Los id¨®neos no son los culpables

Como comentario al art¨ªculo Id¨®neos y jubilados, del profesor La¨ªn Entralgo, publicado en EL PAIS (29 de julio de 1984), deseo hacer algunas matizaciones. Estoy conforme con el hecho que ¨¦l se?ala de que a los 65 (o 70) a?os muchos de los jubilados (de todas las profesiones) se encuentran en plena posesi¨®n de sus facultades intelectuales (quiz¨¢ hubiera que valorar m¨¢s finamente si tambi¨¦n lo est¨¢n por lo que a la capacidad f¨ªsica se refiere). A?adir¨¦ adem¨¢s que posiblemente las Ciencias Biol¨®gicas, y entre ellas la Medicina, por su propia naturaleza de ciencias emp¨ªricas, son propias de la madurez intelectual m¨¢s que de la juventud, aunque como muy bien se?ala La¨ªn, la juventud o madurez no est¨¦n en relaci¨®n directa con la edad.Sin embargo, creo que el t¨ªtulo del art¨ªculo y ciertos pasajes de ¨¦l pueden hacer pensar al lector que los profesores id¨®neos tienen alg¨²n grado de responsabilidad en la marginaci¨®n a la que, seg¨²n La¨ªn, se ve sometida la tercera edad. Los profesores id¨®neos, recientemente declarados aptos para desempe?ar con pleno derecho las funciones que vienen llevando a cabo desde al menos cinco a?os atr¨¢s, son, por su calidad de reci¨¦n llegados, los m¨¢s ajenos y menos implicados en los mecanismos que regulan la permanencia en el puesto de trabajo de cualquier profesional universitario. Espero ansiosamente el futuro art¨ªculo del profesor La¨ªn sobre los id¨®neos, y deseo que su magn¨ªfica pluma haga justicia a un grupo de profesionales a los que se les ha exigido, entre otros, el requisito de una experiencia de cinco a?os, que a todas luces parece exagerado si se compara con los requisitos habituales de cualquier empresa- . Profesora interina de Universidad..