La oposici¨®n francesa, mayoritaria en el Senado, rechaza la revisi¨®n constitucional propuesta por Mitterrand
La Asamblea de Diputados francesa -en la que los socialistas tienen la mayor¨ªa absoluta- intentar¨¢ a partir del 22 de agosto reanimar la cuesti¨®n de la pol¨¦mica revisi¨®n constitucional, tras la actitud del Senado -en el que el Gobierno se encuentra en minor¨ªa-, que, en la madrugada de ayer, rechaz¨® (por 207 votos contra 106) el texto propuesto por Fran?ois Mitterrand, que pretend¨ªa ampliar las posibilidades de convocar referendos a temas tocantes a las libertades p¨²blicas.
El man¨® a mano entre el presidente y la oposici¨®n sobre la pol¨¦mica cuesti¨®n del refer¨¦ndum acaba de empezar con el voto del Senado. En ¨²ltimo t¨¦rmino, ser¨¢ probablemente la opini¨®n p¨²blica la que decida el desenlace de un duelo con el que Mitterrand pretende remozar su legitimidad y con el que la oposici¨®n desear¨ªa forzar al presidente a la disoluci¨®n del Parlamento. Ocurra lo que ocurra, los expertos toman nota de una ense?anza pol¨ªtica: la revitalizaci¨®n del Senado, que ha puesto en pr¨¢ctica toda su capacidad de obstrucci¨®n.Como ya lo hab¨ªan anunciado de antemano, los senadores de la oposici¨®n al Gobierno socialista, que son mayoritarios en la C¨¢mara Alta, apoy¨¢ndose en la constitucional cuesti¨®n previa, rechazaron de plano, sin deliberar, el proyecto de ley que el Gobierno les someti¨® para modificar la Constituci¨®n.
Esa rectificaci¨®n constitucional que se someter¨ªa a plebiscito nacional, consistir¨ªa en ampliar los supuestos de aplicaci¨®n del refer¨¦ndum a todas las cuestiones relativas a las libertades p¨²blicas.
La guerra escolar
La iniciativa presidencial fue provocada por la guerra escolar, en primer t¨¦rmino, ya que la ley sobre la ensenanza privada subvencionada por el Estado, que fue aprobada por la Asamblea de Diputados, provoc¨® una manifestaci¨®n que sac¨® a la calle en Par¨ªs a casi dos millones de franceses.
Adem¨¢s, Mitterrand, hace algunas semanas, se vio desamparado pol¨ªticamente al perder claramente las elecciones europeas. Por todo ello, retom¨® la iniciativa pol¨ªtica al convocar el refer¨¦ndum, que te¨®ricamente deb¨ªa ser aprobado ampliamente por los franceses y que habr¨ªa de reforzarle pol¨ªticamente. La oposici¨®n, a su vez, solicitaba un refer¨¦ndum sobre la ense?anza privada. Mitterrand aparent¨® estar dispuesto a conced¨¦rselo, pero reformando antes la Constituci¨®n, que, a su entender, no permite esa convocatoria m¨¢s que en dos casos espec¨ªficos: cuando se trata de organizar los poderes p¨²blicos y cuando hay que ratificar tratados internacionales.
Aqu¨ª fue donde empez¨® el rompecabezas jur¨ªdico-constitucional-pol¨ªtico, que ayer concluy¨® con la primera batalla perdida por el presidente. La oposici¨®n senatorial fund¨® el rechazo del refer¨¦ndum en tres razones fundamentales: Mitterrand pretende plebiscitarse y, de paso, acrecentar desmesuradamente los poderes presidenciales; las libertades no est¨¢n en pefigro, porque las defiende el control parlamentario y el Consejo Constitucional; y, por fin, la consulta es inoportuna porque el pa¨ªs tiene otros problemas.
El d¨ªa 21 el mismo texto ser¨¢ presentado a la Asamblea Nacional de Diputados, donde los socialistas dominan con su mayor¨ªa absoluta, lo que quiere decir que ser¨¢ aprobado. Al mismo tiempo, Mitterrand intentar¨¢ dividir a la oposici¨®n mediante las enmiendas que introducir¨¢n los diputados socialistas.
En tercer lugar hay que anotar la inc¨®gnita comunista, ya que en el Senado su grupo vot¨® el texto, al lado de los socialistas, pero su actitud se mantiene ambigua, ya que, como la oposici¨®n al Gobierno, entiende que el refer¨¦ndum de Mitterrand aumenta los poderes del presidente, y tambi¨¦n lo consideran inoportuno.
En un tercer tiempo, el texto enmendado volver¨¢ al Senado para una segunda lectura. Mitterrand espera, entonces, resquebrajar la uni¨®n de la oposici¨®n, pero esto no es seguro. Aqu¨ª es donde comenzar¨ªa a vislumbrarse un atisbo de crisis constitucional que, en ¨²ltima instancia, arbitrar¨ªa la opini¨®n p¨²blica, seg¨²n que se inclinara del lado del Gobierno o de la oposici¨®n. Algunos sondeos, hasta ahora, se manifiestan mayoritariamente en favor del refer¨¦ndum de Mitterrand. Pero nada est¨¢ decidido a¨²n, y este juego, cada d¨ªa m¨¢s enredoso, puede desesperar a los franceses.
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