El lenguaje al servicio de las ideas
Angel Mar¨ªa de Lera, novelista que se consideraba un hombre de acci¨®n frustrado, en la misma cuerda que Antonio Machado, "un dem¨®crata, m¨¢s bien jacobino", hab¨ªa nacido en Baides, Guadalajara, el 7 de mayo de 1912. Consigui¨® difusion y popularidad con Las ¨²ltimas banderas, novela y reportaje, testimonio nada libresco -apunta Mart¨ªnez Cachero en su Historia de la novela espa?ola entre 1936 y 1975- de un vencido en la guerra de 1936, con el que obtendr¨ªa el Premio Planeta en 1967.Curs¨® Humanidades y Filosof¨ªa en el seminario de Vitoria, estudios que abandon¨® a los 18 a?os para comenzar la carrera de Leyes en la Universidad de Granada, que no termin¨® por la Guerra Civil. Confes¨® en una ocasi¨®n que su llegada a la pol¨ªtica se produjo por admiraci¨®n a ?ngel Pesta?a, con quien fund¨® el Partido Sindicalista. "Yo soy en el fondo un anarquista. El anarquismo entendido como formaci¨®n de escuela, como formaci¨®n ¨¦tica, moral, de la propia vida, como la exaltaci¨®n del hombre sobre lo humano, sobre la sociedad", hab¨ªa declarado en 1977.
Quiz¨¢ por esa concepci¨®n ¨¦tica, milit¨® durante toda su vida literaria en el realismo, preocupado por unos asuntos y ambientes que, desde su concepci¨®n estil¨ªstica, no permit¨ªan otro tipo de tratamiento. Su postulado te¨®rico b¨¢sico era que la novela importa m¨¢s por lo que cuenta que por la manera de contarlo. No utilizaba el lenguaje como un instrumento de experimentaci¨®n, sino como un arma al servicio de un contenido, de unas ideas.
Condenado a muerte
Durante la contienda civil fue comisario de guerra. Prisionero de los franquistas, fue condenado a muerte y posteriormente indultado. Despu¨¦s de permanecer en prisi¨®n hasta 1947, ejerci¨® diversos oficios, como escribiente durante 14 a?os en una peque?a f¨¢brica de licores. Dedicado exclusivamente a la escritura desde 1963, fue colaborador del diario Abc, donde dirigi¨® la p¨¢gina Mirador literario. Hab¨ªa recibido los premios ?lvarez Quintero, de la Real Academia Espa?ola, y el P¨¦rez Gald¨®s por Tierra para morir, adem¨¢s del citado Planeta por Las ¨²ltimas banderas. Ocup¨® la presidencia de la Asociaci¨®n Espa?ola de Escritores. Algunas de sus novelas fueron llevadas al cine, como Los clarines del miedo, La boda y Bochorno.El autor de Hemos perdido el sol hab¨ªa seguido publicando regularmente en los ¨²ltimos a?os. Novelas de factura similar, siempre bajo esa: adscripci¨®n al r.ealismo tradicional, con t¨ªtulos como Los que perdimos, La noche sin riberas, Oscuro amanecer, El hombre que volvi¨® del para¨ªso o Secuestro en Puerta de Hierro. Un empleo de recursos habituales, de t¨¦cnica narrativa sin excesivos vuelos y una elaboraci¨®n a veces poco cuidada, pero siempre bajo el emblema de la confianza en la literatura y la honestidad de sus prop¨®sitos. Un autor que, nos deja, pero que no cre¨ªa en el para¨ªso, como declar¨® a ra¨ªz de la presentaci¨®n de su novela El hombre que volvi¨® delpara¨ªso -"no hay m¨¢s para¨ªso que ¨¦ste"-, y que sentenci¨® "?No hay quien lo aguante!", ante la perspectiva de una eternidad "con unos se?ores tocando el la¨²d y cantando".
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