La amenaza es la guerra
Hace unos d¨ªas le¨ªa en las p¨¢ginas de este peri¨®dico un art¨ªculo escrito por George Shultz, secretario de Estado de EE UU, que llevaba por t¨ªtulo. El terrorismo, amenaza contra la vida civilizada.
A lo largo de su escrito, el se?or Shultz, adem¨¢s de aportar datos estad¨ªsticos, hac¨ªa algunas consideraciones sobre el hecho "terrorista". Principalmente me llam¨® la atenci¨®n el p¨¢rrafo en que dec¨ªa: ( ... ) "El terrorismo no es ya el recurso arbitrario de fan¨¢ticos aislad¨®s en su propio c¨ªrculo: ahora es una manera de hacer la guerra".
Esta consideraci¨®n, por su rotunda claridad, hizo que inmediatamente afluyera en mi interior la sensaci¨®n de temor, temor que fue creciendo as¨ª como me iba adentrando en el escrito, ya que el se?or Shultz dedicaba la segunda parte del art¨ªculo a explicar c¨®mo actuaba el Gobierno estadounidense en esta materia: ( ... ) Ilamamiento a la cooperaci¨®n de los Gobiernos, mejoramiento de la capacidad de prevenci¨®n de agresiones exteriores, preparaci¨®n personal en el extranjero sobre tipos de incidentes y terroristas con los que tal vez tuvieran que enfrentarse, etc¨¦tera, etc¨¦tera".
La verdad es que no es necesario un gran esfuerzo imaginativo para encontrar entre l¨ªneas la justificaci¨®n previa a una actuaci¨®n violenta.
Las tensiones pol¨ªticas y econ¨®micas entre las dos grandes potencias nos son conocidas, forman parte de nuestra historia contempor¨¢nea, por lo tanto, de nuestra propia existencia.
Las dos guerras mundiales, la llamada guerra fr¨ªa... y ahora el se?or Shultz, como portavoz del Gobierno estadounidense, nos dice a los europeos, casi en forma de comunicado oficial, que la nueva "guerra" que, parad¨®jicamente, recae sobre las viejas espaldas del continente europeo, se llama "terrorismo".
Se?or Shultz, estoy de acuerdo con usted en que ..."la meta del terrorismo es la de crear anarqu¨ªa y desorden, porque es a partir del desorden como quiere instalar el miedo, desacreditar a los Gobiernos, desmoralizar a las sociedades o alterar la pol¨ªtica que practican".
En este mundo estamos empezando a sobrar demasiados millones de seres humanos, que ya no somos necesarios ni para producir ni para consumir. ?No pensar¨¢n que el modo de reducir la poblaci¨®n sea la guerra! Es preciso acabar con el terrorismo, es preciso acabar con la violencia destructora, la violencia que anula la libertad de las personas, aniquil¨¢ndolas y someti¨¦ndolas. En contrapartida, debemos reivindicar la violencia (etimol¨®gicamente: fuerza, energ¨ªa), pero una violencia que construya cosas en vez de destruirlas, la violencia que busca, posibilita, conquista, llama, facilita la libertad de las personas. Lo contrario de la violencia destructora no es la pasividad inerte, sino la fuerza del amor. Lo contrario de la guerra no es la paz, la m¨¦ra paz ser¨ªa un quietismo, una vac¨ªa contemplaci¨®n.
?Qu¨¦ puede ser esto que sea feliz en vez de doloroso, deseable en vez de temido, que a¨²ne en vez que disperse, que siembre amor en vez de odio, que haga que la victoria sea de todos en vez de s¨®lo un bando? ?Qu¨¦ puede ser este algo que, siendo as¨ª, a la vez sea inusitado, sorprendente y plenamente adulto? Esta cosa, verdadero punto opuesto a la guerra, es nada menos que la fiesta. Fiesta como dimensi¨®n gozosa de la propia existencia humana compartida, y saber as¨ª vivirla profundamente. Si la paz no es engendradora de fiesta convivencial, dialogante, ser¨¢ madre del monstruo de una nueva guerra, sin o¨ªdos y sin coraz¨®n.
Es preciso que la sociedad retome los verdaderos valores que son inherentes al ser humano, la solidaridad, la caridad, el amor... la fiesta, porque si no somos capaces de crear nuevos caminos con estos valores, mucho me temo que el terrorismo acabar¨¢ con nosotros. Se?or Shultz, la verdadera amenaza contra la vida civilizada es el odio, es el resentimiento... es tambi¨¦n la propia guerra. /
del ?mbito Mar¨ªa Corral.
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