Unos Juegos con cascos
Hasta ahora, en los Juegos Ol¨ªmpicos, los ¨²nicos cascos utilizados para proteger la cabeza de los participantes se hab¨ªan reducido al ciclismo y a la h¨ªpica, en el concurso completo de tres d¨ªas. Esto del casco suele ser, a menudo, una medida preventiva para proteger a los deportistas aficionados, aunque todos son conscientes de que los atletas ol¨ªmpicos tienen muy poco de amateurs. M¨¢s bien nada.Pero, volviendo a los cascos, quiz¨¢ desde Los ?ngeles se acuerde tambi¨¦n incluirlos en f¨²tbol, tras el tremendo directo de izquierda propinado por un jugador egipcio, Sedky, a un italiano en el torneo ol¨ªmpico, que se disputa en estadios de b¨¦isbol y rugby americano. Sedky fue suspendido por tres partidos y provoc¨® una nota de la FIFA pidiendo paz (ver EL PA?S del pasado mi¨¦rcoles).
En los actuales Juegos de Los ?ngeles, no s¨®lo han llegado ya al ciclismo en pista los nuevos cascos futuristas alargados hacia atr¨¢s para penetrar mejor en el aire -el mismo qu¨¦ ha estado utilizando hasta hace pocas semanas el franc¨¦s Laurent Fignon-, sino tambi¨¦n las ruedas estilo Moser, con l¨¢mina de pl¨¢stico, en lugar de radios tradicionales. De esas, de las antiguas, s¨®lo hubo una, la trasera del franc¨¦s Colas, medalla de bronce en el kil¨®metro contrarreloj, y pupilo del que fue gran campe¨®n de velocidad, Morel¨®n.
La gran novedad, sin embargo, son los nuevos cascos protectores en boxeo. Son cascos casi id¨¦nticos a los que utilizan los profesionales en sus asaltos de entrenamiento. Se trata de un acuerdo de la Asociaci¨®n Internacional de Boxeo para prevenir los accidentes que a¨²n se siguen produciendo, pero que s¨®lo limita el peligro latente. En esgrima, ha habido siempre caretas y alguna vez ha ocurrido un accidente desgraciado, porque el florete (caso del sovi¨¦tico Smirnov), sable o espada, penetra por la protecci¨®n. Ello sucede, casi siempre, cuando se rompe la punta del arma. En este tema, se ha progresado muy poco. M¨¢s bien nada.
En el boxeo ol¨ªmpico, los nuevos cascos s¨®lo protegen relativamente. Los pu?etazos quedan ahora acolchados en los golpes a las orejas, sienes, parietales y frontales. Pero el traumatismo cerebral, esos peque?os puntos negros, hematomas causados por cada impacto, contin¨²an produci¨¦ndose al encajar los p¨²giles golpes en el ment¨®n, el lugar m¨¢s cl¨¢sico de los fuera de combate, o de las conmociones continuas, de las peque?as muertes golpe a golpe.
Los K. O. son ahora m¨¢s dif¨ªciles entre aficionados, como ya lo eran antes por el menor tiempo de combate y la mayor protecci¨®n de los guantes, pero se siguen produciendo, l¨®gicamente. Que se lo digan si no a un puertorrique?o, que se levant¨® con las luces apagadas tras un directo de un sueco que no boxear¨¢ profesionalmente jam¨¢s en su pa¨ªs, porque est¨¢ prohibido, aunque, por lo visto aqu¨ª, podr¨ªa llegar a campe¨®n europeo; o a un negrito de la isla caribe?a de Granada, que cay¨® de bruces como si el gancho de un iraqu¨ª fuera la invasi¨®n americana.
Mientras en ciclismo se ha mejorado el aerodinamismo y se evita m¨¢s que antes el simple roce del aire, en el boxeo s¨®lo le ha atenuado con los cascos el roce de las orejas y la rotura de cejas por un cabezazo en los cuerpo a cuerpo. Bien poca cosa.
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