Carl Lewis, dispuesto a convertirse en el nuevo ¨ªdolo de Estados Unidos
ENVIADO ESPECIAL, Carl Lewis se convertir¨¢, tras los Juegos, en una estrella como Michael Jackson. El atleta estadounidense fue presentado ayer a la Prensa mundial, en una conferencia en la que el tono edulcorado de la misma s¨®lo fue roto por su apoderado cuando revel¨® las intenciones que existen respecto a su futuro. Lewis desminti¨® que haya recibido ya un mill¨®n de d¨®lares por un contrato publicitario y, sumido en el esp¨ªritu chovinista que vive su pa¨ªs en estos momentos de gran triunfo deportivo, asegur¨® que el ¨¦xito s¨®lo lo desea porque piensa en su patria. "Poseo un talento ex traordinario", dijo, para a?adir segundos despu¨¦s: "Obtendr¨¦ el oro por mi pa¨ªs, por la gloria y por Dios". Con el inicio hoy del atletismo se abre la era Lewis. Es la m¨¢xima esperanza de los EE UU.
Tom Bradley, alcalde de Los Angeles, ha pedido a sus ciudadanos que reciban a los visitantes con una sonrisa: los negros y los chicanos cumplen el encargo a satisfacci¨®n. La segunda consigna de los Juegos es olvidar a los ausentes: los medios de comunicaci¨®n estadounidenses la cumplen a rajatabla.
El-pa¨ªs est¨¢ bajo una ola de chovinismo que lo invade Y la ciudad sede colabora eficazmente a hacer de los espect¨¢culos deportivos un ¨¦xito. La nota destacada de las competiciones es, junto al triunfo de los atletas norteamericanos, el entusiasmo con que los espectadores acuden a presenciar incluso el f¨²tbol. Carl Lewis, la probable estrella de los Juegos, atiz¨® ayer el fuego de la americoman¨ªa.
Carl Lewis ha abandonado la Universidad del Sur de California, la villa ol¨ªmpica en la que se encuentra su equipo, porque prefiere concentrarse a solas. "All¨ª pierdes la concentraci¨®n a diario". Ayer compareci¨® ante la Prensa acompa?ado de sus padres y su apoderado. Mam¨¢ Lewis se siente feliz por haber dado al mundo un atleta como Carl. Para mam¨¢ Lewis el alumbramiento de un atleta de esta categor¨ªa ha sido lo m¨¢s importante que ha hecho en su vida. Carl afirma que no ha tenido que prescindir de nada para dedicarse al atletismo, porque lo ha compartido con la otra cosa que m¨¢s le gustaba; la escuela. Carl sue?a con emular a Jesse Owens pero no se considerar¨ªa un fracasado si no obtuviera el mismo n¨²mero de medallas.
"Soy un muchacho feliz, muy feliz, entusiasmado por el atletismo", cont¨® Lewis, mientras su, madre le miraba con ojos de admiradora. "No me falta nada, entre otras razones, porque el atletismo es la esencia de todo. Por supuesto", a?adi¨®, "tengo otras pasiones, como, por ejemplo, los coches, el tiro, las artes y, en este sentido, me entusiasman las vajillas de plata y la cristaleria".
Es consciente de que le quedan muchos a?os de actividad y alardeando de su juventud apunta que "es seguro que competir¨¦, al menos, hasta los Juegos Ol¨ªmpicos de Se¨²l, en 1988. Pero no pienso en las victorias que puedo conquistar, despu¨¦s de todo, los r¨¦cords llegar¨¢n con el tiempo". Los periodistas parec¨ªan ansiosos de preguntar, llevaban varios meses sin poder contactar con ¨¦l. Pero Lewis fue muy h¨¢bil, intentando responder con cautela a determinados temas.
No le importa el dinero
Por ejemplo, el dinero. Carl neg¨® haber recibido un mill¨®n de d¨®lares (algo m¨¢s de 60 millones de pesetas) por un contrato publicitario y afirm¨® que el dinero, en ¨²ltimo caso, es lo que menos le importa. "Todav¨ªa soy aficionado, a¨²n no me ha llegado la posibilidad de ganar millones de d¨®lares". Por su puesto, dijo d¨®lares". A Lewis le preocupa triunfar para poder ofrecer el ¨¦xito la su patria, que es lo m¨¢s importte en estos momentos. Carl manifest¨® p¨²blicamente, y sin recato, que se considera un hombre inteligente.
La conferencia de prensa estuvo llena de fervor religioso-patri¨®tico. El apoderado, al final, puso las cosas en su sitio al afirmar que, tras los Juegos, se har¨¢ con Carl un lanzamiento similar al de Michael Jackson. A Lewis, adem¨¢s de la gloria deportiva, le aguardan los grandes negocios. ?l Ia estrella, el as, el campe¨®n, se limit¨® a decir que su futuro est¨¢ en el atletismo. "Creo que mi futuro lo orientar¨¦ hacia las carreras de vallas. Creo que si, voy a pasarme a las vallas".
Existe ya muy pocas cosas de este hombre que la gente desconozca. Es dif¨ªcil que, alguien ignore que este muchacho, que empez¨® saltando en el jard¨ªn de su casa, intenta emular al legendario Jesse Owens en estos Juegos. Como Owens, Carl quiere lograr el oro en los 100 y 200 metros lisos, longitud y 4x100. Para sus perspectivas de oro, Lewis tiene a su favor que. en los 100 y 200 metros no competir¨¢ el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo, Calvin Smith, por la extra?a forma de selecci¨®n que ha tenido el equipo norteamericano.
El oro de longitud y el de los relevos, prueba que dominan los americanos, lo tiene pr¨¢cticamente asegurado. Todav¨ªa hay quien recuerda aquel d¨ªa del verano pasado, en Helsinki. Carl renunci¨® al primer salto en la prueba de longitud, para correr la semifinal del relevo, corri¨® como un demonio, se traslad¨® al foso, salt¨® 8,55 metros, luego 8,42. Ya ten¨ªa bastante para adjudicarse el oro. Hab¨ªa saltado, en pocos minutos, 26 y 42 cent¨ªmetros m¨¢s que sus compatriotas Grimes y Colney.
Cumplida su misi¨®n en el foso, volvi¨® al relevo para participar en la final y realizar, junto a sus compa?eros King, Gault y Smith, la carrera m¨¢s r¨¢pida que jam¨¢s se haya hecho en el mundo, con 37.86 en los 4x100.
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