascos vinculados directa o indirectamente con la organizaci¨®n terrorista que residen en Francia. De ellos, seg¨²n fuentes del Ministerio de Interior, hay 200 sobre los que no pesa ninguna reclamaci¨®n judicial, y otros 400 -de los cuales 300 est¨¢n vinculados directamente con ETA Militar- podr¨ªan acogerse a las medidas de reinserci¨®n social puestas en marcha por el Gobierno socialista.

La colaboraci¨®n francesa se basa fundamentalmente en los datos sobre la situaci¨®n de los refugiados vascos aportados por la polic¨ªa espa?ola, cuyos servicios de informaci¨®n han mejorado notablemente. La mayor eficacia de las acciones policiales -algunas de ellas, como las de Pasajes y Hernani, pol¨¦micas y criticadas por su excesiva contundencia-, fruto de un mejor conocimiento del terreno, tras los estudios de planimetr¨ªa y cartograf¨ªa del Pa¨ªs Vasco elaborados en los ¨²ltimos meses, es otra de las bazas jugadas en la estrategia global frente a ETA, adem¨¢s de una mayor presencia de los socialistas en Euskadi y del inicio de la colaboraci¨®n ciudadana.

Debilitar a ETA lo m¨¢s posible

Aunque una fuente oficial del Ministerio del Interior neg¨® que haya negociaciones en marcha entre el Gobierno y ETA, no descart¨® que pudiera haberla en un futuro, toda vez que la primera de las partes entiende que hay que buscarle alguna soluci¨®n al conflicto -"darles una salida a los etarras", en palabras de aqu¨¦lla- y que el Gabinete socialista preferir¨ªa que cuando se produzca el fin de la actividad terrorista sea a causa de la renuncia de ETA.La actual Direcci¨®n de la Seguridad del Estado, encabezada por el ex gobernador civil de Vizcaya Juli¨¢n San Crist¨®bal, quien dispone en esta materia de la entera confianza del ministro de Interior, mantiene en cambio que ni ahora ni en el futuro se negociar¨¢ con Herri Batasuna, por entender que no son los interlocutores v¨¢lidos. San Crist¨®bal estima incluso que, de continuar el progresivo debilitamiento de ETA, la fuerza de los batasunos se disolver¨ªa como un terr¨®n de az¨²car en un vaso de agua y podr¨ªa hacer variar el mapa pol¨ªtico de Euskadi de una forma rotunda. Sin embargo, caso de producirse una negociaci¨®n, el Gobierno la har¨ªa en el momento en que se encontrase en mayor posici¨®n de fuerza, gracias a las acciones policiales.

Esperanzas a medio plazo

Actualmente, los servicios de informaci¨®n de la Direcci¨®n de la Seguridad del Estado calculan en 19 el n¨²mero de comandos entrenados y capacitados para llevar a cabo atentados terroristas, con un total aproximado de 90 hombres y mujeres. Aunque los responsables policiales intentan no aparecer optimistas en la marcha actual de la lucha contraterrorista, un alto funcionario del Gobierno se expresaba en los siguientes t¨¦rminos: "Probablemente no ser¨¢ este equipo ministerial el que acabe con ETA, pero al t¨¦rmino de la legislatura el fen¨®meno terrorista se habr¨¢ quedado en un punto en que no ser¨¢ una de las preocupaciones prioritarias del pa¨ªs" que podr¨ªa estar atravesando ETA en los ¨²ltimos tiempos dar¨ªa una idea el hecho, seg¨²n las mismas fuentes, de la escasa capacidad de respuesta mostrada por la organizaci¨®n tras las ¨²ltimas ca¨ªdas y muertes de sus militantes, con el reciente asesinato del secretario del Ayuntamiento de Isp¨¢ster, "que no s¨®lo es una cobard¨ªa m¨¢s de ETA, sino tambi¨¦n una de sus v¨ªctimas m¨¢s al alcance de su mano", seg¨²n un alto funcionario del Gobierno. Tambi¨¦n estar¨ªa pasando por graves dificultades econ¨®micas.Fuentes del sur de Francia con acceso a personas cercanas a refugiados de ETA confirmaron la dureza de las condiciones de vida de ¨¦stos, aunque se?alaron que para ETA es vital seguir manteniendo la infraestructura al otro lado de los Pirineos, pues las dos alternativas que habr¨ªa estudiado la direcci¨®n de la organizaci¨®n -B¨¦lgica y el Pa¨ªs Vasco espa?ol- fueron consideradas inviables. B¨¦lgica, por la p¨¦rdida de operatividad que supone llevar una guerrilla a m¨¢s de 1.000 kil¨®metros de distancia y por las crecientes buenas relaciones entre este pa¨ªs y Espa?a; y el Pa¨ªs Vasco, por el riesgo que comportar¨ªa las ca¨ªdas de dirigentes del aparato en un momento en que se est¨¢n produciendo fallos notorios en la infraestructura operativa y comienza a haber una mayor colaboraci¨®n ciudadana.