Gracias, Chap¨ª

"Gracias, Chap¨ª": as¨ª se expresaron todos. Requerido por Nati Mistral al concluir la representaci¨®n en medio del general alborozo, subi¨® al escenario Alonso Mill¨¢n, supongo que en representaci¨®n de la Sociedad de Autores, en cuya constituci¨®n intervino dec¨ªsvamente el maestro Chap¨ª. Tamb¨ª¨¦n Jos¨¦ Osuna tom¨® la palabra y se subray¨® el ofrecimiento del espect¨¢culo en homenaje al m¨²sico de Villena en el 75 aniversario de su fallecimiento.El homenaje va a ser doble durante las noches madrile?as de julio y agosto: la propia representaci¨®n de una aut¨¦ntica obra maestra, no ya de Chap¨ª, sino de todo un g¨¦nero y, en la misma medida, cuando menos, la actitud gozosa de un p¨²blico con sonrisa permanente, tarareando por lo bajini y presto a palmear, ya reforzando el ritmo de las guajiras, ya aplaudiendo mutis, ocurrencias y finales de n¨²mero. Grata noche garantizada para quienes la inviertan en el incre¨ªble marco de La Corrala. El espect¨¢culo est¨¢ coproducido por la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Cultura y se presenta en el programa Veranos de la Villa, de la Concejal¨ªa de Cultura del Ayuntamiento madrile?o.

Recinto problem¨¢tico

El recinto es tan encantador como problem¨¢tico para los int¨¦rpretes musicales. Una sonorizaci¨®n no m¨¢s que discreta y con algunos ruidos par¨¢sitos, sin duda accidentales y que ser¨¢n evitados en sucesivas representaciones, resulta, no obstante, suficiente para el disfrute, pues all¨ª no se puede ir sino a integrarse que no en vano el p¨²blico es tambi¨¦n parte del espect¨¢culo en La Corrala. Con conocimiento y probado oficio, el maestro Jos¨¦ Antonio Torres y la orquesta salvaron las dificultades de la partitura..., y las derivadas de la forzosa y antinatural distancia entre m¨²sicos y cantores. Oficio y buena voluntad consiguieron resultados aplaudid¨ªsimos.

La gentil Nati Mistral entiende y compone estupendamente el personaje de Mari Pepa, y hasta se marca con donaire las carceleras de Las hijas de Zebedeo, aunque, como es l¨®gico, el agudo final digamos que tiene que adecuarlo. Este n¨²mero de Chap¨ª, ajeno a La Revoltosa, as¨ª como otro, extra¨ªdo de La patria chica -trasvasado de Espa?ita a C¨¢ndido-, son dos incorporaciones que justifica Lauro Olmo en el programa de mano para alargar un poco el espect¨¢culo sin apartarse de Chap¨ª, as¨ª como la repetici¨®n, al final del intermedio, con letra escrita para la ocasi¨®n. Ciertamente, los insertos est¨¢n muy bien elegidos y encajados.

Mario Valdivielso, en buena l¨ªnea de bar¨ªtono, es un Felipe mejor cantando que hablando, lo contrario de Adri¨¢n Ortega, apuradillo como tenor, pero espl¨¦ndido como c¨®mico, y que se gan¨® merecid¨ªsimas ovaciones. Del resto del reparto, todo ¨¦l muy entonado, cabe destacar a Soledad de Milagros Mart¨ªn. Y otra vez refrescado en la memoria ese sensacional d¨²o con el que el maestro Chap¨ª fij¨® una definitiva estampa de lo madrile?o e hizo un poco el d¨²o de todos.