Barbacoa diplom¨¢tica en la Casa Blanca.

El presidente Ronald Reagan (derecha) conversa con el veterano embajador sovi¨¦tico en Washington, Anatoli Dobrinin, durante una barbacoa ofrecida el domingo por la noche en la Casa Blanca al cuerpo diplom¨¢tico, que la lluvia se encarg¨® de deslucir. Los invitados de Reagan tuvieron que trasladar sus platos de papel y vasos de pl¨¢stico al interior de la mansi¨®n presidencial, y olvidarse de la velada al aire libre. El secretario de Estado, George Shultz, fue el ¨²nico comensal que comparti¨® la cena con Dobrinin y Reagan, despu¨¦s de haber conversado a solas, largo y tendido, con el embajador de Konstant¨ªn Chernenko, decano del cuerpo diplom¨¢tico de la capital norteamericana. Al ser preguntado por los periodistas, Shultz se neg¨® a explicar el contenido de su entrevista, limit¨¢ndose a afirmar que hab¨ªa consistido en una "discusi¨®n diplom¨¢tica en tono moderado". La Uni¨®n Sovi¨¦tica hab¨ªa calificado el domingo de "altamente instatisfactoria" la respuesta dada por Estados Unidos a su oferta para acordar la desmilitarizaci¨®n del espacio. La oferta consist¨ªa en negociar simult¨¢neamente este tema y la reducci¨®n de las armas nucleares. Horas despu¨¦s, el Departamento de Estado mostr¨®, a su vez, su decepci¨®n por la forma en que hab¨ªa reaccionado el Kremlin.