Sendero Luminoso, contra todo y contra todos
ENVIADO ESPECIALLos senderistas inician sus operaciones terroristas en julio de 1980, pocos d¨ªas antes de la toma de posesi¨®n del actual presidente peruano, Fernando Bela¨²nde. La decisi¨®n de iniciar "la lucha armada" y "una guerra popular" que pusiera fin a medio siglo de "r¨¦gimen fascista" y terminase con "la estructura semifeudal" del pa¨ªs fue adoptada en 1978, durante el noveno pleno del Partido Comunista de Per¨² (PCP), Sendero Luminoso. El nombre proviene de una de sus pocas publicaciones, en las que se dice que "el partido debe seguir el 'sendero luminoso' trazado por Jos¨¦ Mar¨ªa Mariategui, el gran ide¨®logo del comunismo peruano y fundador del partido en 1930.
El PCP-Sendero Luminoso decide no acudir a las elecciones constituyentes de 1979 y boicotearlas. Su ataque se dirige por igual tanto a los partidos del centro y la derecha como al social dem¨®crata APRA y a la coalici¨®n Izquierda Unida. Para los senderistas, los candidatos son definidos como "cretinos parla mentarios" que s¨®lo contribuyen a prolongar el fascismo. La guerra contra lo que denomina "farsa de la democracia burguesa" comienza en ese momento y con tin¨²a.
Las 'cuatro espadas'
A pesar de las insinuaciones gubernamentales de que reciben ayuda exterior, Sendero Luminoso no se identifica con ning¨²n movimiento pol¨ªtico ideol¨®gico ni guerrillero del mundo. Para ellos, el socialimperialismo ruso y el revisionismo chino est¨¢n m¨¢s podridos que el imperialismo yanqui.
S¨®lo reconocen lo que denominan con el tremendo mesianismo que imprimen a todas sus acciones. "Las cuatro espadas" de la revoluci¨®n mundial, que son Marx, Lenin, Mao y camarada Gonzalo", nombre de guerra del ide¨®logo de Sendero, Abimael Guzm¨¢n, un profesor de Filosof¨ªa de la universidad nacional de San Crist¨®bal de Huamanga, de la ciudad de Ayacucho, que, como un Pimpinela Escarlata desapareci¨® de la escena p¨²blica en 1979 y en estos momentos nadie sabe si est¨¢ vivo o muerto y si vive en Per¨² o en el extranjero. La Interpol tiene una orden de busca y captura contra ¨¦l, pero como en el caso del terrorista Carlos, no ha podido dar con su paradero.
Seg¨²n revela un interesante trabajo publicado por la revista Quehacer, del Centro de Estudios y Promoci¨®n del Desarrollo, Sendero Luminoso tiene marcadas tres etapas para el desarrollo de lo que denomina guerra popular: primera, una fase de agitaci¨®n y propaganda, con actos de sabotaje, para que el pa¨ªs se enterase de su existencia; segunda, ofensiva generalizada contra el Estado y las fuerzas de seguridad y armadas, con enfrentamientos directos y expropiaci¨®n de armamento, y tercera, instauraci¨®n de zonas de apoyo y liberadas, desde donde se conseguir¨ªa el cerco de las ciudades por el campo, una t¨¦cnica ampliada de la doctrina de Mao y que explica por qu¨¦ los medios de comunicaci¨®n peruanos siempre aplican a los senderistas el calificativo de mao¨ªstas.
La organizaci¨®n, seg¨²n el trabajo de Quehacer, se encuentra estructurada de forma tal que un senderista importante, a cualquier nivel, nunca puede conocer a m¨¢s de ocho compa?eros, pues cada c¨¦lula la forman un m¨¢ximo de cinco miembros, y de ella s¨®lo, el responsable se vincula y se relaciona con otros tres responsables de igual n¨²mero de c¨¦lulas que forman el comit¨¦ local, zonal o distrital.
Los senderistas iniciaron su ofensiva en el departamento de Ayacucho, el m¨¢s deprimido de Per¨² y donde, como consecuencia de la derrota espa?ola en 1824, todas las naciones de Suram¨¦rica conseguir¨ªan la emancipaci¨®n de Espa?a. Desde Ayacucho irradiaron su influencia a los departamentos vecinos de Huancav¨¦lica y Apurimac.
