Las grandes huelgas europeas abren huecos en Mallorca
ENVIADO ESPECIALLa crisis europea de los a?os setenta quebr¨® para siempre el sue?o cosmopolita de Mallorca, y hoy la isla de la calma es un inmenso aparcadero de turistas de escaso poder adquisitivo de todo el continente. En el paso de la Mallorca rural y con tradici¨®n contrabandista de la posguerra a la Mallorca actual, donde el monocultivo del turismo supone el 90% de toda la actividad econ¨®mica de la isla, se prefiri¨® al turista menos rico pero fiel antes que al turista poderoso econ¨®micamente pero caprichoso y cambiante.
Y as¨ª, si levantasen la cabeza Picarol -el genial pintor mallorqu¨ªn Jos¨¦ Costa Ferrer, creador de una Cala d'Or ejemplar, al este de la isla- o el ilustre poeta argentino Adam Diehl -que puso la primera piedra de una Formentor, al norte, harto imitada despu¨¦s en zonas tur¨ªsticas selectas del mundo-, se dar¨ªan cuenta de que han fracasado en su empe?o de fundir el turismo con el arte, la naturaleza, el oc¨ªo y la belleza con un cierto perfume decadente.
Cala d'Or y Formentor son dos de los ejemplos de lo que Mallorca pudo ser y no fue. Porque el mallorqu¨ªn, que es sabio, tiene alma de fenicio y ha conocido hasta 14 invasiones de la isla en su historia, ha preferido los 3.500.000 turistas que le visitaron en 1983 para llevarse el mismo dividendo que en Saint-Tropez o Acapulco se har¨ªa con la d¨¦cima parte de personas. La diferencia se compens¨® con una prosperidad econ¨®mica envidiable, que ha llevado al habitante de esta isla mediterr¨¢nea -muy aficionado a las estad¨ªsticas- a ser el primer espa?ol en renta per c¨¢pita a base de alquilar sus 250.000 camas tur¨ªsticas; a poseer 1,2 veh¨ªculos por familia; a tener el primer aeropuerto de Espa?a (8.737.000
pasajeros en 1983, con 82.000 vuelos); a tener algunos de los ayuntamientos m¨¢s ricos del pa¨ªs, como el de Calvi¨¢ -al oeste de la isla, en uno de los lugares tur¨ªsticos m¨¢s masificados, junto a Palma Nova, Magalluf, Santa Ponsa-, cuyo alcalde, el ex cura y dirigente ugetista Francisco Obrador fue el primero en autorizar una playa desnudista (la de Mago) de Mallorca.
Turismo asegurado
Prosperidad econ¨®mica que el ciudadano mallorqu¨ªn sabe que desaparecer¨ªa de un plumazo y se volver¨ªa de hecho a la situaci¨®n de la posguerra si las gran des compa?¨ªas que dominan el 93% de la demanda tur¨ªstica de la isla (Thompson, Intasun, Cosmos, Thomas Cook, Global, Bea, Tuy, Neckermann, ITS, Spies, TjaerhorJ, etc¨¦tera), cumplieran alguna vez su amenaza anual de desviar el turismo a otros pa¨ªses, como Grecia o Turqu¨ªa, como una forma de presi¨®n a la hora de ajustar el precio de las ocupaciones hoteleras de la temporada."A fin de cuentas, el turismo de la isla, como el de la mayor parte de Espa?a, tiene el porvenir asegurado cuando la econom¨ªa va mal, seg¨²n Jaime Cladera, conseller de turismo del Gobierno balear. "Esta afirmaci¨®n probablemente no le gustar¨¢ al ministro de Hacienda, Miguel Boyer, pero resume como ninguna la importancia que para el sector tur¨ªstico tiene el hecho de que la paridad de la peseta con respecto a las monedas europeas tenga tendencia a la baja", prosigue Cladera. Y en Mallorca, la filosof¨ªa ha ido dirigida m¨¢s a que importe menos que un determinado empresario hotelero tenga p¨¦rdidas que al hecho de que los beneficios del sector vayan creciendo a?o tras a?o en una guerra contra la estad¨ªstica misma. Visto desde la Pen¨ªnsula, quiz¨¢ despu¨¦s de que Mallorca dejase de ser el para¨ªso de unas merecidas vacaciones -s¨®lo un, 9% del turismo es nacional, y est¨¢ contratado mayoritariamente tambi¨¦n por operadores tur¨ªsticos y despu¨¦s incluso de que se dejase de vender la isla como el para¨ªso de los viajes de luna de miel, la cuesti¨®n parece haberse quedado en esto: cumplir las previsiones hechas antes desde el Gobierno central y ahora desde el Gobierno balear de superar los 3.568.000 turistas de 1983, como se vienen superando, con algunos altibajos, a?o a a?o, los, 647.000 turistas de 1961, ahora que est¨¢n a punto de cumplirse' las bodas de plata de Mallorca con el turismo masivo.
