Geraldine Ferraro, s¨®lida como una roca
"Es s¨®lida como una roca", dice Thomas Tip O'Neill, el presidente de la C¨¢mara de Representantes norteamericana, de la congresista de Nueva York Geraldine Ferraro, de 48 a?os de edad, convertida en la primera mujer de la historia de su pa¨ªs que compite para el cargo de vicepresidenta con alguna posibilidad de conseguirlo.La solidez de Ferraro qued¨® demostrada una vez m¨¢s en el h¨¢bil discurso pronunciado ante la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata -que aprob¨® su candidatura por aclamaci¨®n-, donde mantuvo una filosof¨ªa de pragmatismo pol¨ªtico, dentro de las coordenadas del Partido Dem¨®crata, que agrupa a todas las tendencias del electorado: desde los m¨¢s liberales hasta los m¨¢s conservadores. Es conocida su opini¨®n personal contra el aborto, pero no por ello se opone a que otras mujeres tengan el derecho a realizarlo.
Ferraro est¨¢ destinada a captar la mayor franja posible para los dem¨®cratas del 53% del electorado femenino norteamericano. En sus comparecencias p¨²blicas aparece como m¨¢s atrayente que Walter Mondale. Como contrapartida a ¨¦ste -o m¨¢s bien como complemento para aglutinar al electorado-, Ferraro ofrece su extracci¨®n de origen italiano, religi¨®n cat¨®lica y, sobre todo, el hecho de ser la primera mujer que aspira por uno de los dos grandes partidos a la vicepresidencia de EE UU.
Geraldine Ferraro, casada con un acaudalado agente inmobiliario neoyorquino, John Zaccaro, opt¨® por conservar el apellido familiar -como homenaje a los sacrificios que su madre hubo de hacer para sacar adelante a la familia, despu¨¦s de que enviudara cuando Geraldine era una ni?a-, y no el del marido, para iniciar su vida pol¨ªtica, utilizando como trampol¨ªn su diploma de licenciada en leyes. Ferraro comenz¨® trabajando profesionalmente en este campo como asistente del fiscal del distrito neoyorquino de Queens en 1974, donde se hizo cargo de una oficina especial para casos de abusos de menores, violaciones y cr¨ªmenes, y pronto gan¨® fama de dura con los ofensores.
El contacto diario con los problemas sociales del barrio de Queens, con mayor¨ªa de poblaci¨®n emigrante y clase media trabajadora, estimul¨® su inter¨¦s por la pol¨ªtica, hasta el punto de presentarse como candidata a la C¨¢mara de Representantes en 1978. Aquel a?o inici¨® una carrera de seis en el Congreso, donde pronto fue considerada por sus colegas como "una m¨¢s entre los muchachos".
En el Congreso, Ferraro ha mostrado una decidida oposici¨®n a la pol¨ªtica de Reagan en materia de defensa, en lo relativo a la intervenci¨®n en Centroam¨¦rica y en econom¨ªa. Una de sus ¨²ltimas intervenciones fue para oponerse a la ley de Emigraci¨®n, que tantas cr¨ªticas ha suscitado entre la comunidad hispana de Estados Unidos.
Sus rivales pol¨ªticos critican la inexperiencia en pol¨ªtica exterior de una mujer pol¨ªtica que gusta autodefinirse como un ama de casa. En realidad, Ferraro -Gerry para los amigos- cuenta con un respetable bagaje como congresista, donde tom¨® parte activa en el comit¨¦ del presupuesto, y recientemente realiz¨® viajes pol¨ªticos por Centroam¨¦rica e Israel.
Ferraro da bien en televisi¨®n, donde ofrece una imagen mitad y mitad de madre de familia de media edad y de figura pol¨ªtica con ideas claras y pragm¨¢ticas. Ferraro, que tiene tres hijos -Donna, de 22 a?os; John, de 20, y Laura, de 17-, puede ser el complemento necesario para que Mondale logre acortar distancia frente al equipo rival Ronald Reagan-George Bush.
Por su personalidad y firmeza, Ferraro promete ser una eventual vicepresidenta m¨¢s activa que la presentada en una historieta de un diario norteamericano, en el que aparece una mujer lament¨¢ndose a otra de "estar todo el d¨ªa respondiendo al tel¨¦fono, tomando recados, sirviendo caf¨¦ y algunas veces participando en las reuniones". "?Trabajas de secretaria?", le interroga la segunda. "No, de vicepresidenta".
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