El toro es lo de menos
ENVIADO ESPECIAL
El toro que sali¨® ayer en Pamplona era menos toro que el de tardes anteriores y a nadie Pareci¨® importarle lo m¨¢s m¨ªnimo. En los sanfermines, que con propiedad se llaman "feria del toro", el toro es lo de menos.
Varios de ellos eran terciados y otros buenos mozos, todos armados y astifinos, pero su atoricidad -palabro que registro, por cierto- no estaba en la presencia, sino en el temperamento. Tampoco es que fueran claramente mansos, ni tendr¨ªa importancia -todo lo contrario- pues los mansos generan interesante lidia. Es que eran abrumadoramente borricos.
Nada hab¨ªa que lidiar. Tras los capotazos de rigor, aparec¨ªan los blindados del castore?o, y les barrenaban horrendos lanzazos por los costillares, simplemente para que se fueran enterando de lo que vale un peine. Ocurr¨ªa, sin embargo, que los aborricados funos -hierro osborne- no se enteraban de nada. Como si les pegaran puyazos a las reses en canal que cuelgan del garfio carnicero, as¨ª acusaban el castigo.La muleta, lo principal
Plaza de Pamplona
10 de julio.Cuarta corrida de feria. Toros de Osborne, correctos de presencia, mansurrones y flojos. D¨¢maso Gonz¨¢lez. Tres pinchazos y descabello (Pitos). Estocada trasera (oreja). Espartaco. Pinchazo y estocada ca¨ªda (oreja). Dos pinchazos y estocada desprendida (aplausos y saludos). Yiyo. Estocada corta y descabello (aplausos y saludos). Estocada corta ca¨ªda (ovaci¨®n).
Para la muleta, donde la tauromaquia actual quiere que se centre todo el argumento de la corrida, unos se quedaban cortos, otros cort¨ªsimos y algunos ni embest¨ªan siquiera. El primero de D¨¢maso Gonz¨¢lez no embest¨ªa nada y el honrado torero le dio tablas, pero como si le hubiera dado recuerdos a la familia: no pudo sacar ni un pase, ni descolocarse la pa?oleta. Como el cuarto se mov¨ªa un poco, entonces s¨ª sac¨® pases, porfi¨® metido entre los pitones, hizo p¨¦ndulos, se descoloc¨® la pa?oleta y cuando la ten¨ªa a la altura de la oreja, ya hab¨ªa alcanzado su objetivo, que era ganar el trofeo.
Los ¨²nicos Osborne que embest¨ªan le correspondieron a Espartaco. Al primero, que a la movilidad un¨ªa nobleza, lo recibi¨® con dos largas de rodillas y le hizo una faena bullidora, entusiasta y valentona, la mitad de pie y la mitad de rodillas. Tambi¨¦n gan¨® oreja por eso. El otro se le revolv¨ªa con genio. A este toro lo pitaron cuando salt¨® a la arena, pues era el que hab¨ªa herido al americano en el encierro ma?anero. Deb¨ªa ser un desahogado, pues no pareci¨® abochornarse lo m¨¢s m¨ªnimo. Espartaco, para vengarse de ¨¦l no se arrodill¨® ni una vez y se limit¨® a aplicarle un trasteo afanoso.
Para Yiyo hubo dos toros pelmas, de media arrancada y m¨²ltiples cabeceos. Intent¨® torearlos por lo cl¨¢sico y suyos fueron algunos de los mejores lances y pases de la tarde. Mientras en el tendido cantaban aquello de "arriba la goma 2", Yiyo pretend¨ªa revalorizar su actuaci¨®n permitiendo que los pitones le pasaran cerca, consent¨ªa hasta en los derrotes, y hubo uno que de poco le afeita. A la altura del sexto, en tanto ensayaba in¨²tilmente el natural, las pe?as a¨²n se estaban merendando una tarta de siete pisos que sacaron al arrastrar al tercero, para general regalo y ¨¦xtasis de golosos.
En realidad, se lo pasaron en grande las pe?as; mejor con el medio toro de ayer que con el torazo de tardes anteriores. La fiesta es la fiesta, y mientras haya peroles rebosantes de ajoarriero, sangr¨ªa, champ¨¢n, ya puede aparecer, como ayer, un pancart¨®n con el "presoak kalera" o el medio toro, que les da lo mismo.
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