La boda m¨¢s corta
La ceremonia del matrimonio civil dura cinco minutos por t¨¦rmino medio
La inauguraci¨®n en la madrile?a calle de Pradillo de unas salas dignas donde contraer matrimonio civil ha facilitado la formalizaci¨®n ante el juez de muchas uniones Aun as¨ª, los matrimonios civiles cuya frecuencia ha aumentado desde la transici¨®n pol¨ªtica, representan menos de la cuarta parte de los religiosos. Hacia 1977, los matrimonios civiles supon¨ªan el 2% de los religiosos. Ahora puede calcularse que los matrimonios civiles se acercan al 20%.En la ceremonia del matrimonio civil no hay homil¨ªa ni existe la obligaci¨®n de que el juez pronuncie un discurso. El tradicional "s¨ª, quiero" se convierte en un escueto "s¨ª" o un "vale", y tampoco se oye la marcha nupcial. "Se tarda m¨¢s tiempo en venir aqu¨ª que en casarse", protestaba la madre de una de las novias. La corta duraci¨®n de la ceremonia civil produce cierta perplejidad en muchos de los invitados, especialmente familiares, acostumbrados a asistir a bodas religiosas.
El peligro de la burocracia
Esto no ha evitado que en mes y medio m¨¢s de 800 parejas est¨¦n en la lista de espera para casarse por lo civil ante un juez vestido con toga, corbata y pantalones negros, y no ante un sacerdote con casulla blanca. Estas personas se encuentran a la espera de que sea aprobado su expediente y transcurra el plazo reglamentario para poder casarse.La ceremonia civil var¨ªa seg¨²n el juez. Hay quien se conforma con leer los tres art¨ªculos del C¨®digo Civil preceptivos para casarse (art¨ªculo 66: "El hombre y la mujer son iguales en derechos y obligaciones"; art¨ªculo 67: "El marido y la mujer deben respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en inter¨¦s de la familia", y art¨ªculo 68: "Los c¨®nyuges est¨¢n obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente") y preguntar a la pareja si consienten en contraer matrimonio.
Otros jueces, sin embargo, pronuncian un breve discurso en el que explican a los novios el lado humano y la importancia del acto administrativo. Fausto Cartagena, decano de la junta de jueces encargada de los matrimonios civiles, cree que los novios se van entristecidos y les parece que no se han casado si la boda se efect¨²a de modo burocr¨¢tico.
"Para atenuar la frialdad de la ceremonia", explica Cartagena, "les digo algo m¨¢s que los art¨ªculos del C¨®digo; no pronuncio una homil¨ªa, pero explico que no se trata de un mero contrato civil, sino que es un acuerdo sentimental, emotivo, que aceptan libremente. Y les doy la enhorabuena al finalizar. Adem¨¢s he encargado unas bandejas para depositar los anillos, porque, aunque no son necesarios en un matrimonio civil, cuando ha acabado la celebraci¨®n te preguntan qu¨¦ hacen con ellos".
El decano de la junta de jueces cree que la ceremonia civil es extremadamente corta y sencilla, pero "las cosas m¨¢s importantes de la vida son mejores cuanto m¨¢s sencillas. Lo que s¨ª es importante es la amabilidad".
Las formalidades que se observan en la ceremonia son juzgadas de distinta manera por los contrayentes. A la mayor¨ªa les parece bien. Algunos, no obstante, creen que se han equivocado de lugar y que est¨¢n en un juicio, porque "les han le¨ªdo sus derechos"; para otros, la ceremonia es un mero tr¨¢mite. Todav¨ªa este tr¨¢mite se adorna con algunos de los aditamentos cl¨¢sicos de una boda: casi todas las novias visten traje blanco y llevan un ramo de flores.
Arroz y fotos
Se grita "?Vivan los novios!" y se les echa arroz a la salida del edificio. No faltan las l¨¢grimas tras la ceremonia, las fotos con la familia, el corte de corbata al novio o el beso de reci¨¦n casados.La mayor¨ªa de los contrayentes es joven, aunque los cinco jueces de las salas de matrimonios han casado a parejas de todas las edades, incluso de 80 a?os. Normalmente se casan por lo civil aquellos que no tienen ninguna confesi¨®n religiosa, aunque la familia se oponga. "Ahora ya no se da la hipocres¨ªa de antes, cuando algunas personas iban s¨®lo una vez en su vida a la iglesia para casarse y ya no volv¨ªan", opina Fausto Cartagena. "Hace siete u ocho a?os, a las bodas civiles celebradas en juzgados ven¨ªan s¨®lo los contrayentes. Las familias y amigos, por lo general, no acud¨ªan, por lo que ten¨ªan que hacer de testigos los mismos empleados del juzgado o alguien que pasara por all¨ª".
Con la inauguraci¨®n de nuevas salas se ha producido un aumento de los matrimonios civiles. El marco material donde se celebran estos matrimonios es sencillo -una mesa para el juez, cuatro sillas para los novios y padrinos, una bandera constitucional y un retrato de los Reyes-, pero m¨¢s acorde con la importancia de la ceremonia. "Antes, cuando se realizaba en los juzgados", dice el juez Cartagena, "tras un juicio de faltas por robo se celebraba un matrimonio; parec¨ªa algo sin trascendencia".
La Iglesia no reconoce el matrimonio civil entre personas cat¨®licas; considera que es un v¨ªnculo que une a la pareja, pero no un verdadero matrimonio. La pareja que no contrae matrimonio can¨®nico se encuentra en situaci¨®n irregular, y para poder tener acceso a los sacramentos deber¨¢ celebrar la boda religiosa, que es el ¨²nico matrimonio aceptado por la Iglesia cat¨®lica. Aquellos que, ya casados por lo civil, quieren hacerlo por la Iglesia, deben realizar una declaraci¨®n especial explicando por qu¨¦ se casaron s¨®lo por lo civil. Al no reconocer el matrimonio civil, la Iglesia no pone ning¨²n impedimento para celebrar el matrimonio de personas que hubiesen estado casadas antes por lo civil, siempre que no se perjudique a los hijos, si los hubiese, y est¨¦n divorciados de su c¨®nyuge anterior.
Requisitos
Los requisitos exigidos para casarse por lo civil no se refieren ¨²nicamente a los papeles, como el certificado de nacimiento, la fe de vida y estado o el certificado de empadronamiento. Los futuros esposos deben declarar al juez su completo convencimiento y seguridad acerca del acto que van a realizar, seg¨²n exige la ley. As¨ª, una vez entregados todos los papeles, se publican los edictos durante 15 d¨ªas y se oye reservadamente a cada contrayente por separado. "Es un peque?o tr¨¢mite", dice Fausto Cartagena. "Se les pregunta si de verdad quieren casarse y pocas cosas m¨¢s".En el Palacio de Matrimonios existen tres salas, con una capacidad para 30 personas cada una de ellas. Las obras de este edificio a¨²n no han acabado, pues fue inaugurado antes de lo previsto "para proporcionar un marco digno a los que quieren casarse por lo civil". De momento, s¨®lo funciona la secci¨®n de matrimonios, pero en el oto?o se concentrar¨¢n ah¨ª las restantes secciones del Registro Civil, como fallecimientos, nacimientos y nacionalidad, correspondientes al t¨¦rmino municipal de Madrid.
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