Pero si es cierto que en lo que va de a?o se ha aumentado en un 9% la entrada de turistas en Mallorca, no lo es menos que ha habido un porcentaje significativo que no ha ocupado plaza hotelera. Comienza a extenderse el fen¨®meno del turismo negro, es decir, centenares de familias que o bien comparten, de dos en dos y hasta de tres en tres, una misma vivienda, o bien alquilan casa o apartamento directamente, fuera de cualquier control, a mallorquines -son millares los que disponen de una segunda y hasta una tercera vivienda- o a los inversionistas extranjeros que han comprado casa en la mayor de las islas mediterr¨¢neas espa?olas.
El importante descenso en la ocupaci¨®n hotelera en junio y julio pasados -no se alcanz¨® el 65%, con m¨¢s de 50.000 plazas sin cubrir- fue explicado oficialmente por las huelgas de los metal¨²rgicos alemanes y de los mineros ingleses, la principal cantera tur¨ªstica de la isla: dos de cada tres visitantes, incluidos los espa?oles, son alemanes o ingleses" seguidos a mucha distancia por holandeses, suizos y belgas. A cualquiera de ellos le cuesta una estancia de 15 d¨ªas en Mallorca en un hotel de tres estrellas, incluido el viaje, los desplazamientos, desayuno y media pensi¨®n, desde cualquier punto de Europa, entre 75.000 y 80.000 pesetas, pagaderas en origen y en la moneda propia, seg¨²n los m¨¢rgenes comerciales de las empresas de vuelos charter, hasta el punto de que, por ejemplo, para un jubilado sueco es tan barato o m¨¢s residir en Mallorca fuera de temporada que en su propio pa¨ªs.
Concursos varios
Los turistas est¨¢n poni¨¦ndo en aprietos a muchos de los 1.470 restaurantes o de las 1.269 tabernas de la isla, porque los grandes operadores tur¨ªsticos han impuesto tambi¨¦n un c¨®digo de conducta del visitante adecuado a su falta de medios econ¨®micos, por mucho que los responsables del turismo balear insistan en que se trata de un turismo masivo de clase media. Un ciclo vital diario que termina, tras el ba?o, el sol, la playa,- la ducha y la cena en el hotel -contratado en origen-, con la presencia de una figura relativamente nueva, que es la del animador de concursos y a tracciones de todo tipo, cuando hace a?os a esas horas comenzaba la hora de los restaurantes, las cafeter¨ªas y las discotecas.El negocio de los hoteles ahora, a la vista de los estrechos m¨¢rgenes que permiten los operadores tur¨ªsticos, consiste en retener al mayor n¨²mero de turistas durante las noches en sus bares y discotecas -los negocios m¨¢s rentables de un hotel mallorqu¨ªn- con concursos y diversiones: desde la elecci¨®n de Miss Simpat¨ªa o de la jovencita que tiene el pecho m¨¢s grande y robusto, a la competici¨®n por ver qui¨¦n logra comer m¨¢s pl¨¢tanos en tres minutos. ?se es el nivel. Hasta las excursiones por la isla est¨¢n vendidas de antemano, y suelen tender m¨¢s a ser gancho de ventas de artesan¨ªa y recuerdos que muestras del g¨®tico mallorqu¨ªn, de las hermosas cuevas naturales de Drach, Art¨¢ o Manacor o del monasterio de Valldemosa.
Lo que se tiende a ocultar cuidadosamente tras la masificaci¨®n de El Arenal, Can Picafort, Palma Nova, Magalluf o Santa Ponsa es la no muy elevada educaci¨®n c¨ªvica que muestra una parte de los turistas, la violencia nocturna que se registra en esas grandes concentraciones hoteleras, el trasiego de drogas, la prosperidad de locales nocturnos de top-Iess que encubren prost¨ªbulos, el negocio de los licores adulterados, etc¨¦tera.
La parte de turismo de calidad, que tambi¨¦n la hay, aunque en porcentaje m¨ªnimo, queda desplazada por el aluvi¨®n estival de clientes de operadores tur¨ªsticos que prefieren decididamente ser y comportarse como vacacionistas antes que como turistas.
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