Divergencias en la c¨²pula iran¨ª sobre la conducci¨®n de la guerra retrasan la ofensiva contra Irak
Lista desde marzo y prevista para el mes de ayuno isl¨¢mico del Ramad¨¢n del pasado junio la "m¨¢s terrible batalla de infanter¨ªa que el mundo haya conocido desde la primera guerra mundial", como la describi¨® el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, no acaba de estallar entre Ir¨¢n e Irak, en guerra desde hace 45 meses.
Si desde hace tres meses largos medio mill¨®n de iran¨ªes esperan en sus trincheras una orden para dar el asalto a las l¨ªneas enemigas y asestar un golpe, que esperan sea definitivo, al r¨¦gimen "sat¨¢nico" del presidente iraqu¨ª, Sadam Husein, el aplazamiento de la decisi¨®n b¨¦lica s¨®lo se explica, seg¨²n algunos diarios del Golfo y fuentes diplom¨¢ticas, por las divergencias en la c¨²pula del poder en Ir¨¢n sobre la conducci¨®n de una guerra iniciada hace cuatro a?os.Frente al jefe del Estado, Ali Jamenei, que prefiere confiar en las leyes de la guerra y no en la voluntad divina para elegir el momento oportuno para desencadenar la gran ofensiva, el recientemente reelegido presidente del Majlis (Parlamento), Hodjatoleslam Hachemi Raflanjani, preconiza no demorar m¨¢s una decisi¨®n cuyo retraso puede desmoralizar a las tropas mientras el enemigo gana tiempo fortaleciendo sus defensas, seg¨²n se?ala el diario kuwait¨ª Al Qabas.
De "vanas ilusiones" calific¨® el martes la agencia oficial de Prensa iran¨ª Irna las informaciones sobre la discordia reinante entre los responsables iran¨ªes sobre el conflicto", al tiempo que el m¨¢ximo dirigente religioso del pa¨ªs, el ayatollah Ruhollah Jomeini, tach¨® de "ignorantes y corruptos" a los partidarios de un compromiso que ponga fin a la contienda.
Precaria situaci¨®n econ¨®mica
Pero ni la Prensa del Golfo ni los c¨ªrculos diplom¨¢ticos creen que ninguno de los bandos enfrenitados en Teher¨¢n deseen, por ahora, concluir a toda costa la paz con Bagdad, sino que simplemente discrepan sobre la mejor manera de ganar una guerra que la Rep¨²blica isl¨¢mica de Ir¨¢n no parece en con diciones de poder sostener por mucho tiempo, dada la precariedad de su situaci¨®n econ¨®mica y el elevado coste de una contienda que asciende, seg¨²n el Maflis, a 163.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 26 billones de pesetas).
Respaldado por un ej¨¦rcito regular que recobra un cierto peso en la vida pol¨ªtica, Jomeini, que es tambi¨¦n presidente del Consejo Superior de Defensa, se ha esforzado hasta ahora en diferir una ofensiva en la que Ir¨¢n se lo juega todo, o casi todo, hasta que las Fuerzas Armadas no hayan recibido cantidades suficientes de armas, municiones y repuestos que sus proveedores -pa¨ªses del Tercer Mundo, como Brasil o China, o traficantes internacionales- le suministran con cuentagotas desde que Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica decretaron un embargo de hecho.
La utilizaci¨®n por la aviaci¨®n iran¨ª de simples cohetes y no de misiles aire-aire o aire-tierra en sus incursiones a¨¦reas ilustra, la pobreza de su armamento y acrecienta la superioridad de la fuerza a¨¦rea iraqu¨ª, equipada, por ejemplo, con misiles franceses Exocet.
Para garantizar el ¨¦xito de un ataque cuyo costo en vidas humanas y material b¨¦lico ser¨¢ tan elevado que no se podr¨¢ repetir, Jomeini desea que la gran embestida iran¨ª sea llevada a cabo bajo el mando de la oficialidad castrense y no de los mullahs (clero religioso chiita) y sus guardianes de la revoluci¨®n susceptibles de tomar decisiones en funci¨®n del calendario religioso o de otras consideraciones acient¨ªficas.
Algunos de los militares que asesoran al jefe del Estado parece que han sugerido incluso la sustituci¨®n del masivo ataque por peque?as operaciones a lo largo de las l¨ªneas, pero el plan de asestar, como est¨¢ previsto desde hace a?os, un gran golpe en la regi¨®n de Basora, segunda ciudad del pa¨ªs, a la que intentar¨ªan aislar de la capital, habr¨ªa sido retenido.
Los frutos de la moderaci¨®n
Por ¨²ltimo, el presidente espera cosechar, antes de pasar al ataque, los frutos de su moderaci¨®n al abstenerse de replicar a la reciente destrucci¨®n por los cazabombardeos iraqu¨ªes de barcos atracados en la terminal de Jarq para intentar as¨ª demostrar que s¨®lo Bagdad es responsable de la.extensi¨®n de la guerra m¨¢s all¨¢ de la frontera terrestre entre ambos beligerantes.
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