La elipse
16 lunesAhora es F¨¦lix Mansilla, presidente de la patronal del seguro. El otro d¨ªa eran los de la Uni¨®n y el F¨¦nix. Parece que hay una crisis mundial de los seguros, y los profesionales se quejan. A m¨ª, con perd¨®n, el s¨ªntoma me resulta excelente, pues significa que la gente no ahorra, que la gente no se asegura, que la hermosa gente prefiere vivir insegura, con los muebles a plazos, el piso sin pagar, el auto nuevo conseguido mediante la garant¨ªa del viejo, que es un trapicheo chatarrero, y la muerte en los talones, como Cary Grant en las pel¨ªculas del gordo AH. La gran conquista de nuestro tiempo ha sido y es la inseguridad, el vivir a la intemperie, disparando a las avutardas, cantando bajo la lluvia, entre polvo de estrellas y corazones latientes en picadillo, que no otra cosa es una hamburguesa. A m¨ª me parece que el seguro lo inventaron los egipcios, porque hacerse seguros para todo (digo para y no contra, porque no evitan nada) era como fabricarse una pir¨¢mide de papel de barba y meterse dentro a esperar la muerte retribuida. Un buen seguro es ,una pir¨¢mide con p¨®lizas. Si el hombre nace como tal cuando empieza a enterrar a sus muertos, el hombre puede fenecer como especie marchosa cuando se aviene a enterrarse a s¨ª mismo en vida, y el tema no es nuevo, que ya lo denunci¨® Arthur Miller en La muerte de un viajante, el hombre que se suicida por dejar a la familia lo ¨²nico que puede dejarles: el seguro. Claro que ni siquiera le queda a uno el consuelo ¨¢crata de pensar que hay una revoluci¨®n contra las previsiones burguesas (esta madrugada me ha llamado un zumbadillo, por tel¨¦fono, para insultarme como ¨¢crata). Y digo que no va de eso, el dinero nacional, porque el dinero de uso, cambio y derroche es minotauro de oro en el laberinto del Estado. Todo queda en casa.
18 mi¨¦rcoles
Mis complementarios. Pedro Rocamora, viejo tronco, me env¨ªa el ¨²ltimo n¨²mero de Arbor, dedicado a Rafael Alberti, y donde viene el art¨ªculo que yo les escrib¨ª sobre Sobre los ¨¢ngeles. Siempre me ha parecido el mejor libro de Rafael. Ram¨®n Irigoyen, pamplonica, poeta, prosista, desmadrado, inteligente y a tope, viene a traerme su Kavafis entres lenguas: griego/franc¨¦s/castellano. Para la traducci¨®n catalana ha tomado fundamentalmente de Carles Riba. Un trabajo impecable. Reci¨¦n reeditada la Alejandr¨ªa de Forster, con Kavafis dentro, Alejandr¨ªa va siendo la capital distante y distinta de la postmodernidad. A Irigoyen lo encuentro congestionado de gran ciudad, l¨²cido de invenci¨®n y como un poco perdido en el tri¨¢ngulo Navarra/Logro?o/Madrid.
20 jueves
Aborto negro. La Sociedad Espa?ola de Defensa de la Tradici¨®n, Familia y Propiedad, o Sociedad Covadonga, ha hecho dos listas de parlamentarios abortistas y antiabortistas. La Sociedad Covadonga ha ofrecido a los obispos espa?oles su colaboraci¨®n "para realizar los altos designios". Vienen contra la blasfemia, los robos en las iglesias, la profanaci¨®n de tumbas y la funci¨®n de teatro Teledeum. La democracia parece que consiste en echar tacos, robar copones y practicar el viejo deporte nacional del espa?ol saltatumbas, que ya, por anticipado, se salta al muerto en los largos velatorios. Graves males de la tribu de T¨²bal Y, del arrianismo posterior, ante cuya entidad hist¨®rica queda como un poco chismosa la denuncia gacetillera de Teledeum. Boadella ha hecho mucho da?o, de acuerdo, pero no tanto como Arriano. El sello de esta sociedad dice "Tradici¨®n/Familia/ Propiedad", en c¨ªrculo, y tiene en medio un le¨®n con una cruz. Uno intuye que, en su filosof¨ªa, la tradici¨®n y la familia son maneras de llegar a la propiedad, que es sagrada.
22 s¨¢bado
Enhorabuena, Jaime (Pe?afiel), ahora que te has casado otra vez y has cambiado de se?orito al mismo tiempo que de se?orita. T¨² hiciste lo que todos los periodistas de tu generaci¨®n no quer¨ªamos hacer: sorayismo. En todo caso, algunos encontramos una tercera v¨ªa, que fue el sorayismo cr¨ªtico. T¨² has mostrado el dorso de oro de toda esa guapa gente y otros hemos mostrado el env¨¦s negro. El resultado de fundir ambas mitades es una siniestra pieza de arte que podr¨ªa subastarse este verano en Marbella. (EnMarbella, don Jaime de Mora prepara una gran "fiesta transparente", que ya se imaginan ustedes de lo que va). Pitita me anuncia su rigurosa no/asistencia. Pe?afiel cree que "las bodas tienen algo m¨¢gico". Las bodas donde ¨¦l ha estado, claro, o sea entre emperadores y emperadoras, y de las que ha sido cronista ¨²nico, Supongo que las bodas entre parados que hace Llanos en el Pozo resultan menos m¨¢gicas, por mucha Casera que derrochen luego. Pese a estas declaraciones de Jaime, yo creo que es un esc¨¦ptico del oro. Una vez, saliendo del estreno de Escopeta nacional, de Berlanga, me dijo: "De las cacer¨ªas con arist¨®cratas y ministros se pueden contar muchas m¨¢s cosas". Es decir, que se distancia de sus temas y del mundo que ha elegido para escribir. Las princesas son para ¨¦l lo que las ¨¢guilas fueron para Rodr¨ªguez de la Fuente: una fauna a observar. Calla mucho m¨¢s de lo que cuenta. El hecho crudo y testarudo del.dinero no encuentra sino la respuesta cruda de un cronista que les compravende entre peluqueras y amas de casa. Hoy, la gloria de los grandes de la tierra, as¨ª llamados, es provenir de Ciro el Grande para acabar marchit¨¢ndose en couch¨¦ bajo un secador de peluquer¨ªa. JP ha tenido el elegante escepticismo de acompa?ar a Soraya, Grace y Farah desde el trono hasta el secador que las guillotina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.