En defensa del padre D¨ªez-Alegr¨ªa

En EL PAIS del d¨ªa 21 de julio de 1984 pudimos leer la noticia de que se ha vetado como predicador y celebrante en la di¨®cesis de Toledo a Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªez-Alegr¨ªa debido, seg¨²n se desprende del texto, a su car¨¢cter de sacerdote progresista.Aunque quienes suscribimos esta carta sabemos que con ella no vamos a lograr que se modifique esa orden, s¨ª queremos alzar nuestra voz, y con el mayor respeto a la vez que con la mayor firmeza decir:

1. Que Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªez-Alegr¨ªa, como persona creyente, como sacerdote y como maestro no es merecedor de una sanci¨®n de tal naturaleza. Antes al contrario, es digno de ser considerado como ejemplo para quienes quieren vivir un cristianismo evang¨¦lico, comprometido, liberador y actualizado.

2. Que un hecho como el que contemplamos en nada favorece a la Iglesia. Se ha actuado con criterio cerrado, inquisitorial y no dialogante, haciendo uso de un autoritarismo a ultranza que a partir del concilio deber¨ªa no darse ya jam¨¢s.

3. Denunciar que estas persecuciones y acosos por parte de las altas instancias de la Iglesia -y no s¨®lo de la espa?ola- ¨²nicamente se dan contra las personas y los movimientos no tradicionales, igual -aunque con distintas formas- que ocurr¨ªa en los siglos del oscurantismo y de la Inquisici¨®n. Basta hacer un somero repaso de los ¨²ltimos a?os y comprobar esta realidad en los nombres de Hans K¨¹ng, Helder Camara, te¨®logos de la liberaci¨®n, movimientos de base dentro de la Iglesia...

4. Finalmente, hacer llegar el sentir de esta comunidad parroquial madrile?a al se?or cardenal arzobispo de Toledo, y desear que lo acoja como la correcci¨®n fraterna que san Pablo reconoc¨ªa como uno de los dones de la comunidad cristiana- Por el Consejo de Pastoral de la Parroquia Universitaria.