La baza del esoterismo
A todos los efectos -y m¨¢s a los pr¨¢cticos que a ninguno de los dem¨¢s posibles-, los usos del esoterismo se han venido orientando siempre hacia el disimulo, la alegor¨ªa y el comentario dirigido a los iniciados. De este modo, las doctrinas cabal¨ªsticas consiguieron interesar al converso en ma?as y actividades que, despojadas del velo de misterio, hubieran perdido, probablemente, no chica parte de su atractivo, tal, por ejemplo, la de interpretar la creaci¨®n del mundo apoy¨¢ndose en las combinaciones de los 10 n¨²meros principales. La fisica te¨®rica tambi¨¦n se entretiene hoy en tales menesteres, y es cierto que las ecuaciones que determinan la teor¨ªa del Bing-Bang o gran petardazo y las que muestran las excelencias de la relatividad restringida, y aun de la generalizada, m¨¢s bien parecen formalizaciones del Zohar o Biblia cabal¨ªstica del rabino Sime¨®n. Hace ya alg¨²n tiempo que los f¨ªsicos te¨®ricos no son perseguidos por raz¨®n de ocultismo, e incluso, en los ¨²ltimos a?os, la Iglesia cat¨®lica, siempre magn¨¢nima y tolerante, perdon¨® y rehabilit¨® a Galileo: no hay mal que por bien no venga, m¨¢s vale tarde que nunca, de sabios es rectificar, etc¨¦tera. Am¨¦n. A tenor de lo dicho, cabe colegir que apenas hubo, en los tiempos modernos, peligro alguno de confusi¨®n entre el claustro universitario y las sectas esot¨¦ricas, si hacemos omisi¨®n y dejamos de lado el tema de los presupuestos.Pero esa tranquilidad, que de tan reconfortante como era permiti¨® el desarrollo independiente y fruct¨ªfero de la ciencia y el compadraje, se ve amenazada ahora de ra¨ªz porque, seg¨²n parece, y a resultas de sentencia judicial, el Centro Esot¨¦rico de Investigaciones (todas las iniciales, con may¨²scula, como en las revistas yanquis), que ha sido recientemente desmontado por los mossos d'esquadra catalanes, dedicaba sus esfuerzos, adem¨¢s de a aquellos menesteres habituales en el ocultismo, como los amorosos, a la expedici¨®n de t¨ªtulos universitarios por cuenta del International Institute of Applied Studies (tambi¨¦n con iniciales may¨²sculas, seg¨²n procede). Aun cuando pudiera parecer que bajo ese culto nombre se agazapa una especie de escuela-radio Maym¨®, en realidad tal organismo es una dependencia universitaria del norteamericano Estado de Florida.
Los t¨ªtulos expedidos bajo la invocaci¨®n cabal¨ªstica atienden aquellas parcelas ciertamente un tanto olvidadas por la universidad tradicional, por la Complutense o la salmantina o la compostelana, pongamos por caso, y acreditan sabidur¨ªas en jard¨ªn de infancia, acupuntura superior, medicina homeop¨¢tica y ciencias esot¨¦ricas, entre otras asignaturas, aunque tambi¨¦n contemplen disciplinas en clara competencia con las que pueden encontrarse en las aulas universitarias convencionales: psicolog¨ªa, pedagog¨ªa, ciencias sociales y filosof¨ªa, y de ah¨ª mi estupor. ?A santo de qu¨¦ puede interesarle a un devoto del Centro Esot¨¦rico de Investigaciones el t¨ªtulo de master of arts por la Universidad de Carne, como no se trate de un aspirante a esas pruebas de habilitaci¨®n para el profesorado que ¨²ltimamente se ha sacado de la manga nuestro Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia? ?Tan dif¨ªcil es tener acceso a la titulaci¨®n ortodoxa en condiciones m¨¢s ce?idas a la normalidad?
En buena teor¨ªa, las ensenanzas universitarias deber¨ªan considerarse decadentes, llenas de prejuicios y horras de imaginaci¨®n desde el punto de vista del esoterismo. La tendencia a sujetarse a criterios de falsabilidad, el empe?o en dise?ar experimentos de comprobaci¨®n de las hip¨®tesis y la acusada proclividad hacia las cuestiones empiricas sontodas ellas caracter¨ªsticas de dif¨ªcil asunci¨®n cuando el prop¨®sito fundamental es el de la ex¨¦gesis de textos sagrados a trav¨¦s de un ritual por definici¨®n oculto. Se me ocurre que la comunidad eso t¨¦rica ha de soportar mal este aggiornamento sujeto a las leyes del an¨¢lisis de mercados. Cierto es que en ¨¦pocas gloriosas la Universidad espa?ola -y sobre todo algunas c¨¢tedras de Filosof¨ªa de centros te¨®ricamente tan prestigiosos como la Complutense- han resultado ser lo m¨¢s pa recido que pudiera encontrarse a una logia empe?ada en exhumar y rescatar textos tenidos desde hace siglos por inoperantes, pero es ¨¦se un asunto muy distinto y que obedece a causas y determinaciones de muy diferente pelaje. El uso de t¨¦cnicas de compadre para acechar c¨¢tedras y extender poderes sectarios tiene gran tradici¨®n en Espa?a, y hasta alg¨²n que otro instituto movido por ta les impulsos ha acabado mon tando su propia universidad para exaltaci¨®n y deleite de sus piadosos socios.
Los mossos d'esquadra han abortado la operaci¨®n que hubiera podido significar la extensi¨®n de ese tipo de invento universitario a todos los terrenos. El tiempo dir¨¢ si ha sido ¨¦sa una baza jugada a favor de la ciencia y la instituci¨®n universitaria o una ceguera radical ante los signos de los nuevos tiempos. En los peri¨®dicos se anuncian a diario, y al lado de las estrictas gobemantas que aplican disciplinas inglesas (sic), los adivinos del futuro, las echadoras de cartas, los int¨¦rpretes astrales, los expertos en tarot y los doctores en quiromancia. ?Qui¨¦n atiende el mercado de formaci¨®n de tan ilustres profesionales? Parapsic¨®logos, augures y tel¨¦patas est¨¢n faltos de todos los elementos de control del oficio y perpetuaci¨®n del saber, y las universidades esot¨¦ricas podr¨ªan ser la soluci¨®n. Me aterra pensar que, en lugar de eso, nuestros insignes pr¨®ceres auton¨®micos se empe?en en transformar las universidades actuales para seguir de cerca el husmillo del negocio. Algunos ya han hecho gala de semejantes poderes de seguimiento de la oferta y la demanda, y han exigido para sus comunidades unos centros universitarios dedicados tan s¨®lo a la ense?anza de ciencias tur¨ªsticas e idiomas. Insisto, los mossos d'esquadra pueden haber cometido un serio error.
Camilo Jos¨¦ Cela, 1984.
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