Comedia, comedia

Siendo un g¨¦nero tan degradado el de la comedia, incluso o sobre todo en la industria norteamericana, donde en los ¨²ltimos a?os se ha reemplazado por el youth oriented pic, un cine subnormal destinado a j¨®venes hervidos, la aparici¨®n de L¨ªo en R¨ªo, ¨²ltima obra de Stanley Donen, es, al menos, un respiro. Y no tanto porque el p¨²blico adulto al que se destina sea menos conformista que el joven de las anteriores, como porque su desarrollo tiene unas exigencias y una imaginaci¨®n m¨ªnimas.El juego de la pel¨ªcula es tambi¨¦n muy conservador. Que los matrimonios se recompongan, las lolitas encuentren un r¨¢pido novio de su edad, y todo vuelva a ser tan correcto y feliz como marca la norma, es algo ya superado, incluso inexistente. Que Donen haya ca¨ªdo en ese desenlace, quiz¨¢ por respetar m¨¢s la estructura de la comedia cl¨¢sica que en sus a?os tuvo graves problemas de censura, no es perdonable, aunque quede constancia de que ninguno de los personajes seguir¨¢ siendo ya como antes. Pero, sobre todo, no lo es el que ese final sea un conejo sacado de un sombrero que hasta entonces no hab¨ªa aparecido en escena. Trivial y fr¨ªvolo un desenlace desafortunado.

Pero hasta que ¨¦ste llega, L¨ªo en R¨ªo contiene numerosos rnomentos acertados y divertidos, que se ampl¨ªan con el talento de Michael Caine, el actor sobre el que gira la peripecia del filme, y su baza primordial. Es ¨¦l quien matiza y enriquece la historia de ese carroz¨®n enamorado a pesar suyo de la hija adolescente de su mejor amigo. Su sorpresa por esa s¨²bita pasi¨®n, su inconfesable felicidad, su mal disimulado complejo de culpa, sus ganas de seguir, su miedo a que la historia siga, su af¨¢n por quedarse y por huir, son expresados por Michael Caine con un tan extraordinario sentido del humor que le coloca a la cabeza de los grandes comediantes del momento.

F¨®rmulas de la nostalgia

En L¨ªo en R¨ªo, al menos no hay patochadas. Claro que tampoco es la comedia que parec¨ªa propia en Stanley Donen, si su visi¨®n de la sociedad. se hubiera acompasado con el tiempo. Que ¨¦ste sea el mismo director de aquella compleja Dos en la carretera, donde contempl¨® las vicisitudes de la pareja con un compromiso m¨¢s directo y no por ello con humor menos espectacular, indica que en los casi 20 a?os transcurridos desde entonces ha permanecido en la f¨®rmula de la comedia, pero no en su origen. Donen siente nostalgia por aquel tiempo en que el espect¨¢culo era brillante y la risa una forma de cr¨ªtica: introduce secuencias de Volando hacia R¨ªo, un delirante musical con Astaire y Rogers, e insin¨²a, de la mano de Michael Caine, un retrato siniestro de la pareja tradicional, enfrentada a la sugestiva sensualidad de R¨ªo. S¨®lo que utiliza tambi¨¦n f¨®rmulas de la nostalgia. En los tiempos cinematogr¨¢ficos que corren no. es poco para la comedia.