Daley Thompson no quiso batir el record mundial
Despu¨¦s de dos jornadas, 10 pruebas y 20 horas en el Coliseo, el brit¨¢nico sum¨® 8.797 puntos, uno menos que la plusmarca del alem¨¢n, que qued¨® en la prueba a 124 puntos. Pero no le import¨® lo m¨¢s m¨ªnimo. "Estaba interesado ¨²nicamente en ganar la medalla de oro", recalc¨® para justificar el haber quedado tan cerca de recuperar el r¨¦cord mundial. "No fue un problema de fuerzas. Sal¨ª en la prueba de la final de los 1.500 metros sin ninguna presi¨®n".Cuando alguien le ha preguntado estos d¨ªas en la villa ol¨ªmpica a Daley Thompson de qu¨¦ pa¨ªs es, siempre ha contestado lo mismo: "Decatlandia". El atleta brit¨¢nico, con la mitad de su sangre y toda su piel nigeriana (su padre se cas¨® con una escocesa), es uno de esos raros humanos que no s¨®lo pueden competir en todo, sino que tienen el instinto de ganadores. Que son geniales y a la vez extra?os. El alem¨¢n Wentz, medalla de bronce en el concurso ol¨ªmpico, lo volvi¨® a confirmar ayer: "Daley Thompson se crece ante las dificultades. Es un competidor curioso e impresionante".El norteamericano John Crist, que estuvo tambi¨¦n en la final y se entren¨® este invierno con ¨¦l, tambi¨¦n dijo: "Siempre que Hingsen hace una buena marca, eso le sirve de acicate para efectuar otra mejor".A falta de Lewis, la cadena de televisi¨®n ABC no tuvo m¨¢s remedio que ocuparse de un s¨²bdito de la vieja Inglaterra, o de la vieja Escocia. No precisamente aut¨®ctono, pero es que ya quedan pocos aut¨®ctonos en los equipos que representan actualmente al Reino Unido. Thompson s¨®lo ha sido uno m¨¢s de los muchos atletas negros que han dominado los Juegos. Pero ¨¦l, m¨¢s lejos, m¨¢s alto, m¨¢s fuerte.
Mide 1,85 metros y pesa 82 kilos. Es explosivo en las carreras r¨¢pidas. Se mantiene en los lanzamientos con su corpulencia y velocidad en la coordinaci¨®n de movimientos, y es muy bueno en saltos. S¨®lo le perdi¨®, al final no tener la resistencia suficiente en la carrera de medio fondo, aunque declarara lo contrario.
La prueba de 1.500 metros del decatl¨®n es como una carrera de elefantes moribundos camino del cementerio. En este caso, del Coliseo. Eran las ocho menos cuarto y la noche hab¨ªa ca¨ªdo bastante tiempo antes sobre el Coliseo. S¨®lo quedaba por terminar el salto de longitud femenino, en el que Rumania no iba a perder esta vez las medallas, con Anisoara Stanciu (de soltera Cusmir) y Vali lonescu. Carol Lewis no es como su hermano y fracas¨®.
Hingsen, descartada ya su posibilidad de acercarse a su propio r¨¦cord mundial al haberse lesionado en un codo en el lanzamiento de jabalina sal¨ªa cerca de la cuerda, por una te¨®rica calle tres. Thompson, en la ocho.
El alem¨¢n, con sus dos metros de humanidad y 100 kilos de peso, fue el primer elefante en ponerse en marcha en la prueba de 1.500 metros. Ten¨ªa que cumplir, al menos, aunque no iba a ganar la carrera, ni el decatl¨®n. Thompson se rezago pronto, junto a su amigo Crist. No pod¨ªa m¨¢s y no reaccion¨®. Iba a defraudar en el ¨²ltimo instante, tras ir siempre en camin¨® de r¨¦cord. Sumaba en ese momento 8.241 puntos. Con 558 puntos, equivalentes a un tiempo de 4.34.8, hubiese superado por un punto el r¨¦cord mundial.
Le habr¨ªa bastado con acercarse a su mejor marca (4.20.3), conseguida en los Juegos Ol¨ªmpicos de Montreal-76. Entonces ten¨ªa s¨®lo 18 a?os, mucha menos experiencia y calidad t¨¦cnica (se clasific¨® en el puesto 18), y s¨ª le sobraba resistencia. Bruce Jenner, ganador entonces y uno de los m¨¢ximos ejemplos de promoci¨®n personal y publicitaria con un triunfo ol¨ªmpico, dijo de ¨¦l, que era quien ten¨ªa m¨¢s porvenir. Cuatro a?os despu¨¦s gan¨® su primer t¨ªtulo ol¨ªmpico en Mosc¨². Ahora ha repetido.
Tras una primera jornada espl¨¦ndida, con marcas en 100 metros y en longitud -con las que hubiese acompa?ado a Lewis en las finales. individuales-, perdi¨® parte de su ventaja de 114 puntos en los 110 vallas y el disco, las dos primeras pruebas. Hingsen, mejor en ambas, se le acerc¨® hasta 32 puntos. Pero fue un espejismo.
Momento clave
El alem¨¢n rompi¨® incluso una p¨¦rtiga en el salto y no pudo pasar de los 4,50. Thompson salt¨® despu¨¦s los 4,70 en el segundo intento y tuvo quiz¨¢ el momento m¨¢s delicado de su decatl¨®n, aparte del final. S¨®lo super¨® en el tercer salto los4,90.
Eran poco m¨¢s de las cuatro y media de la tarde y los 30 grados empezaban a acabar con las fuerzas de los atletas. Entonces apareci¨® el coraje competitivo de Thompson tras fallar los dos primeros intentos sobre la altura de 5,00 en la p¨¦rtiga. Sin demasiada carrera, unos 40 metros, lleg¨® a la batida y se elev¨® con un estilo no demasiado ortodoxo, pero s¨ª pr¨¢ctico. Subi¨® mucho encima del list¨®n, como con la fuerza de la rabia, y lo super¨® holgadamente. Ocho minutos despu¨¦s pas¨® tambi¨¦n los cinco metros. Ya no pudo con los 5,10, pero. s¨ª sum¨® m¨¢s de mil preciosos puntos en su camino de r¨¦cord, que mantuvo en la jabalina. Luego, s¨®lo la medalla de oro.
Thompson no bati¨® el r¨¦cord, pero s¨ª super¨® todas las marcas de sonrisas en una competici¨®n relajada. Sonri¨® mientras corr¨ªa en la prueba de 1.500 y estaba en juego -cre¨ªamos- el r¨¦cord mundial; sonri¨® tambi¨¦n cuando baj¨® la princesa Ana a saludarle a la pista. Cerr¨® su actuaci¨®n silbando el God save the queen en el podio con un aire de irrespetuosidad nada brit¨¢nico. Quiz¨¢ no son¨® el aut¨¦nticamente suyo, el de Decatlandia.
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