3.719 muertos
La participaci¨®n de estos departamentos en el total de la inversi¨®n p¨²blica nacional en el per¨ªodo 1968-1980 ha sido en soles constantes de 1973. La siguiente, un 0,6% en Ayacucho, un 0,3% en Apurimac y un 3,6% en Huancav¨¦lica. El paro es atroz, y las posibilidades de subsistencia de los campesinos en una tierra pobre, m¨ªnimas. Sin embargo, a pesar de estas condiciones en las que se desenvuelven los campesinos, no parece que Sendero Luminoso cuente, quiz¨¢ por la crueldad de sus m¨¦todos represivos, con un gran sentimiento entre la poblaci¨®n campesina, con excepci¨®n de los j¨®venes. Los servicios de inteligencia tienen la convicci¨®n de que entre los senderistas abundan los j¨®venes universitarios de la zona que no son capaces de encontrar trabajo tras su graduaci¨®n.
Seg¨²n ha declarado a EL PAIS el ide¨®logo del APRA y antiguo rector de la universidad de San Marcos, senador Luis Alberto S¨¢nchez, la mayor¨ªa de los muertos registrados por los guerrilleros en sus enfrentamientos con las fuerzas. de seguridad tiene entre 14 y 28 a?os. "Es incre¨ªble", a?ade el senador S¨¢nchez, 11 que se hayan enfrentado al campesinado. Su violencia antijer¨¢rquica es puramente anarquista que nos fue legada no s¨®lo por los espa?oles, sino por los incas La pretendida disciplina incaica es un mito inventado por los antrop¨®logos europeos".
La violencia hab¨ªa producido hasta primeros de julio 3.719 muertos, seg¨²n una estad¨ªstica no desmentida publicada por el diario La Rep¨²blica, de los cuales 1.846 son senderistas; 144, miembros de las fuerzas de seguridad; 32, del Ej¨¦rcito, y nada menos que 1.700 civiles ejecutados por Sendero Luminoso o v¨ªctimas de la represi¨®n de las fuerzas de seguridad.
Para el senador aprista Alberto S¨¢nchez, la decisi¨®n de Be la¨²nde de encomendar la lucha antiterrorista a las fuerzas arma das ha sido un error. "No se puede combatir el terror con el terror", dice. "Hacen falta otras medidas". Pero el terror sigue por ambos lados. El 4 de este mes, seg¨²n la Prensa lime?a, Sendero degoll¨® a 37 campesinos en Lucanas, a 20 kil¨®metros al sur de Ayacucho. De ellos, 15 aparecieron con la lengua corta da. El motivo aparente: hab¨ªan facilitado informaci¨®n a las fuer zas de seguridad sobre la estancia de los senderistas en el pueblo. Unos d¨ªas antes, 23 campesinos fueron muertos por las fuerzas de seguridad por sospecha de pertenecer a la organiza ci¨®n terrorista. Seg¨²n ha declarado a este corresponsal el alcalde de Lima y presidente de Izquierda Unida, Andr¨¦s Barrantes, que en una ocasi¨®n estuvo preso con el camarada Gonzalo, el fundador de Sendero, "si es que est¨¢ vivo, parece haber perdido el control en manos de los sectores m¨¢s duros". Precisamente Izquierda Unida se ha convertido en uno de los blancos de ataque de los atentados de Sendero Luminoso, que considera a la coalici¨®n izquierdista un competidor peligroso que no permite que las masas se dediquen s¨®lo a la guerra de guerrillas.
Dos alcaldes de peque?as localidades pertenecientes a Izquierda Unida han sido ya eliminados, ajusticiados en la jerga guerrillera, y el propio Barrantes ha recibido amenazas de muerte. Para el alcalde de Lima, la intenci¨®n de los senderistas es muy clara: "Provocar con sus acciones un golpe militar, que en este caso no ser¨ªa nacionalista de izquierdas, como en la primera etapa de Velasco Alvarado, sino de derechas, de tal forma que el PCP-Sendero Luminoso agrupa se y liderase toda la izquierda in telectual del pa¨ªs, as¨ª como a los obreros y campesinos". Sin embargo, mientras Sendero Luminoso concentre sus acciones en los tres departamentos antes citados y no ampl¨ªe su campo de acci¨®n a las grandes ciudades, principalmente a la capital, Lima, no es previsible, en opini¨®n de pol¨ªticos responsables de este pa¨ªs, que los militares se decidieran a intervenir antes de ver terminado el proceso electoral en el que est¨¢ inmerso el pa¨ªs y que terminar¨¢ con la celebraci¨®n de los comicios el 14 de abril de 1985. Hay, adem¨¢s, otras dos razones de peso para que las fuerzas armadas no quieran dar ese paso: las elecciones americanas de noviembre y la visita oficial del Papa a Per¨², que dar¨¢ comienzo a primeros de febrero del a?o pr¨®ximo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.