El portugu¨¦s Carlos Lopes sac¨® 52 minutos al ¨²ltimo de la marat¨®n de Los Angeles
Durante 52 minutos, siete legendarios maratonianos, todos medallistas ol¨ªmpicos, entre ellos Alain Mimoun y Frank Shorter, ganadores en 1956 y 1972, respectivamente, esperaron pacientemente sentados junto a la l¨ªnea de llegada. La organizaci¨®n de los Juegos quiso que ellos fueran testigos de excepci¨®n de la ¨²ltima final de la prueba de marat¨®n. Ese tiempo fue el que transcurri¨® desde que lleg¨® el portugu¨¦s Carlos Lopes, primer clasificado, con 2.09.21, hasta que lo hizo Dieudonne Lamothe, de Hait¨ª, con 2.52.18, en el puesto 78?. Y entre medias, en un goteo, De Castella (5), Dixon (10), Jones (12), Seko (14), Salazar (15), Shahanga (22), Lismont (24), Zachariasen (25) y, con flato, Parmentser (30). Los espa?oles no tuvieron fuerzas bastantes para conocer la gloria de entrar en un estadio ol¨ªmpico. Ellos estuvieron entre los 28 abandonos que hubo en la prueba.
La marat¨®n cerr¨® el domingo las pruebas de atletismo de los Juegos de Los ?ngeles. La motivaci¨®n de la carrera y el propio recorrido, totalmente llano, propiciaba que se corriera a buen ritmo. Demasiado para dos de los favoritos -el tercero era Lopes-, como reconocieron Alberto Salazar y Robert de Castella, pese a que ambos estuvieron cerca de sus peores marcas personales. No as¨ª para Carlos Lopes, que pudo realizar la estrategia prevista: salir en cabeza y aguantar hasta el kil¨®metro 37 para, si se sent¨ªa todav¨ªa fuerte, intentar dejar atr¨¢s a sus rivales.Las caracter¨ªsticas de la carrera aseguraron un buen ritmo de salida, que se mantuvo hasta pasados los 30 kil¨®metros por los constantes relevos. Nzau, Spedding, Ikangaa, Nijboer, Lopes, De Castella, Shigeru So, Shaganga y Seko, todos ellos hombres de menos de 2.10, formaban ' un grupo privilegiado. Salazar, muy pronto, se hab¨ªa quedado atr¨¢s. Tuvo problemas en el kil¨®metro 15 y se sorprendi¨® de ser decimoquinto, "porque yo me encontraba bien y cre¨ªa ir a mi ritmo habitual; ocurri¨® que el domingo hubo muchos atletas que hicieron la mejor carrera de su vida".
El kil¨®metro 5 se hab¨ªa pasado en 15.35; el 20, en 1.01.38; el 25, en 1.17.11; el 30, en 1.32.57. Jam¨¢s una marat¨®n ol¨ªmpica se hab¨ªa corrido tan r¨¢pido. Nadie ced¨ªa en el grupo, pero inexorablemente ten¨ªan que ir cayendo los atletas con el paso de los kil¨®metros, el esfuerzo y el calor que hizo durante la primera parte de la carrera. De Castella, uno de los que segu¨ªan optando seriamente a la victoria, fue de los primeros en consumir su energ¨ªa. "El ritmo era muy fuerte y es dif¨ªcil poder estar tantos a?os en primera l¨ªnea, m¨¢xime cuando hay aut¨¦nticas figuras que se han incorporado a. la marat¨®n; siempre hay alguno que no falla y es el que te destroza".
El ¨²ltimo estir¨®n
Ese alguien era Lopes. Treacy -otro campe¨®n mundial de cross, como ¨¦l-, Spedding, lkangaa, So y Nzau, sin embargo, no ced¨ªan y juntos pasaron por el kil¨®metro 35 en 1.48.23. Lopes lleg¨® fuerte al punto donde ten¨ªa pensado atacar. Lo hizo y nadie pudo seguirle. Rompi¨® el grupo de cabeza y Nzau qued¨® roto, hasta el extremo de perder posiciones en el ¨²ltimo kil¨®metro.
Treacy y Speciding ten¨ªan las fuerzas justas. Acordaron no desperdiciarlas en beneficio de los que ven¨ªan detr¨¢s y jugarse la medalla de plata, al sprint, detr¨¢s una larga fila de corredores. El ¨²ltimo clasificado tard¨® 52 minutos en llegar a la meta. En los ¨²ltimos 400 metros emple¨® dos minutos. Era el final del atletismo y de los Juegos Ol¨ªmpicos.
Los dos espa?oles participantes fracasaron. Ten¨ªan la consigna de no precipitarse en la salida si no quer¨ªan pagar cara la osad¨ªa de seguir a hombres mucho m¨¢s r¨¢pidos que ellos. De la Parte no hizo caso y se fue con la cabeza, es decir, con el ritmo de los africanos y el del australiano De Castella. No lleg¨® al kil¨®metro 25. Le pas¨® lo mismo que en los europeos de Atenjs y en los mundiales de Helsinki Traspaderne, que fue duod¨¦cimo en los mundiales, sali¨® m¨¢s lento, sigui¨® al segundo grupo de cabeza, cerca del norteamericano Alberto Salazar, pero abandon¨® igualmente cerca del kil¨®metro 35, a siete del final de los Juegos.
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