La b¨²lgara Gueorguieva, reina de la gimnasia r¨ªtmica, gran baja ol¨ªmpica

Le gustan la coca-cola, las hamburguesas y los helados; no guarda r¨¦gimen porque las muchas horas de gimnasia queman las calor¨ªas sobrantes; sale siempre a ganar, aunque "no por quedar por encima de las dem¨¢s, sino por superarme a m¨ª misma"; le duele no ir a los Juegos Ol¨ªmpicos, pero se tiene aprendida la respuesta: "Parece que los norteamericanos no quieren la paz, y algo hab¨ªa que hacer para protestar"; tiene 19 a?os, pesa 46 kilos y es la reina indiscutible de la gimnasia r¨ªtmica: Diliana Gueorguieva, nacida el 18 de febrero de 1965, en Pazardzik, una ciudad b¨²lgara de 100.000 habitantes.

Diliana arranco constantes exclamaciones de admiraci¨®n del p¨²blico vallisoletano hace unas semanas por la perfecci¨®n de sus movimientos y por su capacidad para transmitir toda la belleza de la gimnasia r¨ªtmica. El Torneo Ciudad de Valladolid, claro, se lo llev¨® de calle, pese a que con ella compet¨ªa la flor y nata de las gimnastas mundiales.Diliana Gueorguieva es un fruto m¨¢s -por ahora, el mejor- de la inagotable cantera b¨²lgara de gimnastas. De momento est¨¢ en la c¨²spide, pero sabe que "cualquier d¨ªa me superar¨¢n, porque las m¨¢s j¨®venes est¨¢n progresando". Y hace un gesto como indicando que la semidesconocida Bianka Popova, de 14 a?os, ha sido la gran revelaci¨®n del torneo. Sustitu¨ªa a la tambi¨¦n b¨²lgara y subcampeona mundial Lilia Ignatova, que no pudo acudir a Valladolid, e hizo que los aficionados no se acordasen de ella. Popova fue segunda, por delante de las sovi¨¦ticas Koutkaite y Beloglazova.

Claro que el caso de Gueorguieva es similar. Nadie contaba con ella en Estrasburgo, acud¨ªa por vez primera a un mundial, era la tercera de su equipo, pero gan¨®. Desde entonces se prepar¨® a¨²n con m¨¢s intensidad. Su meta era la medalla ol¨ªmpica. No la podr¨¢ conseguir, porque Bulgaria se ha sumado al boicoteo a Los ?ngeles. "En principio pens¨¦ que era una l¨¢stima no ir, pero yo soy una gran amante de la paz, y parece que los estado-. unidenses no la quieren; algo hab¨ªa que hacer para protestar".

Se nota que tiene la respuesta aprendida, que la ha ensayado mil veces para evitarse problemas; pero en sus grandes ojos negros se atisba un poso de tristeza. Su posici¨®n se aclara a¨²n m¨¢s cuando a?ade: "En cualquier caso, es una pena que la pol¨ªtica se inmiscuya en el deporte".

"Somos m¨¢s espont¨¢neas que las sovi¨¦ticas"

No le gusta el tema. Hace un gesto para indicar que es conveniente cambiar. Es una de las pocas veces en que pierde su sonrisa. Gueorguieva es simp¨¢tica y de f¨¢cil acceso para los informadores. Cuando se habla de gimnasia r¨ªtmica sus contestaciones son r¨¢pidas, espont¨¢neas. Ni siquiera duda un instante cuando le preguntamos por qu¨¦ las b¨²lgaras son actualmente superiores a las sovi¨¦ticas. "Vivimos m¨¢s la m¨²sica, y la interpretamos. Ellas son mejores gimnastas, pero m¨¢s r¨ªgidas, menos flexibles; siguen al pie de la letra unos esquemas que a veces no llegan al p¨²blico como nuestra manera de entender la gimnasia. Ellas no se apartan de la partitura; las b¨²lgaras la interpretamos".

Para lograr todo esto, que en sus labios parece el colmo de la simplicidad, la campeona del mundo dedica siete horas diarias de entrenamiento cuando la competici¨®n se halla pr¨®xima, y cuatro horas el resto de los d¨ªas. Los estudios y la m¨²sica completan su actividad diaria. Diliana Gueorguieva ingresar¨¢ este a?o en la universidad. Quiere ser "maestra de deportes". Si le sobra tiempo, aprovecha para pasear "con un amigo muy especial, el campe¨®n b¨²lgaro de pentatl¨®n". "No podemos salir mucho, porque ambos estamos ocupados", a?ade, "pero s¨ª nos vemos cuando podemos".

A Gueorguieva le encanta presumir de que come de todo sin problemas de engordar o de perder forma. "Al verme tan delgada la gente piensa que paso hambre o que llevo un r¨¦gimen duro; no es verdad. Como de todo y hago una vida de lo m¨¢s normal. Lo que ocurre es que el gimnasio se lleva pronto los excesos. Me encantan las hamburguesas, los helados y tambi¨¦n la coca-cola".

"No nos inculcan el deseo de ganar"

Diliana Gueorguieva ha hecho bueno ese refr¨¢n que dice: "De casta le viene al galgo". Su madre fue gimnasta y entrenadora. Ella vivi¨® la gimnasia r¨ªtmica desde la cuna, y se meti¨® de lleno en ella a los 10 a?os. Desde entonces ha sido su gran raz¨®n de ser. En el futuro, cuando termine los estudios de educaci¨®n f¨ªsica, piensa dedicarse tambi¨¦n a entrenar. Se le iluminan los ojos y se sonroja cuando le preguntamos si preparar¨¢ a gimnastas o a quienes practiquen pental¨®n. Responde con una sonrisa y con la aparici¨®n de m¨¢s color en sus mejillas.

Lo que s¨ª har¨¢ ser¨¢ trasladar hasta sus alumnos el esp¨ªritu que a ella le inculcaron cuando empez¨®. "Creo que es bueno que no nos preparen para ganar a otras, sino para superarnos constantemente a nosotras mismas. En Bulgaria no nos insufian ese deseo de ganar por encima de todo. Nos piden que vayamos progresando, haci¨¦ndolo cada vez mejor. Si eso sirve para quedar la primera, bien venido sea, pero si no, basta con comprobar que has cometido menos fallos, que has progresado". Tampoco le quitan el sue?o las compensaciones econ¨®micas. No se lo ha planteado. Sabe que en los pa¨ªses occidentales ocurre, pero parece no darle envidia. Para ella, el gran esfuerzo de horas y horas de entrenamiento y competici¨®n queda sobradamente recompensado con que "me reconozcan por la calle y me estimen mis compatriotas".

Viajar fuera de Bulgaria tambi¨¦n es un buen pago a su labor. Le gusta conocer otros pa¨ªses, "aunque tienes poco tiempo para verlos, porque vas del hotel a entrenar y a competir"-, y habla bien de Espa?a y de Valladolid. "A Valladolid he venido tres veces, y estoy muy a gusto cuando me encuentro aqu¨ª. Sobre todo me entusiasma la reacci¨®n del p¨²blico si lo has hecho bien. A veces es m¨¢s importante que la puntuaci¨®n de los jueces". En el torneo celebrado recientemente, Gueorguieva lo tuvo todo: admiraci¨®n del p¨²blico y puntuaci¨®n de los jueces. Gan¨® todas las pruebas y consigui¨® dos dieces en mazas.