Los militares entregar¨¢n el poder antes de marzo de 1985 como resultado del acuerdo con los partidos pol¨ªticos
El Gobierno militar uruguayo se dispone a dictar un acta institucional para convocar oficialmente elecciones generales el 25 de noviembre pr¨®ximo y anunciar la entrega del poder a los civiles, como m¨¢ximo, el 1 de marzo de 1985. La medida es el resultado del acuerdo alcanzado en la noche del viernes (madrugada del s¨¢bado en Espa?a) con tres de los cuatro partidos pol¨ªticos m¨¢s importantes del pa¨ªs. Se ha quedado al margen del pacto el Partido Nacional, o Blanco, que exige previamente la liberaci¨®n de su l¨ªder, Wilson Ferreira Aldunate, detenido el pasado mes de junio al regresar al pa¨ªs tras largos a?os de exilio.
En las reuniones participaron los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, los dirigentes del Partido Colorado, la Uni¨®n C¨ªvica y el Frente Amplio, adem¨¢s de un representante laborista como invitado. El Partido Nacional, o Blanco, ya hab¨ªa decidido abstenerse antes de continuar las negociaciones -con las que estaba de acuerdo- mientras contin¨²e en prisi¨®n su l¨ªder.El acuerdo final se logr¨® sobre la base de cuatro puntos principales: la incorporaci¨®n del actual Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), que en el futuro tendr¨¢ mayor¨ªa de civiles entre sus miembros, como asesor a disposici¨®n del Gobierno electo, el establecimiento de un mecanismo para la designaci¨®n de los futuros comandantes en jefe de los tres ej¨¦rcitos, la determinaci¨®n de los alcances de la justicia militar y la reglamentaci¨®n de la forma en que debe ser utilizado el estado de insurrecci¨®n, figura similar a la que en otros pa¨ªses se conoce como estado de sitio.
S¨®lo han quedado en pie dos de las imposiciones iniciales de los militares: al menos por ahora, no se le conceder¨¢ la libertad a Wilson Ferreira Aldunate, ni se levantar¨¢n las proscripciones que impiden al general L¨ªber Seregni, l¨ªder del Frente Amplio, y al Partido Comunista presentarse legalmente a las elecciones, uno como candidato y el otro como organizaci¨®n pol¨ªtica.
Los cargos militares
Los futuros comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas ser¨¢n elegidos por el presidente de la Rep¨²blica con acuerdo del Senado y sobre una terna propuesta por los propios militares. Por otra parte, la intervenci¨®n de la justicia militar queda limitada a delitos cometidos por miembros de las Fuerzas de Seguridad, y s¨®lo en caso de que se dicte el estado de insurrecci¨®n alcanzar¨¢ a los civiles.
La medida de excepci¨®n, prevista para cuando el presidente estime que peligra la seguridad del Estado, debe ser solicitada por el poder ejecutivo y aprobada luego por la Asamblea General para ser efectiva. El Consejo Nacional de Seguridad, sin atribuciones legales, se formar¨¢ cuando el presidente lo requiera y estar¨¢ integrado por los ministros de Interior, Defensa, Relaciones Exteriores y los tres comandantes en jefe.
La Constituci¨®n espa?ola
Aunque ninguno de los participantes en la reuni¨®n firm¨® ning¨²n documento, el Gobierno se comprometi¨® a dictar inmediatamente un acta institucional para convocar elecciones. Los pol¨ªticos emitir¨¢n al mismo tiempo declaraciones de apoyo a la medida y luego llamar¨¢n a la participaci¨®n p¨²blica. Los acuerdos ser¨¢n incorporados a la Constituci¨®n como disposiciones transitorias hasta el 1 de marzo y se prev¨¦ un refer¨¦ndum que podr¨ªa realizarse un a?o despu¨¦s de las elecciones, el 25 de noviembre de 1985.
Entre los documentos consultados, los dirigentes pol¨ªticos uruguayos prestaron particular atenci¨®n a la Constituci¨®n espa?ola y las leyes previstas para su defensa. Todos ellos coincidieron en destacarla como una de las m¨¢s modernas y avanzadas del mundo.
El Partido Blanco, en tanto, contin¨²a preparando el acto del 16 de agosto, en el que espera reunir en Montevideo, entre otros, al senador dem¨®crata norteamericano Edward Kennedy, al ex presidente del Gobierno espa?ol Adolfo Su¨¢rez y al ex presidente de Venezuela Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. Ese d¨ªa Wilson Ferreira Aldunate cumplir¨¢ dos meses de c¨¢rcel y los dirigentes del Partido Blanco esperan que la masiva manifestaci¨®n p¨²blica, adem¨¢s de la presi¨®n internacional, cierren el cerco sobre el Gobierno y le obliguen a decretar su libertad.
Nadie se cree en Uruguay que los militares est¨¦n en condiciones de ir a una elecci¨®n con L¨ªber Seregni proscrito y sin la participaci¨®n del Partido Blanco. Pero el mismo jueves por la noche, a la salida de la reuni¨®n donde se logr¨® el acuerdo, el general Medina, considerado el hombre que decide en el poder, dijo no entender cu¨¢l era el problema de la proscripci¨®n de Ferreira, y agreg¨® que "en Argentina se realizaron elecciones con proscritos y creo que ahora es un pa¨ªs en democracia plena".
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