El gestor de la crisis bancaria

Mariano Rubio Jim¨¦nez, burgal¨¦s de 53 a?os, hasta ahora subgobernador del Banco de Espa?a, ha sido el principal frente de ataque de todos aquellos que han tenido alguna diferencia con la autoridad monetaria en los ¨²ltimos siete a?os. En julio de 1977, Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez de Letona, entonces gobernador del Banco de Espa?a, y actualmente presidente del Banco de Madrid (grupo Banesto), le nombr¨® para el cargo de subgobernador.L¨®pez de Letona, era gobernador del Banco de Espa?a cuando Enrique Fuentes Quintana desempe?aba el cargo de vicepresidente econ¨®mico y ministro de Econom¨ªa en el Gobierno que fragu¨® los pactos de la Moncloa. Su sustituci¨®n estaba cantada en aquellos momentos y la dimisi¨®n de Fuentes y Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Rendueles de sus puestos en el Ministerio de Econom¨ªa adelant¨® las fechas. Fernando Abril, mano derecha de Adolfo Su¨¢rez, decidi¨® que L¨®pez de Letona fuera sustituido por ?lvarez Rendueles, quien confirm¨® en su puesto de subgobernador a Mariano Rubio. A partir de ese momento se inicia la ¨ªrresistible ascensi¨®n de este socialdem¨®crata convencido de las excelencias del mercado y de la mejor operatividad de la iniciativa privada sobre la p¨²blica.

Personaje influyente

Mariano Rubio, en los a?os que median entre 1977 y 1984 va ocupando parcelas m¨¢s importantes de poder dentro de la estructura del Banco de Espa?a, en el que ya hab¨ªa estado en 1965 como subdirector y director del servicio de estudios y posteriormente como subdirector general de la entidad. En 1970, cuando se crea la Direcci¨®n General de Pol¨ªtica Financiera se hace cargo de la misma y abandona momentaneamente el Banco de Espa?a. En el intervalo se ocupar¨¢ de la direcci¨®n general de la empresa p¨²blica Enagas, para recalar de nuevo en la entidad de la calle de Alcal¨¢ en 1976.

Sus relaciones personales con los principales dirigentes econ¨®micos de los ¨²ltimos a?os le convierten en el consultor por excelencia y con ese poder creciente introduce importantes dosis de racionalidad en el sistema financiero al tiempo que controla de forma casi personal el desarrollo de las crisis bancarias.

Su actuaci¨®n en estos. aspectos, y la soluci¨®n particularizada que se ha dado a cada uno de los bancos en crisis ha hecho que levante recelos y odios profundos. Su poder le origina el respeto de todos los banqueros; el presidente de uno de los siete grandes bancos dijo de ¨¦l antes de la crisis de Rumasa que "Mariano Rubio es ahora m¨¢s Mariano que hace un a?o". Mientras, el ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer, le ha respaldado totalmente. En cualquier caso tiene muchos m¨¢s enemigos que cualquier otro subgobernador o gobernador anteriores. Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, ex presidente de Rumasa, quiz¨¢ sea el primero de ellos y lleg¨® a hablar de ¨¦l como "una bestia con los ojos inyectados en sangre". Decidir sobre medio centernar de bancos de diferente tama?o y condici¨®n, normalmente excluyendo de toda actividad a los anteriores gestores o propietarios, puede ser demasiado para una persona sola, "incluso aunque ¨¦sta sea Mariano Rubio".

El c¨ªrculo de sus influencias no ha conocido fronteras. Desde L¨®pez de Letona y Calvo Sotelo hasta Miguel Boyer y la izquierda rep¨²blicana hist¨®rica, a trav¨¦s de su uni¨®n matrimonial, que acaba rozando el socialismo hist¨®rico de los ¨²ltimos a?os. Contestado dentro del PSOE por su no afiliaci¨®n y por el modo de entender y tratar los problemas financieros, su posible nombramiento ha sido criticado en estos d¨ªas pasados por muchos militantes socialistas, por lo que significa de continuidad de las mismas personas que han dise?ado la salida de la crisis bancaria del sector privado con fondos adelantados por el sector p¨²blico, y que ha llevado a una carrera desenfrenada de crecimiento de los grandes grupos financieros.